xii. leave a light on

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capítulo doce: deja una luz encendida

capítulo doce: deja una luz encendida

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Alexandra tosió y un hilo de sangre colgando de la comisura de su labio la acompañó.

Podía sentir como ya no se encontraba en la posición anterior, esta vez sus manos eran las que sentían la mayor pesadez. Su cuerpo colgaba de las mismas. Al abrir los ojos alzó la quijada para notar como las cadenas anti magia aún la apresaban, pero estas estaban enganchadas a un arpón que se conectaba con el techo. Sus piernas apenas podían sostenerla, después de todo, Aya Al-Rashid había enfocado toda su tortura hacía ellas por lo que estas sin poder curarse —debido a que el acónito le hacía imposible el trabajo, sangraban sin cesar.

Sin embargo, la loba estaba sorprendida.

Luego de todo lo que había vivido en los últimos días, aún tenía fuerza reservada. Eso sin duda era de impresionarse, siendo ahí cuando todo hizo click en la mente de la castaña. Ellos estaban ahí para probar eso, su resistencia. Entonces, unas palabras que había pensado olvidar llegaron a su mente.

              (Eres el arma más poderosa que jamás haya existido.)

Cubierta de su propio sudor y sangre, la joven Alfa podía aún mostrar que poseía fuerza física más emocionalmente era un desastre. Sus parpados sintió pesados, una vez más, el cansancio era abrumador, aún a pesar de que ella luchaba en su contra, le era imposible ganarle. Sus ojos pronto se cerraron, sin embargo, desde la lejanía escuchó una voz.

Alexandra...

Volvió a repetir en tono tan estrecho que era como intentase rescatarla de la oscuridad en la que se hallaba. La joven Alfa abrió con lentitud los ojos acostumbrándose, una vez más, a la tenue luz que la rodeaba, pero todo eso paso a segundo plano para cuando bajó la mirada encontrándose a un Jackson despierto y observándola. Por un instante pensó que se trataba de una jugarreta de su mente, de una esperanza que ella decidía crear en ese instante para luego darse cuenta que era todo mentira...

...Pero después de unos segundos lo notó. 

Él de verdad la llamaba, él de verdad estaba ahí.

—Alexandra. —repitió de nuevo. Su voz escuchó tan clara que rápidamente una sensación de alivio la llenó. De sus ojos salieron un par de lágrimas sin permiso.

—Jack...—arrastró seguido de un ataque de tos que la interrumpió —. Hayley —musitó mientras veía a su hermana inconsciente a un costado del lobo. Jackson la observó con cierta tristeza, su contraparte se veía abatida —. No tienes ni idea cuanto me alegro de verte. Han sido días terribles. —aseguró con cierta vacilación en su voz. Pronto el semblante de Jackson cambió a uno de preocupación.

—Alex, ¿Cuánto tiempo crees que llevas aquí? —interrogó con suavidad.

—Un par de días, a lo mucho —contestó segura de lo que decía —. Me han estado moviendo de un lado a otro — a pesar de que la mayor parte del tiempo se hallaba inconsciente podía sentir como era transportada. Jackson la escuchaba con atención, más su mente se enfocó en lo primero asegurado por el Alfa —. Ellos quieren romper mi espíritu, claro que no les he hecho la tarea fácil —a pesar de que ella buscaba aligerar la situación, a Jackson se le habían cristalizado los ojos mientras que el rostro del mismo le produjo confusión al notar su semblante —¿Qué? ¿Ha sido por más tiempo? —cuestionó a la espera de que le diese una cifra exacta, más el lobo negó con lentitud.

³ 𝐇𝐀𝐔𝐍𝐓𝐄𝐃 𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃 | Klaus Mikaelson ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora