capitulo 9: desentrañando secretos

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Francia observaba con curiosidad a Alessia, quien seguía de pie frente a la puerta, casi como estuviera esperando pero ¿A quién? Se acercó a ella colocándose detrás de su cuerpo y se asomó pero para su sorpresa no había nadie.

—¿Estás bien? ¿Por qué no cierras la puerta? —le preguntó Francia mirándola con el ceño fruncido.

—Sí, estoy bien, no hay nadie —la chica cerró la puerta sin perder más tiempo—. ¿Cómo era esa persona?

—Bueno, era un hombre, alto, delgado, parecía un fantasma, me dio miedo incluso.

Alessia rápidamente retrocedió y soltó un jadeo, eso preocupó por completo a Francia.

—Oye ¿Estás bien? ahora tú pareces un fantasma.

—Si... si... estoy bien —Alessia tragó saliva—. Será mejor que nos pongamos a trabajar.

Mientras la chica tallaba la ropa de gimnasio de los hombres trataba de calmar su corazón, el cual no se lograba calmar por más que ella hiciera ejercicios de respiración, si él ya sabía que estaba ahí eso significaba que aparecería en cualquier momento, ese pensamiento solo la asustó más, debía tener los ojos abiertos con todas las personas que entraran en esos días.

Por otra parte un recuerdo le invadió la mente, la pregunta de Meyer ¿Qué si lo siguió amando? Por supuesto que sí, siempre lo ha amado, pero no era posible que lo que sucedió cuando eran más jóvenes volviera a suceder, primero que todo Meyer la odiaba, con todas sus fuerzas y segundo que todo lo colocaría en riesgo, no lo volvería a hacer, soltó un suspiro antes de seguir tallando pero una pila de ropa cayó frente a ella.

—Si no es mucho pedir —le dijo Vita de mal humor.

—No te preocupes, así no tendré que botar el agua de jabón —le contestó ella de manera amable antes de empezar a separar la ropa.

—¿Segura que no te molesta?

Ella solo negó con la cabeza.

—Que extraño, supongo que no estamos acostumbrados a mujeres complacientes.

—Me gusta hacer las cosas bien y que las personas queden satisfechas con mi trabajo, eso es todo.

Y por primera vez desde que llegó Vita le mostró una sonrisa amable antes de asentir con la cabeza y abandonar la terraza, eso tranquilizó un poco a Alessia, necesitaba ganar la confianza de todos, que dejaran de mirarla de mala manera, ella también deseaba pertenecer a esa familia.

Meyer observaba la calle desde su habitación, sentado sobre una silla frente a la ventana, expectante, inmediatamente las dos chicas abandonaron la habitación corrió como pudo a asomarse pero no vio a nadie, eso fue extraño ¿Acaso Francia trataba de impedir que ellos estuvieran a solas? No, imposible, ella estaba tan horriblemente enamorada de Vita que incluso sentía pena ya que él nunca le correspondería.

Mientras todos almorzaban en la barra del bar Alessia aún seguía aislada por el grupo para comer en su habitación, cuando por fin agarró valentía para preguntarle a Francia si podía comer con ellos la chica solo la miró en silencio y desvió la mirada, eso la hizo sentir mal e incluso le provocó ganas de llorar, odiaba sentirse así y odiaba que todo el mundo la culpara por lo que sucedió con Jackson, era su hermano y nadie lo amaba más que ella, incluso más que Dalis, ellos tenían una conexión y ahora sin su hermano y su padre en cualquier estado del país, Alessia no podía sentirse más sola.

A las seis de la tarde Alessia fue a curar la herida de Meyer pero para su sorpresa lo encontró profundamente dormido sobre su cama, al parecer los analgésicos hicieron efecto, ella se acercó con cuidado y cerró la puerta detrás de ella, con sigilo para no ser escuchada le susurró.

en las manos de Meyer KingWhere stories live. Discover now