~ENTRE LOS ELEMENTOS~

~{parte 6}~

Hello perdón por no escribir en los cap anteriores, pero es por que si lo hacía perdía mi concentración. Bueno hay les dejo este bay .

    Me quedé sin palabras al escuchar lo que me dijo.

—Y...¿Por que los matan?.–Seguía flotando, pero permanecí en mi lugar.

—Las sombras no quieren a nadie que controle otros elementos que no sea el suyo.–Exclama León, mientras mira el techo.

—Y cual es el suyo.

—La oscuridad.–Me quede confundida la oscuridad no es un elemento o...¿Si?.–El que tenga ese poder puede hacer que una persona muera si huele su niebla tóxica.

—También pueden cambiar de forma.–Dice el rubio, puede notar que las puntas de su cabello eran más claras y sus ojos color azul brillante le quedaban perfectamente con su elemento.–Pueden manipular tu mente haciendo que hagas todo lo que quieren.

  Asiento con la cabeza.

—¿Cual es tu elemento?.–Me dirijo a la pelirroja. Aún que ya sabía quería estar segura.

—Fuego.–Sus ojos brillan y venas también como el fuego.–El de chilló de hay es el agua.

—Y el del emo hay es la oscuridad.–Si León tenía ese elemento.¿Por que ellos están con el?.

—Pero el no nos hará daño de hecho esta de nuestro lado.–Le regala una sonrisa y León le devuelve el gesto.

—Y...Yo cual soy.–Me observan un minuto y se miran entre sí están de acuerdo en algo.

—Tu eres el elemento más raro del mundo la luz.–Osea que no son cuatro elementos si no seis.

—Y que hago exactamente.–Tengo mucha curiosidad de saber que puedo hacer la emoción me invade.

—Tu puedes controlar todos los elementos e incluso el de León.–Interesante...

—Pero no lo harás por que podría matarte en minutos.–Me mira serio.

—Puede derrotarte cuando intentaste matarme ¿Crees que no lo haré de nuevo?.–Lo miro de reojo y veo que sus ojos brillan su iris parece cambiar de color a negro, pero aún así brillan.

—Bueno...–Dice el rubio dejando de jugar con el agua.–Nos presentaremos yo soy  Edgar.

   Me ofrece la mano, aún que no quería como negarme a esa carita de niño inocente. Asique le devuelvo el Saludo.

—Yo soy Samir.–Me regala una sonrisa sin mostrar los dientes.–Y veo que ya conoces a León.

  Me levanto y me acomodo mi short.

—Y...¿Como sabían encontrar me?.

—Le causaste a Alejandro una convulsión.

(...)

Candy había llegado, pero no la recibí. Estaba en mi alcoba pensando en lo que me dijo León.

Le causaste una convulsión a Alejandro...

    Yo no era capaz de hacerle daño a una persona mucho menos a una mosca.

—Toc toc.–Exclama Candy entrando a mi cuarto me acomodo y cruzo las piernas.–¿Que tienes?. Hace un momento querías que llegará y ahora estás triste.

   Odio que mi hermana me conozca también.

—No es nada...–Desvío la mirada pero entró una pregunta que jamás me dejara tranquila.–Candy...¿Por que no me dijiste que León estaba golpeado?.

   Su expresión lo dice todo estaba confundida y se puso a pensar.

—¿De que hablas?. El estaba bien cuando lo recibí de hecho estaba sonriendo.–¿Sonriendo?...Pero si ni podía caminar.

—Candy el estaba...–Muerdo mi lengua y recuerdo lo que me dijo Edgar.

Ellos pueden manipular la mente y que hagan lo que ellos quieran...

   Asique el hijo de puta manipuló la mente de mi hermana.

—Perdon hoy estoy muy confundida necesito dormir te puedes ir...–Asiente con la cabeza y sale de mi alcoba.

(...)

  El Instituto se parecía a la misma prisión no aguantaba estar un minuto más aquí.

    Saliendo de la clase de matemáticas me dirigí a mi casillero a guardar mis libros que no iba a usar.

—No respondiste a la pregunta de Samir.–Me volteo reconocería esa voz donde fuera.

—León en este momento no quiero saber nada sobre los índigo y menos de la causa que puede matar a casi todo el mundo.–Cierro mi casillero de un portazo para irme a mis clases.

—Aceptas o no.–Aveces me preguntaba si León era sordo o no.

—¿Que tengo que hacer para que me dejes en paz?–Digo secamente, no quiero hablar con él después de que casi me mata.

—Espera me afuera de tu casa a las once.–Se dio la vuelta con la palabra en la boca.

¿Que se cree que es mi padre?...¡Ja!.

(...)

  Las clases terminaron y me fui directo a casa donde me espera Candy ya que se sentía mal.

—¿Como te sientes?.–Candy parece no querer hablar de nada.

—Un poco mejor....–Me regala una sonrisa forzosa la conozco muy bien para saber qué me miente.

—Mientes. Te conozco esta forzando la sonrisa y cuando te sientes mal se te antoja comer helado.–Hecha un suspiro hondo que se puede escuchar a dos cuadras. 

—Es.... Nicolás.–Mira al piso de la nada.–Ayer no lo puede evita y le confesé lo que siento.

Asiento con la cabeza.

—Resulta que el no siente lo mismo.–Se cae una lágrima de su mejilla.

—Lo siento tanto.–La abrazo y quisiera quedarme así con ella,pero debo irme con el desgraciado de Leon que ahora no le tengo confianza.