Sentimientos, hay miles de ellos. Sentimientos de dolor, de tristeza, de soledad, de decepción, de alegría, de amor, de emoción, todos tan intensos que siempre terminan haciéndonos daño. Hasta cierto punto somos como una caja de cristal guardamos y...
–¿Aún estan despiertos tus padres?– pregunte curioso al ver las luces encendidas, los padres no solían esperar despiertos a sus hijos. Al menos no a las 03:30 de la madrugada
–No, es mí abuela. Se queda dormida y se olvida de apagar las luces– dijo ella acercándose a la puerta
–¿Vives con tu abuela?– mí curiosidad crecía –¿Y tus padres?– pregunte desde la acera
–Mis padres no estan desde hace ya mucho tiempo– contesto poniendo las llaves
–¿Que tanto te gusta John Lennon?– pregunté evadiendo su respuesta
–¿Por que?– pregunto sin despegar la mirada del picaporte
–Solo pregunto– conteste encojiendome de hombros
–Me gusta mucho– contesto ella logrando abrir la puerta
–Bien, nos vemos Violetta– dije saludándola
–Gracias por acompañarme, nos vemos en la universidad– se dio la vuelta para entrar. Yo por alguna extraña razon seguia alli de pie en la acera viendola.
–Violetta– llame su atención y ella volteo a mí –Me caiste mejor de lo que creia de ti
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Ella solo sonrio y luego elevo la mano para saludar. Entonces me fui de su casa.
Camine rápidamente en direccion contraria a la que vinimos y llegue a casa. Yo tambien tenia las luces encendidas, se veia por debajo de la puerta.
–Que tarde llegas hoy Luke– comenta mí vecino en el departamento –¿has encontrado a una chica?
–Sali a tomar algo con unos conocidos Tom– el asintió y volvió a entrar a su cocina.
Cerré con llave y me quite la chaqueta. La colgué en la punta de una silla. Luego de sacarme la bufanda recordé que había olvidado devolverle los guantes cuando llegamos a su casa. Se los tendré que dar en clase mañana pense para mí.
Apague las luces dejando todo en una gran oscuridad y me recosté en mí habitación. Miraba el techo con gran interes, interes en aquella castaña de ojos cafe que había conocido hace solo un par de dias. Gire la cabeza hacia la mesa de luz donde había apoyado los guantes, eran violetas y felpudos. Jamas había experimentado una sensacion de intriga o curiosidad ante una chica. Esperaba poder devolverselos mañana al terminar las clases.
Unos sonidos ensordecedores molestaron mis pensamientos poniéndome de un muy mal humor, bruscamente me sente en la cama y camine hacia la pared de la cocina que era blanca y tiesa. Golpee la pared tres veces para que el vecino se de cuenta de mí enojo. Odiaba vivir en este departamento, la gente era muy fisgona y tenia vecinos que se pasaban toda la noche con musica a tope. Odiaba el bullicio y los lugares con demasiado ruido a excepción de las fiestas que solo las visitaba cuando me apetecia rodearme de gente.
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Al llegar a la universidad me sente en las mesas a leer como lo hacia habitualmente si no llegaba retrasado. Estaba intentando concentrarme en terminar de leer el libro mismo que le había prestado a Violetta. Por suerte ya no nevaba pero todos los pisos y cimientos habian quedado cubiertos de ella, los autos y vidrios cubiertos de escarcha. Tuve que limpiar mí banco antes de sentarme en el.
-¿Como te gusta leer muchacho?- Al voltearme vi que se trataba de Ian, este chico tenia un iman pegado en mí, no importaba donde o que este haciendo el siempre estaba. A pesar de ello me caia bastante bien, nos entendiamos y me daba cigarillos cuando no los tenia a mano.
-¿Se te perdio algo Ian?- dije sin desviar la vista del libro
-Vamos hombre, salte de los libros un poco. ¿Porque no llamas a esas muchachas del bar?- dijo sentandose en la mesa estorbandome luz al leer
-Tire sus numeros- respondi sin mas -Ademas no tengo ganas de hablar con niguna chica
-Eres muy desagradecido ¿Lo sabes verdad? No todos los dias tres chicas se toman el trabajo de escribirte sus numeros ni mucho menos acercarse personalmente a dartelo- Ian tenia razon, pero no quería ningun rollo de una noche, no tenia el humor para aquello estos meses. Por detras de Ian pasaba Nina y Violetta a lo lejos charlando muy concentradas en lo suyo, no me atrevi a hacerle señas para que se acercara y asi darle sus guantes ¡Por favor¡ ¿Desde cuando yo le pedia a una chica que se acercara? -¿No era que no tenias ganas de ninguna chica?
-¿Eh? ¿De que hablas?- Ian se volteo y señalo a ambas chicas
-Pareciera que si quieres perder el tiempo con aquella chica. Admito que su amiga esta muy guapa- Dijo Ian con picardia refiriendose a Nina -Te he visto anoche irte con ella y conociendote creo que no fue por un rollo de una noche
-Solo quería llamarla para devolverle algo que se me olvido darle- ¿Conocerme? No me conocia en lo absoluto
-¿Y piensas devolverselo aca?- pregunto con incredulidad
-¿Donde mas sino?
-Es cuestion de pensar un poco, solo haz que se te olvido traerlo. Y le dices que vaya contigo a tu casa luego de la Universidad y ya- sugirio victorioso como si hubiese tenido la idea mas acertada del mundo
-¿Y ya que? No quiero a esa chica en mí casa. No me interesa- La expresion de Ian cambio rotundamente y con desaliento dijo
-Vale haz lo que tu quieras. Solo digo que no esta mal divertirse un poco- Ian se bajo de la mesa y se fue dentro del instituto.
No iba a negar que tenia razon en algunas cosas que había dicho.
Despues de comer una porcion de tarta que mama había dejado en la heladera me senti culpable. Pero el hambre que sentía me formaba un hueco en el estomago que no podía soportar. No había comido nada desde el mediodia mas que unas cuantas uvas que mí abuela me obligo a comer mientras estaba en casa, justo antes de que violetta llamase para invitarnos al bar. Prometi no comer nada durante la mañana siguiente, lo cual compensaria el error de haberme tragado una porcion a tal hora de la madrugada.
Desde alli no pude dormir. La había pasado fenomenal charlando con aquella gente en el bar. Nina y Violetta me caian super bien, eran muy alegres y entusiastas en todo lo que contaban, Alexa tambien parecia buena chica solo era demasiado reservada para hablar de ella con demás personas. En cuanto a los chicos cada uno tenia lo suyo pero sin duda el que mejor me caia era DIlan tan atento y desenfadado. Muy listo parecia. Encandilaba su voz a traves del microfono sobre el escenario tenia talento para la musica, eso me parecia. Me sentía apasible y satisfecha de la gente que me rodeaba, nadie amargando mis mañanas ni mis sentimientos. Todo lo que me rodeaba era tan estable y sutil que parecia que era la preferida de la suerte. Tenia mucha suerte de mí lado y amaba que todo fuese asi.
"Era muy afortunada"
No espere mas que media hora para levantarme, todos dormian aun. Me aliste para salir y escribi una nota la cual deje sobre la mesa. Tome las llaves y sali de la casa. Tome un taxi y llegue a la universidad agotada. Andrew me saludo al llegar, estaba recostado contra las puertas de ingreso. Se dirigio a mí con un "Hola ¿Como has estado?" y me acompaño hasta mí clase. Parecía que Drake no mentia despues de todo.
