1-TRISTE CACHORRO

660 60 5
                                    

seguía llorando en esa azotea incluso se quitó su antifaz para no mojarlo, se preguntaba una y otra vez lo que hizo mal, si realmente era un entrometido, todo lo que pasaba a su alrededor lo tenía desecho, pelear contra Destructor, contra el Crank, contra sus hermanos y consigo mismo no era fácil, tenía solo 15 años a esa edad se supone que debería divertirse, disfrutar de su juventud no estresarse por proteger a sus hermanos o participar en una guerra que no le correspondía. Aquellos ojos dorados seguían vigilando a esa tortuga, sin explicación alguna se acercó sin armas, sin refuerzos

-hola cachorro -saludo el tigre mutante

aquella tortuga joven volteo a ver al tigre con sus ojos cristalinos por las lágrimas, el rostro de ese joven reflejaba lo destrozado que estaba por dentro, Garra de tigre no supo el porque esa mirada de dolor le causo un dolor en el pecho. Leonardo no supo por que pero le daba igual que Garra de tigre estuviera ahí, no sabía si era por el dolor o por su cansancio mental pero comenzó a considerar dejarse matar, las palabras de su hermano comenzaron a resonar en su cabeza como un eco incesante, un susurro alentador a partir de esa vida

"!!y yo desearía que no fueras mi hermano!!"

escuchaba en su cabeza repetidas veces como un incesante eco

"!siempre nos dices que hacer, te metes en nuestra vida y nunca nos tomamos en cuenta, no sabes cuanto quisiera que te largaras y nos dejarás en paz!"

¿sería un mejor hermano al irse?, ¿debería aceptar que todos estarían mejor sin él?, tal ves lo que le paso sea muy poco como para considerar su muerte pero la carga que tenía por ser un líder y aparte un hermano mayor era demasiado pesada, cualquier error lo arruinaría todo, su mente ya estaba cansada, él estaba cansado, la opción de morir ya no sonaba tan mal. La tortuga solo desvió la mirada y esperó a que Garra de tigre lo golpeara o de una vez que lo matara. Garra de tigre no era ningún tonto, aunque era un mercenario sabia cuando un enemigo u objetivo no estaba en su sano juicio, como todo adulto y humano que alguna ves fue no podía ignorar el hecho de que lo que tenia en frente, lo que por mucho tiempo intento matar no era mas que un niño que no tenia idea de donde se estaba metiendo, se acerco al joven sin ninguna mala intención

-¿vas a llevarme verdad? -preguntó el deprimido Leonardo Hamato

-¿si así fuera qué harías? -preguntó con bastante seriedad

Leo miro la ciudad como si fuese lo último que vería

-nada -respondió finalmente- solo mátame de una vez, ya ganaste

Garra de tigre se sentó al lado del joven tortuga, no iba a matarlo o llevarlo con Destructor en ese momento no se sentía capaz de hacerlo

-no lo haré -miro la ciudad- va en contra de mi política

Leonardo se sorprendió un poco por esas palabras

-¿por qué no? -preguntó abrazando sus piernas sin quitarle la vista al hermoso paisaje que hacían las luces de la ciudad

-ya lo dije, mi política me impide matar a quienes no se defiendan -mintió para tener una excusa

-entonces ¿que estas haciendo aquí, por que no me llevas con destructor para que el me mate? -preguntó con una voz fría que se quedó grabada en la mente del felino

Garra de tigre no respondió al momento, pensaba en una excusa para al menos no sonar sospechoso

-estoy descansando de las órdenes de Destructor, esta guerra entre el y la rata aveces es ridícula, y tediosa -respondió aunque sintió que hablaba de más- prefiero descansar a pelear por el momento

-tienes razón -le dio la razón sin pensarlo mucho

- ¿por qué tanta insistencia en que te maten cachorro? -pregunto para romper el hielo

-no importa ya no importa -soltó una pequeña risa rota- fue tonto de mi parte pensar que moriría así de fácil

Garra de tigre miro a la tortuga otra vez, había visto a gente derrumbarse frente a él por dinero, familia o simplemente suplicando por su patética vida pero ese colapso era diferente, era todo el estrés, todo el dolor y toda la rabia que había dentro de ese joven, ahora se preguntaba el tiempo que esa tortuga se guardó sus lágrimas para sí mismo, no quiso preguntar el porqué de esas lágrimas así que miro la ciudad

-es una encantadora vista -comento para distraer al joven- es una lastima que prefieras la muerte a seguir viendo cosas como esta

Leonardo vio hacia la ciudad, por las lágrimas veía algo borroso pero esa distorsión le daba un toque mágico a las luces de la ciudad

-no soy quien para aconsejarte pero.... -sentía que debía ayudar al joven tortuga- la muerte no es una escapatoria si tanto te molestan los problemas mejor enfréntalo, no hay necesidad de cortarte el cuello

Leonardo quedó impactado, nunca se esperó que Garra de tigre lo aconsejara, ya con más confianza se acercó al tigre para seguir viendo las hermosas luces de la ciudad. Desde ese día en adelante los dos se siguieron viendo, al principio solo veían la ciudad pero con el tiempo ambos se abrieron, contándose todo lo que pensaban, lo que les pasaba y lo que hacían, era como si nunca hubieran sido enemigos, Leo por fin encontró un soporte para poder seguir viviendo sin que la idea del suicidio volviera a pasarse por su cabeza.

ZAFIROWhere stories live. Discover now