Capítulo 3. Cachorro despistado.

740 160 52
                                    

Es de mañana y me quedado dormido soñando que tenía una cita con Zhan, realmente no me quería despertar.
—Sra.Wang— ¡Hijo apúrate que ha este paso no vas a llegar a la escuela!.
—¡Ya voy mamá!. –Baja las escaleras acomodando su mochila en su hombro, se acerca a su madre y toma la bolsa que le tiende y le da un beso en la mejilla.– Ya me voy, te veo al rato mamá.
—Ve con cuidado y no olvides comerte tu desayuno.
—Si.
Salgo a toda prisa hasta que al llegar a la orilla de la calle recuerdo que deje mi celular en la cocina, regreso corriendo por él y vuelvo a salir de la casa rápidamente, al llegar a la esquina escucho el claxon de un auto y al voltear veo a Zhan subido en su camioneta.
—Hola Yibo ¿vas a la escuela? ¿Quieres que te lleve?.
—No gracias yo... no quiero que llegues tarde, voy a tomar el autobús y...
—No te preocupes hoy entro hasta tarde, todavía tengo tiempo, anda solo ven antes de que se te haga más tarde a ti.
—Pero es que...
—No te preocupes, ya te dije que no muerdo.
—Bueno. –Zhan abre el seguro de la puerta y Yibo entra rápidamente.
—Bien ¿A que dirección te llevo?.
—A la universidad.
—¿Y donde está?.
—Pues... solo pon en el GPS que te indique el camino que te lleve a la universidad y...
—¿No te lo sabes verdad?.
—No, no me se el nombre de todas las calles. –Zhan enciende la pequeña pantalla donde marca el GPS de su camioneta y escribe su destino para que le indique que camino tomar mientras escucha a Yibo.– Es que suelo caminar una parte del camino hasta subir al autobús que pasa por la esquina de la escuela y luego hago lo mismo de regreso así que... ¿por qué me miras así?. –Ve a Zhan mirándolo fijamente y se remueve algo incómodo.
—Es que cuando yo iba en la universidad era igual de despistado que tú. Por favor colócate el cinturón. –Emprende su camino y luego de colocarse el cinturón, Yibo lo mira a escondidas algo avergonzado. –¿Hay algo que me quieras decir?. –Niega con la cabeza.– Oye no lo dije para incomodarte por favor no lo tomes a mal.
—Ya lo se, no lo hice.
—Bueno, ¿A qué hora entras?.
—A las 8 am.
—¿Y sabes que hora es?. –Yibo lo mira un momento y luego mira la hora en su celular asustado.
—¡Ay no! ¡Son las 8:11 am! ¡No me van a dejar entrar!.
—Aiya... ¿Y aún así pensabas tomar el autobús? Yibo ¿porqué vas tan tarde a clase?.
—Yo... me quedé dormido.
—Querido Didi eres joven y tienes que acostarte temprano y dormir en una medida en la que puedas levantarte temprano por la mañana, desayunar correctamente y no ir corriendo por la calle como un correcaminos sin fijarte, que tal si Dios no lo quiera un día de estos te caes y te lastimas o peor aún que tal si en tu apuro no te fijas al cruzar la calle, la verdad no me quiero ni imaginar que pasaría, por eso debes tener mucho cuidado.
—Si Zhan ge lo tendré en cuenta, no pasará otra vez. –Se mira las manos avergonzado con los ojitos tristes.
—Yibo... Por favor no pongas esa cara tan triste, no te dije todo eso por regañarte si no porque me preocupas.
—¿Qué te preocupo?. –Lo mira con algo de ilusión en los ojos.
—Asi es, sería algo muy desafortunado que alguien tan agradable y hermoso como tú quedará como un sapo aplastado a media carretera.
—¡Oye yo no parezco sapo y si me fijo al cruzar la calle!.
—Ajá... Si te fijas tanto entonces ¿Porqué no te diste cuenta de que pasaste a un lado mio casi tumbandome hace un rato y que luego te seguí en la camioneta?.
—¿Enserio?.
—¿Vez como si eres despistado? Pasaste y me aplastaste el pie y no te diste cuenta.
—¿De verdad lo hice?.
—No pero casi. ¿Y ahora a donde vamos?.
—A la escuela.
—¡Oh si a la escuela!... Jajaja creo que ya me perdí, ¿No dijiste que ya no te iban a dejar entrar?.
—Si pero...
—Entonces ¿por qué te preocupas?.
—Zhan ge tengo que ir a la escuela aunque sea tarde para ver si me dejan entrar.
—¿Y si no lo hacen?.
—Si no lo hacen regresaré a casa.
—Entonces no. –Sonrie maravillado al ver un anuncio y lo señala con el dedo.– ¡Oh mira hay una promoción de dos hamburguesas grandes al precio de una!.
—Zhan ge no me has hecho caso tengo que ir a la... –Se queda viendo un momento por la ventanilla.–Espera ¿A donde vamos?.
—¿Vez como si eres despistado didi? Jamás tuve la intención de llevarte a la escuela, yo voy a secuestrarte. –Muestra una sonrisa de medio lado y Yibo ni siquiera se mueve solo lo mira perplejo. – ¿No estas de acuerdo? Llora y grita si tu quieres pero ya estamos lejos de casa y nadie podrá salvarte.
—¿A donde vamos Zhan?. –Dice sin quitarle la vista de encima y con su corazón acelerado.
—Ohhh ya lo verás, es un lugar donde nadie podrá encontrarnos jamás.
—¿Porqué?.
—No se siempre quise decir eso. –Sonrie. –Didi ¿No me digas que de verdad estas asustado?.
—¿A donde vamos?.
—Iremos a comer hot pot y pastelillos recién horneados en un lugar que conocí hace unos días aunque esta un poco lejos pero ya casi llegamos.
—¿Y lo del secuestro?.
—De eso se trata, te voy a secuestrar para que vayamos juntos a comer, ¿no quieres?.
—¿Y tu trabajo?.
—Mmm no tengo trabajo hoy en realidad, me dieron el día libre.
— Pero tu dijiste que...
—Me refería al trabajo de cambiar la pintura de mi cuarto.
—¿Entonces no me harás nada malo?.
—¿Mmm? ¿Porqué te haría algo malo?. –Pregunta confundido.–
—Por que tú eres un Alfa y yo un Omega.
—¿Y eso que tiene que ver? ¿Algún alfa te ha hecho algo antes?.
—No pero he escuchado de alfas que atacan a jóvenes y yo soy virgen.
—No soy un cazador de jóvenes vírgenes ¿sabes? ¿Por quién me tomas?.
—Pero tu dijiste que me ibas a secuestrar.
—¿En en verdad me creíste eso? Yibo eres demasiado inocente; en primer lugar si pensaste en que podía hacerte daño no debiste subir conmigo al auto o pedir ayuda en cuanto te dije eso o alarmarte al menos, pero no lo hiciste, segundo no deberías andar diciendo a todo el mundo que eres virgen y menos a alguien que acabas de conocer y es un alfa, tercero no creas todo lo que te dicen.
—Entiendo pero tu no me das miedo.
—Pues deberías porque por ahí me enteré que no sabes cocinar y yo si y no sólo eso si no que yo suelo comer mucho y si no tengo suficiente comida en la mesa cuando tengo hambre me enojo mucho y comienzo a tirar las cosas y si no tienes mi comida te daré de mordidas y luego te haré dormir afuera.
—¿Porqué?.
—Por que... Yibo hay vas otra vez a hacerme caso en mis locuras. ¿Qué te dije sobre lo de no creer en todo lo que te dicen?.
—Que no es bueno.
—¿Y entonces? –Lo mira con una ceja levantada haciendo una expresión de: ¿no es obvio?.
—Zhan ge se que acabamos de conocernos pero aun así confío en ti y se que no me harías daño.
—Ahora comprendo por que no olí ni una pizca de miedo o temor en ti, hasta parece que no entendiste nada o quizás si lo hiciste y por eso no te dió miedo. –Busca un lugar donde estacionarse y se detiene.
—Zhan ge ya no fuimos a la escuela.
—¡Olvida la escuela ahora, estamos tratando un asunto más importante! ¡¿Como puedes confiar en un tipo al que acabas de conocer y te dice que te va a secuestrar?! ¡y encima de todo no vas a clases y me sigues viendo como si no me hubieras visto en la vida! ¡¿Qué te sucede?!. –Lo mira como si estuviera loco y Yibo sonríe un poco.
—Zhan ge es lindo incluso cuando se enoja.
—No estoy enojado. Estoy... ahhh ni siquiera se como describir lo que siento. ¿Porqué dices que confías en mí y que no te haré daño?.
—Por que Zhan ge es bueno y su aroma es dulce.
—¿Y?.
—Y... –Juega con sus dedos y se sonroja.–Bueno es que... se que talvez suene tonto pero desde que te ví por primera vez me di cuenta que eras lo más hermoso que había visto en mi vida.
—¿Te sientes mal?. –Toca su frente para checar si no tiene fiebre. –No parece que tengas fiebre.
—Zhan creo que tu eres mi alma y destino predestinado.  –Lo mira fijamente mientras que Zhan luce confundido.
—¿Eh?. –Se queda pasmado unos momentos y luego coloca la llave de nuevo para encender la camioneta.– Creo que realmente te sientes mal mejor te llevo a casa.
—No Zhan espera. –Le sujeta la mano.– Habló encerio no estoy enfermo.
—Te estas cobrando por la broma que te hice ¿no es así?.
—No, de verdad habló encerio.
—No te creo. ¿De donde sacaste esa idea de que soy tu alma destinada y no se que más?.
—Es que yo... Si te lo digo ¿no vas a burlarte de mi?.
—Dime.
—Zhan ge yo... jamás me había sentido atraído por nadie ni tampoco había pensado en cosas raras como en casarme y así yo creo que... me enamoré de ti a primera vista. –Mira directamente a sus ojos con su corazón latiendo rápidamente, sus mejillas sonrojadose más que antes y colocando una mano en su pecho mientras Zhan lo mira impasible por al menos un minuto que para Yibo es como una eternidad. –¿No me dirás nada?.
—No existe el amor a primera vista, sólo estás confundido. Vayamos a comer y olvidemos está tontería. –Toma las llaves y su celular y sale de la camioneta dejando a Yibo con un nudo en la garganta. –¿Vienes?. –Toca la ventanilla y abre la puerta del lado de Yibo, este toma su mochila y sale afuera.
—No quiero. Me iré a casa, perdón por haberte molestado. –Cabizbajo comienza a caminar hacia la dirección en que venían.
—¿Y como piensas volver? ¿caminando? Ni siquiera sabes donde estamos.
—Puedo tomar el autobús o el tren. –Se detiene para contestar.
—¿Asi? ¿Y con que dinero?.
—Tengo algo de dinero ¿sabes? No necesito que... –Mira a Zhan sonriendo de lado sosteniendo su cartera, mostrándole que él la tiene en su poder. –¿Como es que...?
—¿Ves como si eres ingenuo? Cuando pasaste corriendo dejaste tu cartera tirada en la calle, yo la recogí y por eso te seguí en mi camioneta, pero tu ni siquiera te diste cuenta de que algo te faltaba, ibas tarde a clases y de no ser por mi talvez ahora estarías arrestado por no haber podido pagar tu viaje en el autobús .
—¿Porqué no me dijiste nada antes?.
—Por que quería ver si te dabas cuenta o no pero eres tan ingenuo que no te percatabas de eso en absoluto.
—Dame mi cartera. –Zhan sólo alza una ceja.– Por favor dámela.
—No, si te la doy podrías irte y perderte por ahí.
—No soy tan tonto como para perderme Zhan, puedo preguntar o consultar un mapa ¿si? ¡No soy un niño!.
—No eres peor que eso, eres como un cachorro tierno e inocente que no tiene ni la más mínima idea de como es el mundo en realidad y cuales son los peligros que lo acechan si sale a la calle, a ti solo te falta la placa.
—¡Dame mi cartera, devuelvemela!. –Lo persigue e intenta quitársela pero no lo consigue. Zhan alza en alto la mano donde la sostiene pero Yibo no la alcanza.–Zhan dámela.
—No lo haré, no quiero ni imaginar lo que podría pasarte si te dejo andar sólo por la calle, que tal si unos desalmados te secuestran y abusan de ti o peor aún te comercializan en el mercado negro, no eso si que no, ni lo mande Dios.
—¡No exageres pareces mi madre!.
—¡Pues tu madre tiene razón y por obvias razones!. Así que vas a venir conmigo al restaurante, me vas a acompañar a comer y después te llevaré a casa para que estés sano y a salvó.
—No necesito tu compasión así que...
—Si no comes conmigo no te daré ninguna oportunidad.
—¿De qué oportunidad hablas?.
—Sabes bien de qué hablo. Si no vienes conmigo no volveré a salir contigo, no tendrás la oportunidad de conquistarme y por ende no habrá matrimonio.
—Eres un... –aprieta los puños y frunce el ceño. – tramposo. Espero que al menos tengas el suficiente dinero para invitarme.
—Por supuesto, ¿encerio crees que soy tan pobre?.–Sonrie y camina en dirección a la puerta.– Andando cachorro que ya es tarde.
—No soy un cachorro.
—Eres uno muy adorable te lo aseguro.

Mi Dulce Tormento.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora