Historias GT cortas(?)

PROMESA

La joven elfo se ajustó el cinturón de piel en su cintura, junto con sus ropajes azules con finos detalles bordados, no eran las ropas más llamativas, ni las más lujosas sin duda, pero eran cómodas y simples. Perfectas para alguien como ella. Su color azul verdoso resultaba su frondoso cabello color cobrizo, mientras seguía su paso. Su expresión melancólica y su andar determinado, ligeramente temeroso se aproximó hasta la puerta de la taberna frente a ella. La puerta de entrada, que parecía extenderse kilómetros por encima de ella, logro intimidarla lo suficiente como para dudar su entrar o no, aun así, mantuvo la calma, y se aferró a su determinación de arreglar las cosas para superar su miedo. Sus pequeñas orejas alargadas reaccionaban aguda mente, por el alboroto dentro del lugar, lugar donde ahora permanecía su amado.

se preguntaran? Bueno, ella era la pareja de un joven gigante, un elfo igual que ella, la única diferencia entre ellos era su tamaño, sin embargo, eso jamás había sido un contratiempo para ellos, ni siquiera el día que decidieron estar juntos. El era en alma noble y amable, aunque ella tenia un temor a los de su clase, logro superarlo por amor. Sin importar su tamaño...

hasta ahora... La joven, odiaba hablar de su pasado, y cada que su amado le cuestionaba, ella decía que la distraía del presente, y que era una pérdida del tiempo hablar de temas tan banales para ella. Aun así, las cicatrices imborrables que recorrían gran parte de su bello cuerpo decían lo contrario, cicatrices que jamás había querido que su amado viera, cicatrices que jamás había querido que su amado supiera que las causo, ¿¡cómo iba a mirarlo a los ojos después de confesarle haber sido una víctima de los de su clase?!

No. Prefería guardar el dolor de ese trauma, y sobre llevarlo sola a confesar que había sido utilizada por un gigante...

Sin embargo, aquí se encontraba ella, pensando como implorar le perdón a su amado, después de en medio de un sueño, llorara y gritará cosas imperdonables en su cara, cuando él lo único que había querido ella ayudarla....

La joven elfo vio como un gigante salía de la taberna, sin siquiera notar su pequeña presencia cerca de sus botas, ella aprovecho la oportunidad para correr veloz mente por la entraba antes de que está la dejara afuera, sellando su destino en las paredes del lugar. El olor a whisky, alcohol barato, y a hombría se respiraba en todos lados. Todo era tan enorme y todo se elevaba por encima de ella aterradoramente, aun así, camino por el medio del lugar esperando que su presencia fuera lo suficiente mente notable como para que no la aplastaran. Y así pareció serlo, ya que entre el mar de gente se abrió una pequeña brecha mientras ella caminaba temerosa buscando a su persona. Aunque fuera pequeña, era difícil no notar la pequeña nube roja que formaba su cabello en el suelo.

Estaba empezando a perder la paciencia al nodivisar a su amado por ningún sitio, con menos temor en ella comenzó a gritarsu nombre, que apenas era detectable entre el murmullo y las risas masculinas dela gente. Aun así, un par de almas gentiles que se sintieron cautivados con sulinda presencia se agacharon para brindarle su ayuda. Parecía no ser algo comúnver gente de su tamaño en este bar, normalmente los de su clase temían de los gigantes, y de las leyendas terribles y su reputación de comer hombres. Así que les resultaba agradable a algunos ver a un alma valiente como ella encaminarse en un lugar como este. Siguió con su búsqueda. ¿Qué tan difícil podría ser ver a un elfo de ojos violetas y cabello azulado entre la gente? Después de unos minutos, un amable caballero le ayudo a indicar a un chico con la descripción del joven que buscaba.

La chica observó, había un joven elfo, con vestimentas oscuras violetas, sentado frente en la barra de madera de la taberna, con un tarro de cerveza a su lado. Aunque la capucha de su capa cubría parte de su rostro, era el sin dudas, podía reconocerlo mejor que nadie, y su aroma era inconfundible, ese gigante era sin dudas su amado Dylan.