— Si.

Y lo que encontró en el abismo de aquella agua, que reflejaba su rostro pálido con tanta nitidez como un espejo real, le provocó un intenso escalofrío que erizó los cortos vellos de su nuca.

— Tan insignificante es la existencia de una simple hoja en mitad de una arboleda... y aún así, el viento las mueve a todas por igual, en tantas direcciones que después es imposible hallar el origen de cada una. —apegó más sus piernas a su pecho, buscando un calor que su cuerpo no necesitaba, pero si su alma— Me siento como una de ellas, adar, tan sutil es su presencia en el camino... —ocultó su rostro en el hueco de sus piernas, recibiendo la luz nocturna en su cabellera, reluciendo con la misma intensidad que la Luna entre el basto cielo— mas el viento me ha alborotado incontables veces y —respiró de forma entrecortada y alzando ligeramente su mentón, la luz impactó en sus grandes orbes grises— he perdido mi origen.

 —ocultó su rostro en el hueco de sus piernas, recibiendo la luz nocturna en su cabellera, reluciendo con la misma intensidad que la Luna entre el basto cielo— mas el viento me ha alborotado incontables veces y —respiró de forma entrecortada y alz...

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Legolas, contrario a sentirse acobijado dentro de aquellas cuatro paredes que conformaban el comedor, se sintió frío y alejado de su propio cuerpo. No deseaba sentirse tan lleno de melancolía, pero no podía evitarlo al recordar la desdicha en los ojos de Silwen. Pues conociendo ahora el nombre de su padre, y a sabiendas de que no podía reducir la distancia que los separaba, a ella ahora la embriagaba la impotencia y el desaliento de no poder reunirse junto a sus seres amados. Tal era la magnitud de la supuesta maldición que la condenaba a permanecer en la Tierra Media, y no en Aman, que el simple pensamiento de cruzar el inmenso mar para ver a su progenitor, oprimía el pecho de la elfa en un dolor indescifrable.

— ¿Tan funestas fueron las palabras de la dama? —cuestionó Gimli a su lado, llenando su boca con un desconocido plato de comida élfica, que para su sorpresa tenía un grato sabor.

— Yo no las calificaría como... "funestas" —respondió llevando por primera vez un diminuto trozo de fruta a su boca— sino como desesperanzadoras, mi querido amigo.

Aragorn quien se había mantenido en completo silencio, dejó los cubiertos a un lado para, con sus palabras, intentar apaciguar el dolor de su amigo.

— Nada, excepto la muerte, podría hacer a Silwen desistir de su intento por hallar a sus padres. —gracias a la proximidad, Aragorn fue capaz de colocar una de sus manos sobre el hombro de Legolas. Gimli asintió con fervor a sus palabras y se apresuró a añadir una verdad aún más tajante.

— ¡Y ni la misma muerte podría con ella! —dijo dando un severo golpe en la mesa, atrayendo así, las miradas curiosas de algunos de los presentes— pues ya hemos visto como nuestra elfa es capaz de retarla, devolviéndole la vida a aquellos que ya poseían un pie en el otro mundo. —masajeó su barba largos segundos, ignorando la mirada negativa de sus dos acompañantes por haber provocado un ligero escándalo en el comedor.

Aragorn carraspeó y tras volver de su aturdimiento por las duras y firmes palabras del enano, curvó ligeramente las comisuras de sus labios para dedicarle una sonrisa a ambos.

✓ DAMA DE PLATA ⎯⎯  ʟᴇɢᴏʟᴀꜱOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz