9. Reencuentro inesperado

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La fecha del aniversario se acercaba, ya solo faltaba un día para recordar ese momento tan importante en la vida de Pedro y Heidi. Solo quedaban por comprar los regalos y los ingredientes para preparar una comida especial para esa ocasión. Por lo tanto, Heidi decidió bajar hasta Maienfeld junto a Clara y las niñas mientras que Pedro iría a los pastos con Tobías y con Hans.

Durante el camino, se podían ver algunos pequeños destrozos de la tormenta del día anterior. Sin duda que había sido bastante fuerte. El camino hasta Maienfeld se hizo bastante ameno y divertido, las dos amigas iban jugando con sus hijas a las adivinanzas.

Cuando llegaron a Maienfeld, se dirigieron en primer lugar a comprar todo lo necesario para preparar la comida del aniversario. También aprovecharon para comprar el regalo de Pedro. Entraron en una tienda en donde vendían, entre otras cosas, herramientas de carpintería. Heidi compró un maletín de herramientas nuevas para su esposo, seguramente que Pedro las necesitaría para su futura carpintería. Después de eso, se dirigieron hacia el resto de las tiendas de Maienfeld.

Durante un momento en el que Heidi estaba entretenida en una tienda con las niñas, Clara aprovechó para entrar a la librería que había al lado y comprar el regalo que Pedro le había encargado para Heidi. Por la mañana, el joven se había reunido con Clara en privado y le había hablado sobre el libro que Heidi deseaba tener. Pedro le dio el dinero para que ella pudiera hacerle el favor de comprarlo sin que Heidi se enterara ya que él no tenía tiempo para bajar hasta Maienfeld, siempre llegaba de los pastos al ponerse el sol. Clara le hizo el favor con gusto. Y después iría también a preparar la sorpresa que ella y Hans tenían planeada para sus amigos.

Mientras tanto, Heidi estaba con Ana y Greta en una tienda de golosinas. La joven les regaló una bolsa de caramelos a cada una.

-¡Gracias mami!

-¡Gracias tía Heidi!

-De nada, mis niñas. Si queréis, podéis esperadme afuera mientras pago.

-De acuerdo mamá, te esperamos en la fuente.

Las dos niñas salieron contentas con sus bolsas de caramelos en la mano y fueron a sentarse al borde de la fuente que había en el centro de la plaza. Segundos después, Heidi salió de la tienda y se dirigió hacia donde estaban las niñas.

-Greta, ¿sabes dónde está tu madre? -preguntó Heidi.

-No lo sé.

-Que extraño, desapareció de repente cuando entramos a la tienda de golosinas.

En ese momento, Greta vio a su madre a lo lejos.

-¡Allí está! -exclamó la niña mientras corría hacia ella.

En ese mismo instante, a Ana se le cayó uno de sus caramelos y este, al ser redondo, rodó hasta pararse en los pies de un joven. La niña inmediatamente fue a recogerlo para tirarlo a la basura ya que al caer al suelo ya no se lo podía comer. De repente, el joven se giró y vio a Ana agachándose al lado de sus pies.

-¿Buscas algo? -preguntó el joven mientras este se agachaba para ponerse a la altura de Ana.

-Disculpe señor, se me cayó un caramelo y quería cogerlo para tirarlo a la basura. -dijo la niña tímidamente.

-De acuerdo, no te preocupes. -empezó diciendo el joven cuando se fijó mejor en la pequeña. -Oye, ¿no nos hemos visto antes? Tu cara me resulta familiar.

Físicamente, Ana se parecía mucho a Heidi. Sus ojos negros y sus mejillas rosadas recordaban mucho a su madre. Excepto su cabello, era igual de castaño que el de su padre.

-Yo a usted no le conozco. -respondió la niña sonriendo.

-¿Cómo te llamas, pequeña?

-Ana.

Heidi y su familia (Libro 2)Where stories live. Discover now