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La hora de dormir pronto se acercaba y nuestros queridísimos Ackermans se irían a dormir, o al menos eso pensaba Levi, Mikasa seguía comiendo esos chocolates y lo hacía demasiado lento que hasta llegaba a desesperar. Bueno así es cómo estaba Levi, desesperado.

-- Oye, Mikasa, ¿No crees que ya es hora de irnos a dormir?

-- ¿Irnos? -- Río ante lo dicho por su novio, se limpió si boca con su vestido y no era porqué era una asquerosa, claro que no, Mikasa sería incapaz de hacer eso. En realidad lo hacía para ver que haría Levi ante esa situación y al parecer él señor Jesucristo la escuchó, Levi se levantó con algo de frustración y Mikasa siguió haciéndo lo mismo no sin antes poner una sonrisa victoriosa. Lo había logrado.

-- Mocosa, ¿Acaso tus papás no te enseñan modales a la hora de comer? Ven aquí. -- La agarró de los hombros y la levantó no sin antes mirar su cara, estaba hecha un asco. Mikasa ahora SÍ parecía un maldito bebé, para Levi era una maldita pesadilla del que pronto debería despertar. -- Ve a lavarte la cara por favor, luego te vas a cambiar.

-- Voy. -- Le dio una tierna sonrisa que hizo sonrojar a Levi, el plan de Mikasa funcionaba a la perfección. Iba a seguir así hasta que se cansé de ser un bebé.

-- S- sí. Anda con cuidado, Mikasa.

Vio como Mikasa se iba a las escaleras y subiéndose con cuidado como le dijo Levi, volvió a lo que dijo desde el principio, fue a la mesa que estaba echa un total desastre y tendría que limpiar.

Manchas por aquí, manchas por haya y manchas por doquier, la pregunta de Levi seguía en pie y era del ¿Porqué estaba vestida así? ¿Era un simple disfraz o sólo lo hacía por joderle la existencia? Bueno eso último sí que no, Mikasa era un pan de dios para hacer eso. Hizo un escándalo sólo por hacer esa pregunta, se calmó por comer un pedazo de chocolate y ahora hizo un desastre ¿Qué otra cosa podría pasar en la casa de los Ackermans?

Nadie lo sabe, por ahora.

-- Mi linda mesa está hecha un maldito desastre, genial. -- Fue rumbo a la cocina, iba a buscar todas las cosas de limpieza y buscó entre los cajones de abajo y en su pensamientos sólo rezaba por encontrar eso.

Era nada más y nada amenos que; unas lindas toallas blancas, eran muy brillantes como el gran sol cuándo se ocultaba, a Levi le encantaba dejar todo reluciente y las toallas no se salvaban. En el restaurante dónde el trabaja quiso ser el de limpieza pero por su tierna apariencia no pudo hacerlo.

-- Estás lindas toallas están perfectas para limpiar. --- Antes de pararse de allí e ir a dónde debía ir a limpiar buscaba unos detergentes con buen olor, lo usaba en el restaurante, o más bien se lo llevaba al responsable de la limpieza qué por cierto, lo hacía del carajo.

Los pisos no eran brillantes, los espejos estaban llenos de suciedad y apenas y había iluminación. Muy bonito el restaurante, no? Pero el baño también cuenta en la limpieza.

-- ¿Porqué a mí no me contratan de eso? Es por eso que las personas del restaurante salen asqueadas de ese terrible lugar que fácilmente se le llamaría el mismísimo Infierno. -- Bueno, reconozco también que mi altura no ayuda mucho.

Y hablando de su altura, cuándo fue su entrevista de trabajo en ese lugar y lo confundieron con un niño. Juró que mataría a quién le haya dicho "niño" o el típico apodo de "enano".

-- Odio con todo mi maldito ser, mi altura. -- Dijo mientras sacaba las manchas de chocolate de la mesa.

little baby ━ rivamika.Where stories live. Discover now