16|Fríamente calculado.

Comenzar desde el principio
                                    

Manejar las emociones es un caso.

Vuelvo a teclear esta vez con rapidez y, ¿emoción?

«Tú ya tienes el puesto de por sí, (no te ilusiones y no es lo que crees), esta tarde tengo algo que mostrarte que posiblemente te agrade, además, gracias por la fe que tienes en mí, solo llevamos dos meses y medio y parece que me conocieras de años. Te detesto a veces, Volker. En fin, está bien a las cinco, no vengas por mí por favor, quiero andar en metro esta vez 🖤».

«¿Reb? Me acaba de dar un infarto y ya reviví, ¡¿cómo quieres que no me ilusione?! ¿Acabas de enviar un corazón? 😲».

«De acuerdo, cuídate y no taclees a nadie, te lo ruego. ¿Dónde quedamos?».

«Ghost Club, ¡y no voy a volver a hacerlo! 😠».

«Oh, me gusta, me gusta. Hecho. Estaré ahí, cariño 7u7».

Le clavo el horrendo visto para luego abandonar mi habitación en busca de Heidi que desde hace varias semanas ha estado actuando de manera extraña. Le doy golpecitos a su puerta en la espera de alguna respuesta, escucho los pasos del otro y cuando abre, lo primero que obtengo a la vista es su cabello hecho un nido de pájaros y su expresión somnolienta.

—Huy, ¿te he despertado?

—Qué va, llevo viendo el techo desde hace quince minutos pensando en que hacer el día de hoy —apoya su sien en la puerta liberando un bostezo.

—Eso es música para mis oídos. Estaba pensando ir a Ghost Club, ¿quieres ir? Tu hermano también estará.

Heidi arquea una ceja a la vez que sobre sus labios surge una sonrisa macabra de las que tanto me dan miedo.

Mis mejores amigas han tenido el descaro de apostar sacando teorías de lo que sucede conmigo y Aníbal, por lo que están peor que la Interpol y Sherlock Holmes. Me hicieron un interrogatorio usando un plátano como arma para hacerme hablar. Han hecho circo, maroma y teatro. Quiero al par de locas, aunque a veces exageran con la situación.

—Así que ya van en serio, ¿eh?

—Tampoco te ilusiones, Heidi, n-no es lo que parece. Además, ¿en serio quieres saberlo? Es que, es tu hermano y no quiero ser juzgada por mi decisión.

Me rasco la nuca un tanto avergonzada.

—Estamos en pleno siglo XXI. Yo creo que las relaciones han estado evolucionando al gusto de cada quién... momento, ¿va en serio lo de enrollarse? ¡Ja! ¡Yo lo sabía y Zela no quiso darme la razón! ¡Me he ganado un par de billetes!

—Espera, tú y Zela han hecho, ¿qué?

¿Cómo rayos debo sentirme por mis dos supuestas mejores amigas?

—No te alteres, Reb. Es bastante obvio lo que sucede entre ustedes, sobre todo con Aníbal que suspira con dramatismo cada vez que te ve y sus ojos le brillan. Está muy enamorado.

—Le he dicho que no lo haga.

—¿Él no te gusta?, no es porque sea su hermana, pero él es un gran chico, un poco irritable a veces, sin embargo, le gusta demostrar sus sentimientos sin titubeos y es lo que está demostrando contigo, eso no había sucedido antes.

¿Ni con la tal Mandy?

—Ni con esa escuálida que te ha estado molestando —al parecer sí lo sabe— y pensar que era un angelito, cuando resultó tener intenciones ocultas bajo la manga con mi hermano.

Su mandíbula se tensa y ha arrastrado cada palabra rechinando los dientes con molestia. Sinceramente una parte de mí quiere saber el chisme, pero no me voy a entrometer en cosas del pasado, no me compete.

Los cuervos también se enamoran  (GRATIS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora