Prólogo

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TaeJinnieKim92  mi soulmate

Taehyung dejó caer las bolsas del supermercado y la leche en el último escalón  y maldijo por enésima vez la oportuna avería que lo había obligado a subir a pie los cinco malditos pisos del antiguo edificio en el que vivía.

—Jodido ascensor.

El desgraciado tenía que haberse estropeado precisamente esa tarde. No podía haberlo hecho por la mañana o incluso el día anterior. No. Tenía que dejar de funcionar en el mismo momento en que venía cargado con las compras.

—El jodido carro, Tae. Tenías que habértelo llevado —rezongó una vez más. Se
apartó el pelo de la cara y se subió las gafas antes de recoger las bolsas y emprender el camino hacia su piso—. Aunque con la suerte que llevo hoy me habría dejado alguna rueda en el camino. Dios. Lo que daría por estar ya debajo de la ducha, con el rostro enfrentando el chorro del agua caliente mientras dejaba que esta se llevase consigo todos los sinsabores del maldito día.

Sin embargo, la mala racha que había arrancado con la precipitada muerte de su
coche esa mañana, no tenía intención despegarse de él todavía.

—¡Que alguien llame a la policía! ¡Me han robado! ¡Me han agredido y se han llevado mi collar de perlas! ¡Oh, dios! ¡El legado de mi madre!

La estridente voz de la mujer que vivía al final del pasillo llegó a él anunciando
su presencia.

La señora Cho Kyung sook   era una dama octogenaria que se ganaría un Oscar a la mejor actuación melodramática; la anciana tendía a desvariar y protagonizaba a menudo episodios como aquel. Con el tiempo se había acostumbrado a ignorarla,
especialmente durante las últimas semanas en las que la mujer lo había convertido en
el blanco principal de todas y cada una de sus episodios demenciales.

—Buenas noches, señora Cho —la saludó sin detenerse—. ¿Ya le han robado otra vez el collar de perlas? ¿Cuántas veces van ya? Esta debe ser la doceava.

Ni siquiera el amable saludo evitó que su excéntrica vecina lanzase un dedo
huesudo en su dirección.

—¡Tú! ¡Tú me robaste! ¡Ladrón! ¡Ladrón! —clamó a voz en grito—. Entraste a mi casa… ¡Policía, que alguien llame a la policía! ¡Me ha robado! ¡Me ha robado mi
collar!

Se limitó a poner los ojos en blanco e ignorar a la mujer. Todo lo que quería era dejar el peso que llevaba en el suelo y entrar en su hogar para así perder de vista a la
irritante mujer.

—Por supuesto, señora Cho, le llamaré a la policía tan pronto entre en casa.

Como era de esperar, los gritos empezaron a atraer la atención de los otros vecinos.

—¿Ya estamos otra vez Sook,?

Se giró para mirar a la vecina que vivía en la puerta contigua a la de la escandalosa señora, con un delantal manchado de harina y espátula en mano miraba a
la anciana con cara de pocos amigos.

—Nadie ha entrado a robarte y no has tenido en toda tu vida un collar de perlas, así que deja de dar alaridos y métete en el condenado departamento.

Pero la mujer no parecía tener la intención de desistir en su representación.

𝘓𝘰 𝘥𝘪𝘤𝘩𝘰. 𝘋𝘪𝘨𝘯𝘢 𝘥𝘦 𝘶𝘯 𝘖𝘴𝘤𝘢𝘳

—¡Él! ¡Él me robó! ¡Entró a mi casa y me golpeó en la cabeza!—Declaró la anciana añadiendo ahora más drama en su actuación— Mirá, mirá... Tengo un chico enorme. ¡Ladrón ¡Maltratador¡

Mι Amoroso Aᥣfᥲ ⇢ ᴶᶤᶰᵀᵃᵉWhere stories live. Discover now