Always (Draco Malfoy y Tú)

LXXXI

Ya había una semana desde que llegue a la madriguera. ¿Mi rutina de todos los días? Comer, dormir, ir al baño y repetir. Estaba completamente enojada y triste, pero no iba a dejar que el dolor me consumiera por completo. Draco no había venido a buscarme, ni siquiera una carta.

—Vamos _______, ve a ducharte— dijo Ginny lanzándome una toalla
—Aguanto otros tres días— dije a modo de broma, aunque seamos honestos...a quien diablos le gusta bañarse
—Apúrate, tenemos que ir a la fiesta que organiza Seamus
—No creo que vaya Draco ¿o si?— pregunté
—Obvio que no, nunca se llevó bien con Seamus o con alguno de nosotros.
Entre al baño de la madriguera y me di un baño rápido, me deje el cabello al natural y baje al comedor

—Vaya ________, al fin saliste de la habitación— dijo Ron antes de recibir un golpe por parte de Arthur
—¿Como te sientes?— preguntó el anteriormente nombrado
—Mejor Arthur, muchísimas gracias. Perdón por invadir su hogar durante tanto tiempo, pronto me iré
—Eso ni en broma, te quedarás con nosotros hasta que te sientas bien. Ya te dijimos que podías vivir con nosotros— mencionó Molly
—Gracias...

Llegó la hora de irnos a la fiesta de Seamus y aunque no tenía ganas, Ginny me había obligado

—Que bien que viniste— dijo Hermione mientras me abrazaba
—Me obligaron
—Y bien que lo hicieron, me alegra verte— dijo Harry uniéndose al abrazo.

La noche pasaba y todos bailaban, bebían o se besaban con sus parejas. Yo estaba en la mesa de comida.

—¡Vamos ______, ven a bailar!— gritaba un Seamus completamente ebrio desde una mesa
—Si Seamus, lo haré...
Me levante para ir al baño ya que no soportaba el olor a distintos alcoholes mezclados con el tabaco.
—Hola ________!— gritó Luna al verme entrar al baño del salón
—Hola Luna...¿como va todo?— pregunté amable
—No muy bien, pero de seguro mejor que a ti. Lamento mucho lo qué pasó con Draco, no duraron más de un día casados.
—Gracias, Luna...pero realmente no quiero hablar de eso
—No es problema, pero sabes que cualquier cosa cuentas conmigo.

Salió del baño y me miré al espejo, ni la base de maquillaje que me había colocado Ginny podía ocultar mis ojeras, me daba pena. ¿En qué momento confie mi estabilidad en un hombre? Esto debía cambiar.
Salí del baño y me choqué con alguien
—¡Hola Cedric! Lo lamento
—Hola ________ ¿todo bien?
—Si, es solo que quiero irme a casa. Lo siento— fui a la mesa de comida y agarré mi bolso para volver a la madriguera. Al  salir le clave la puerta en la espalda a alguien.

—Auch!
—Lo siento— salí apresurada a ver quien era
—Hola ________
—Hola Oliver
—¿Ya te vas?
—Así es, no la estoy pasando muy bien que digamos.

El estaba hablando con un grupo de personas de ambos géneros, que nos miraban atentos de lo que sucedía en la conversación

—Como sea...me voy— me sentí incómoda y empecé a caminar
—Te acompaño
—No te preocupes Oliver
—No te pregunté. No quiero que te pase nada

Seguimos caminando en silencio. Me daba demasiada vergüenza hablar con el. ¿Quería hablar sobre su carta? O simplemente quería que llegara a salvo hasta la madriguera.

—Porque no vamos a tomar algo— propuso Oliver
—El caldero chorreante está demasiado lejos...lleguemos a la madriguera y te invito algo
—Me parece bien

El camino siguió transcurriendo en total silencio, pero ese silencio no era tan incomodo como creí que sería.
Llegamos a la madriguera y le abrí la puerta, dejando que el ingrese primero

—Espérame aquí, ya regreso.
—Claro que si

Subí las escaleras y toque la puerta en la habitación de Molly y Arthur.

—_________, ¿que sucede? Por qué volviste tan temprano
—Molly, perdón por el atrevimiento...traje a un amigo, pero solo tomaremos algo
—No te preocupes, dile a Oliver que puede quedarse si quiere
—¿Oliver?— me había puesto nerviosa
—Siempre fuiste como mi hija, te conozco claramente. Ahora ve a arreglar las cosas— me dio un abrazo y supe que todo estaba bien

Volví a bajar las escaleras y encontré a Oliver sentado algo incómodo en el sillón

—¿Licor?— le pregunté para romper el hielo
—Si, por favor

Serví el licor en dos vasos y se lo di. Estábamos en silencio y era extraño

—Lamento lo qué pasó con Draco— soltó Oliver
—Son cosas que pasan. Seamos honestos, sabíamos que esto pasaría
—Pero tú no querías que fuera así
—Tampoco quería quedarme sola y así sucedió. No podemos planear todo en esta vida, Oliver
—Yo sólo quería quería que fueras feliz
—Y lo soy, no te equivoques. No siempre se necesita de un hombre o una mujer para ser feliz. —Bebí un sorbo de mi licor y sin más le pregunté— Tú carta...
—No quiero hablar de eso, _________.
—Por favor... sólo quiero saber qué es lo que sientes. Quiero que seas sincero. Esta vez sin cartas de por medio o ramos de flores sin motivo.
—¿Es que no te das cuenta?
—Te pido que me expliques...
—No se que es lo que siento exactamente, pero sé que me molestaba verte con Draco, sé que odiaba cuando te raspabas la rodilla jugando al quidditch, que me dolía saber que no podías dormir por tu examen al día siguiente— paró por unos minutos— se que el día que te casaste me sentí más vacío que nunca. Se que esa noche no paré de llorar
—Oliver yo...
—Déjame terminar, por favor. —asentí— se que no importa si tú no quieres estar conmigo. Lo entiendo...pero quiero verte feliz y triunfando, siendo una de las mejores jugadoras de quidditch o una gran empresaria. Quiero estar a tu lado, apoyándote como amigo o como algo más.

Se detuvo y me quedé petrificada...se desahogó muy rápido. Lo único que pude hacer fue arrojarme a sus brazos para unirnos en un abrazo