El pensar en taehyung le hizo la boca agua, su cuerpo se tensó al momento y su sexo se endureció ante la perspectiva de tenerlo otra vez. Ahora conocía su aroma, lo llevaba grabado y podría rastrearlo hasta el fin del mundo si hacía falta.

—Jin, ¿sigues ahí?

La voz de yoongi lo trajo de vuelta y se aferró a ella para centrarse.

—Sigo aquí —confirmó. Miró el reloj e hizo una mueca—. No es como si tuviese que ir a ningún sitio en particular. Seijin me ha dado unos días de vacaciones.

Lo escuchó resoplar.

—Como si te importase lo que dice Seijin.

——Ni lo más mínimo. —Aceptó seokjin.

El jefe de policía era un
hombre duro pero con los pies sobre la tierra, tenía alma de pacificador aunque a veces pareciese estar poseído por el mismísimo diablo. Sabía que no le quedaba más
remedio que trabajar en conjunto con la oficina  el Departamento de policía de la Universidad de Seúl  dentro de la Unidad de Narcóticos, pero eso no quería decir que tuviese que llevarse bien con los agentes asignados de cada casa.

Sabía perfectamente que a él lo toleraba, ni le gustaba ni dejaba de gustarle, se limitaba a tolerarle y esperar que la colaboración terminase para enviarle de vuelta de
una patada. No podía culparle, de estar en su misma posición, desearía hacer lo mismo.

—Pero no te llamaba por eso, ¿has escuchado algo de Namjoon?

Frunció el ceño ante el tono serio de su beta.

—¿Algo como qué? ¿No se marchó ayer contigo?

Un nuevo resoplido inundó la línea.

—Jisoo ha intentado localizarte, pero al no poder hacerlo me llamó a mí —
explicó de inmediato Yoongi—. Namjoon no llegó a casa.

—¿Cómo que no llegó a casa? Salió contigo, Yoongi.

—Y lo dejé dónde me pidió —se justificó el lobo—. Ya sabes cómo es, quería despejarse antes de entrar por la puerta y ser castrado. Solo tenía que cruzar el maldito puente andando.

Aquello no tenía sentido, su amigo no desaparecería sin más.

—Mierda —masculló seokjin—. ¿Jisoo no ha sido capaz de rastrearlo?

Como su compañera y loba, su vínculo era lo suficiente fuerte como para que
pudiese encontrar a su compañero aún si estuviese al otro lado del planeta.

—Estaba en ello la última vez que… —Yoongi se detuvo. Se oyó un murmullo al otro lado de la línea—. Espera un segundo, Jin, es Jisoo.

Gruñó para sí.

Su lobo empezó a pasearse en su interior, podía sentirlo tan
nervioso como lo estaba él ahora mismo, había algo que no iba bien. Echó la mirada atrás y se estremeció al pensar en taehyung.

¿Era a él a quién percibía?

Miró el reloj y sacudió la cabeza. Hacía más de una hora  y media que lo había dejado, posiblemente ya se habría ido al trabajo.

—Mierda —el exabrupto procedente del teléfono devolvió su atención a la
conversación interrumpida—. Seokjin. Jisoo los ha encontrado. Ha rastreado a Namjoon hasta una clínica veterinaria a las afueras de Namgu, pero dice que no está solo, hay al menos un par de lobos más y… y ha captado tu olor.

¿𝙎𝙪 𝙤𝙡𝙤𝙧? 𝙀𝙨𝙤 𝙣𝙤 𝙚𝙧𝙖…

Apretó los dientes y sintió cómo su lobo hacía lo propio al darse cuenta de qué clínica veterinaria podía ser...

Mι Amoroso Aᥣfᥲ ⇢ ᴶᶤᶰᵀᵃᵉWhere stories live. Discover now