Una Black entre nosotros ~S.S~ (en proceso de corrección)

Capitulo 15

Narra Severus

Me desperté como si fuera un día cualquiera, ya que para mi el día de mi cumpleaños no es importante, me dirigía hacia el baño cuando vi una pequeña caja empapelada de color negro, tiene una nota pero no esta firmada, deje la pequeña nota aun lado y me dispuse a abrir la caja, dentro encontré un anillo en forma de serpiente, de plata, me lo coloque y leí la nota.

Feliz cumpleaños Severus, espero que te guste, nada mas lo vi pensé en ti, te preguntaras quien te manda el anillo pero lo tendrás que descubrir

Con cariño

Casi por inercia sonreí, era la primera vez en mucho tiempo que alguien me regalaba algo por mi cumpleaños, salí de la estancia en dirección al Gran Comedor.

Narra Leah

Cuando Zelda abandono mi habitación, me dispuse a quemar la nota que le enseñe a ella, ya que en el regalo había una sin firmar, después de hacerlo me fui a dormir.

A la mañana siguiente me levante y me prepare para ir a desayunar, al llegar al gran comedor, vi a Severus hablando animadamente con Albus, me acerque para escuchar mejor de que hablaban.

-Muchacho que bonito anillo, no te lo había visto nunca-pregunto el barbudo con una sonrisa-

-Estaba esta mañana en mi mesilla, no se de quien es, pero la letra me suena, ya investigare-

Ese comentario me helo la sangre.

-Creo tener una ligera sospecha de quien pudo ser-dijo mientras me miraba y me guiñaba un ojo-

Me senté como todos los días al lado de Severus.

-Buenos días profesor-dije con una sonrisa-

-Buenos días profesora-

A los minutos llegaron Sirius y Zelda, extrañamente juntos, Sirius se sentó al lado de Severus y Zelda a mi lado.

-¿Porque vienes tan juntita con mi tío?-susurre-¿Habéis pasado la noche juntos?-

-Mmmmmm... puede ser-

Me gire a ver a mi tío, el cual tenia el rostro pálido mirándole la mano a Severus, cuando se dio cuenta de que le estaba mirando me fulmino con la mirada.

-Leah querida, después del desayuno tengo que hablar contigo-

-Vale tío-

-Maldición ya se ha dado cuenta, esto no me puede estar pasando a mi, ¿Por qué fui con el a comprarlo?, esto te pasa por tonta Leah-me regañe-

Sabiendo lo que me esperaba después apenas probaba bocado, sabia que si hubiera sido algún otro hombre no me diría nada, pero tratándose de Severus seguro que se opondrá.

-Leah ya no eres una niña, puedes hacer lo que quieras con tu vida-pensé-

Al terminar me dirigí hacia el despacho de mi tío, con una extraña sensación en mi estomago, al llegar la puerta estaba abierta, ya que el se había marchado del gran comedor un rato antes, no quería pasar.

-LEAH SARAH BLACK-grito desde el interior-

Sabia en ese momento que tenia que pasar.

-Dime tío ¿Qué querías?-intente calmarme-

-¿Enserio el? ¿precisamente el?-dijo con rabia- Explícamelo-

En ese momento palidecí.

-¿Porque precisamente Quejicus?-esculpió-

En ese momento algo dentro de mi exploto.

-Lo primero de todo NO LO VUELVAS A LLAMAR ASI-Le grite- Lo segundo no tengo porque explicarte nada ya que es mi vida y soy lo suficiente mayorcita para saber lo que hago y lo ultimo ¿Tu crees que yo te puedo explicar como me he enamorado de alguien?-las lagrimas amenazaban en salir-

-No llores Leah, mantente serena y firme-

-Te he hecho una pregunta, lo mínimo que merezco es una respuesta-

Seguía en silencio, sabia que no podría explicárselo ni darle un porque.

-No dices nada, porque sabes que no te puedo ni dar un porque ni muchísimo menos una explicación, simplemente paso-Ya las lagrimas se deslizaban silenciosamente por mi rostro-

Al ver que ni hablaba, ni me miraba, salí de su despacho aun llorando , deseaba no toparme con nadie hasta llegar a mi despacho.

-Profesora Black, ¿Le ocurre algo?-

-Si que tengo mala suerte-

-Nada y hasta luego-me despedí sin mirarlo a la cara-

El era la ultima persona que querría toparme ahora, seguí caminando pero sentía que alguien venia detrás de mi, sin importarme aligere el paso y entre en mi despacho cerrando la puerta tras de mi, sentí que alguien llamaba.

-Ly, soy yo ábreme-

-Pasa-dije secándome las lagrimas-

Nada mas entrar Zelda corrió hacia donde estaba, para darme un abrazo.

-Hey ¿Qué ha pasado? Cuéntame, sabes que puedes confiar en mi-

-Mi tío ya sabe que es Severus el hombre que amo y al que le regale el anillo-dije aun llorando-

-Algún día se tenia que enterar Ly y lo sabes-dijo abrazándome-Por cierto el profesor Snape estaba en tu puerta cuando yo llegue, déjalo pasar-

-¿Que querrá?-

-Se encogió de hombros-

-Cuando salgas dile que pase-intente calmarme-

La persona que me seguía antes de entrar era él ¿Qué querrá?