∆~°^ FIRE ON FIRE ^°~∆

~°^Sin marcha atrás^°~

Después de terminar de cenar, y con casi toda la primer botella de Grey Goose en el sistema de ambos, continuaron hablando durante horas, empezando sobre el caso que casualmente les incumbía a los dos, aunque a uno de ellos por propia voluntad.
Pronto los efectos del alcohol comenzaron a manifestarse, principalmente en Horacio que no estaba acostumbrado al vodka, poniéndolos sensibles y recordando viejos tiempos, Víktor le habló sobre Conway a Horacio y él le contó al ruso sobre Gustabo. Fue entonces cuando el pelirrojo supo porqué Volkov no quería darse por vencido con la búsqueda de su tan apreciado jefe, estaba 100% seguro de que seguía con vida y no quería perderlo por quedarse de brazos cruzados sin hacer nada, como sucedió con Jack.

--Entonces no tengo otra opción que ayudarlo-- suspiró Horacio esbozando una sonrisa tímida con su rostro enrojecido por el alcohol --Tampoco pienso detenerme hasta resolver esto, bueno, a decir verdad, nunca lo hago, siempre llego hasta las últimas consecuencias, por eso estoy donde estoy, y es que, no me rindo...-- suavizó su voz tomando la mano del comisario.
Tan sólo al sentir el cálido tacto del joven, Víktor alzó la vista y se percató de que se habían aproximado demasiado sin darse cuenta, pero antes de reaccionar como lo hubiese hecho si estuviera sobrio, se acercó mucho más e inconscientemente tomó el rostro de Horacio colocando la mano libre en su mejilla para que lo viese directamente y a medida que el ruso acortaba aún más la distancia, el pelirrojo se ponía cada vez más ansioso, así como sus mejillas se ruborizaban todavía más de lo que ya estaban por la bebida, hasta las orejas.

Pronto miró los bellos ojos grises del ruso a escasos milímetros de los suyos, que se encontraban ligeramente entrecerrados por su ya evidente estado de ebriedad, mientras su cuerpo entero se tensaba y temblaba a la vez con la sensación del aliento del guapo comisario en su cara.

--Así que... tienes un distinto tono de verde en cada ojo... vaya...-- Víktor acarició con su pulgar la mejilla de Horacio --Precioso-- observó unos segundos más sin decir una sola palabra, el menor ni siquiera podía hablar de tantas emociones que sentía acumulándose a punto de explotar, al darse cuenta del silencio profundo en el que se sumergieron en un instante y la reacción que estaba provocando en el joven agente, alejó su mano del rostro de Horacio en un rápido movimiento al mismo tiempo que el pelirrojo quitaba la suya de la mano del ruso.

Sin decir nada Horacio se abalanzó sobre Víktor y lo abrazó tumbándolo en el sillón mientras le plantaba un torpe y ebrio beso sobre los labios. Víktor con la cara completamente roja de vergüenza abrió mas sus ojos viendo como Horacio cerraba los suyos y movía sus manos en un intento por acariciar el cuerpo del ruso por encima de la ropa.
El comisario sintió como por poco desaparecen los efectos del vodka de su sistema al contemplar al joven agente tan desinhibido y tan fuera de sí con el mismo nivel de ebriedad que de pasión; --con esos movimientos tan torpes y tiernos, tan sexy, tan... tan... caliente...
C-CÓMO?!-- Rápidamente y como pudo logró zafarse de los brazos del chico que estaban por tocar otras "partes" de su anatomía, notando su erección al ponerse de pie tomó un cojín para cubrirse, pero Horacio estaba tan ebrio que ni se enteró.

--Disculpe Horacio, yo...-- Víktor se sorprendió al ver al joven agente vencido por el vodka sobre el sillón, balbuceando palabras ininteligibles y algunas en francés, le pareció una tierna escena, tanto que decidió tomarlo entre sus brazos para llevarlo a su habitación, a cada paso que avanzaba hacia la cama, sentía cómo aumentaba la temperatura de su cuerpo, temeroso de la situación que se había presentado tan repentinamente trataba de comprender porqué el chico de cresta provocaba esas "reacciones" en él con tan sólo rozar su piel.
Aun no estaba seguro de si le agradaba o no, sentirse de esa manera aunque la sonrisa que se le dibujaba por inercia al apreciar el apacible rostro tierno de un joven agente de la ley muy poco tolerante al vodka lo delataba.

Víktor recostó a Horacio con sumo cuidado sobre la cama intentando no despertarlo, acomodó su cabeza en la almohada y lo cubrió con una sábana. Se quedó sentado un momento en la orilla observando el pecho del menor subir y bajar lentamente, estiró su brazo para acariciar su cresta pero se quedó a medio camino indeciso para al final volver y sobarse la nuca en su lugar, recordando porqué se levantó estrepitosamente del sofá dispuesto a irse, disculpándose --¿Y ahora qué cojones hago con esto?-- dejó salir un suspiro pesado --Será mejor que me retire.

Tras asegurarse de dejar bien cerrada la puerta del departamento de Horacio caminó hasta su vehículo lo más rápido que le permitieron sus pies, quedándose pensativo en el asiento, Volkov dejó caer la cabeza hacia adelante recargando su frente en el volante, suspirando al sentir la tela del pantalón más apretada de cierta zona debido al prominente bulto que Horacio provocó con sus torpes caricias --y ese beso..-- tocó apenas con las yemas de sus dedos sus labios, cerró los ojos imaginándose esa mirada bicolor tan cerca suyo, --tan hermosa-- inconscientemente su otra mano se posó sobre su erección, abrió los ojos de golpe pues a éste punto ya le dolía, necesitaba darle atención lo más pronto posible, no sin antes cuestionarse que tan malo era lo que estaba a punto de hacer en su coche, aparcado afuera de una casa que no era la suya, a altas horas de la madrugada y con unos cuantos grados de alcohol en la sangre...

Sin pensarlo demasiado desabotonó su pantalón, bajó el ziper y deslizó un poco la gruesa tela hacia abajo para quedarse solo en bóxer. Con su mano derecha tocó por encima de la tela su duro miembro que ya tenía húmeda una parte por el líquido preseminal que empezó a liberarse desde que Horacio estaba encima suyo, moviendo sus manos con desesperación sin saber bien qué hacer con ellas, rozando sin querer la entrepierna con la suya, tratando de comerle la boca bajo los efectos del alcohol --¡Блядь!-- sintió una punzada en su vientre bajo, sin duda se hallaba en su punto máximo de excitación, apartó la tela de su bóxer tomándola de la cinta elástica liberando por fin su palpitante erección humedecida de tanta lubricación.

Intentando recomponerse, sin lograrlo, sujetó su miembro violentamente provocándose él mismo un fuerte jadeo, tenía tanto tiempo sin estar con alguien, tanto tiempo sin tocarse que estaba no sensible sino lo siguiente, sentía que en cualquier movimiento eyacularía, así que se calmó un poco controlando su respiración y empezó deslizando su mano lentamente a lo largo de su miembro viril, abajo y arriba, sintiendo cómo poco a poco se aceleraban sus palpitaciones, nuevamente cerró sus ojos, ésta vez imaginando cómo sería tener al joven agente de cresta en su cama, desnudo, empapado en sudor, con su cabello de fuego alborotado mojado y pegado en su piel, rogándole que lo toque más... Sin darse cuenta ya estaba subiendo y bajando nuevamente de forma violenta su mano sobre su miembro moviendo la delgada piel rozando el borde de su glande entre la ansiosa y deliciosa fricción que estaba por descontrolarlo y volverlo loco, temblaba por la sobreexcitación que le causaba imaginar el rostro enrojecido de Horacio bajo su cuerpo gimiendo con sus labios carnosos semiabiertos musitando su nombre... empezó a jadear con el raciocinio completamente nublado soltando gemidos de repente sintiendo las fuertes pulsaciones y las gotas de sudor que no tardaron en multiplicarse, cayendo por su frente, espalda, pecho.
Ahora apretaba los párpados frunciendo las cejas, respiraba agitado, hacía ya varios minutos atrás que dejó de importarle en dónde se encontraba cometiendo tal acto tan vulgar, le excitaba de sobremanera saber que alguien podría verlo en cualquier momento y llamar a la policía, sería sublime el orgasmo que esa situación le provocaría.

A nada de alcanzar el clímax, aceleró el ritmo en que se masturbaba volviéndose cada vez mas erráticos los movimientos sintiendo formarse la maravillosa liberación en su vientre bajo, Víktor mordió fuertemente su labio inferior ahogando un gemido que anunciaba el tan buscado orgasmo acompañado de la expulsión del liquido blanquecino con el que manchó varios sitios dentro de su vehículo.
--AAAGHH! Блядь! черт возьми!-- gruñó entre espasmos, dejando salir una pesada respiración entrecortada, apartándose los mechones de cabello que se pegaron en su frente debido al sudor, deslizando los dedos por su cabeza hacia atrás en un pausado y sensual movimiento.
--Uuuff! Блядь!-- jaló de la palanquita para bajar un poco el respaldo del asiento para así recostarse unos minutos antes de emprender el regreso a su hogar.

Hasta ese instante el ruso no sabía que el agente de cresta jamás saldría de sus pensamientos.
--pff... jsjsj ...comisario bombón...-- se cubrió los ojos con el dorso de la mano mientras se reducía la agitación en su respiración, y una suave sonrisa se dibujó en su rostro.
--моя мама! ...soy un desastre.