Cambia Tu Boleto (Change Your Ticket) |H.S|

Capítulo 3

Narra Harry

Ya no podía esperar ni un solo día más para que fuera miércoles, tal vez con esta demanda por fin pueda alejar aquellos idiotas de mi hotel. Mi colega Niall me había dicho que había conseguido a una de las mejores abogadas, la abogada Gil, no me molesto en lo absoluto pagar por su boleto de primera clase, e instalarla en mi hotel, ya que había visto que su esposo la había instalado en un hotel que ni siquiera sabía que existía.

Era lunes por la tarde, exactamente las dos y media. Estaba en el bar del hotel tomándome unas copas junto a Niall, mi amigo rubio seguía platicándome de aquella mujer que me ayudaría con mi caso. En verdad no me interesaba, no hasta que Niall me había dicho que era una mujer hermosa, joven y que tenía un cuerpo de muerte. Quería comprobarlo por mí mismo, así que me quede en el bar, no bebí más alcohol pero si me pedí una botella de agua. Antes de irse, Niall me dio una palmada en el hombro, lo vi cruzar la puerta y no despegue mi mirada de ahí, solo para revisar mi celular.

Entonces vi como el conserje Vic contestaba una llamada para después correr a abrir las puertas, tome de mi agua mientras veía como una mujer entraba, no podía ver su rostro ya que estaba de espaldas a mí. Recorrí con mi mirada su cuerpo, tenía unas curvas para matar, por el lado podía ver su busto de buen tamaño, era delgada pero no tanto y por la falda que llevaba puesta podía ver sus piernas hermosas, ¿sería ella la abogada? Note que subía las escaleras con pesos pesados, se veía irritada lo cual me causo una risa. En cuanto desapareció, me levante de mi asiento listo para irme a mi despacho, pero entonces vi a Carson entrando con unas maletas enormes en sus brazos.

—Carson chico, ¿adónde llevas esas maletas?

—La señorita las ha olvidado afuera, el taxista no alcanzó a ver por donde se fue ella.

—Bueno, continúa.

Me aleje del chico y subí al ascensor. En cuanto entre a mi despacho, lo primero que vi fue la fotografía de mi princesa, se podría decir que era mi princesa perdida. ____ Malik. La chica por la cual no podía estar con ninguna otra mujer sin que ella cruzara mi mente, ella me volvía loco. Aun recordaba el día que habíamos perdido la virginidad juntos a los catorce años, éramos jóvenes pero jamás me arrepentiré de que ella haya sido mi primera. También recordaba el día que ella se fue de Massachusetts, llore como loco por varios meses pero jamás me atreví a llamarla, ese fue mi peor error. No sabía nada de ella en cinco años y cada día me preguntaba que habría sido de ella.

Me senté en mi silla y tomé el portátil, revise lo que era todo que ver con el hotel, el negocio seguía más o menos bien. Me entro la curiosidad, así que revise el suite que había apartado para la abogada, donde tenía que encontrarse ocupado, si es que aquella mujer si era la abogada. Sonreí en cuanto vi que definitivamente la habitación ya estaba ocupada.

Había mandado a Carson a llevarle la cena, y en cuanto el chico regreso, note que estaba como embobado. ¿Qué le habría dicho aquella mujer? Volví a mi despacho cuando reconocí que Niall jamás me había dicho su nombre, ni yo tampoco me había fijado cuando la busque en el portátil. Así que volví a buscarla, y ahí se encontraba su nombre. ____ Gil. ¿____?

Me levante rápidamente del asiento, mientras recordaba la figura de aquella chica que amaba y la comparaba con la figura de aquella mujer en el lobby, definitivamente la mujer tenía un cuerpo más delgado. ¿será ella? Podría haberse casado o no eran la misma persona y mi abogada tenía el mismo nombre de mi antigua novia por casualidad.

Estuve unas horas revisando los nuevos planes para remodelar el hotel en algún futuro, y antes de irme a casa, tenía que asegurarme de algo, así que tome el teléfono de mi oficina, y llame.

—Hola —escuche su hermosa voz, esa voz que no había escuchado en años pero que aún me hacía temblar. Era ella, estaba cien por ciento seguro. Pero, ¿con quién diablos se había casado? ¿Se olvidó de mí?

Suspire para después colgar. La mujer que tanto ansiaba ver estaba en mi hotel y aparte ella se encargaría de mi caso. Ella siempre había sido tan inteligente, fue una de las cosas que me llamo la atención de ella aparte de su belleza.

Pero entonces caí en la cuenta de que tal vez ella aún estaba enojada conmigo por tratar de convencerla en renunciar su beca en Wake Forest, estuvo mal querer hacer eso, es por eso que no la llame. Estaba orgulloso de que ella haya podido entrar en una universidad pero por su inteligencia, así que no podía distraerla. Sonara como una excusa estúpida, pero era la verdad, en aquel momento pensé que sería lo mejor para ambos.

En mi segundo mes en Harvard, decidí renunciar a ser un abogado, no me daba para nada esa carrera. Me dedique a la construcción, trabaje con arquitectos y abrí mi propio negocio en Nueva York, era dueño de dos almacenes y de cinco hoteles Four Seasons en este estado.

Quise ir donde estaba, quería volver a besarla, sentirla cerca, pero ella no sabía nada de que yo era dueño del hotel donde ella se encontraba, ni que el caso que ella se haría cargo era MI caso. Así que, me fui dejando a Vic al cargo de todo —como siempre—, aunque estaba temblando por ir a aquella habitación y volver a verla.

Cuando llegue a mi casa, me encontré con mi gato Lenny, lo levante del suelo y lo lleve conmigo a la sala, me senté en el sillón con él en mi regazo, tome el control remoto para encender el televisor. Maylene—la sirvienta— se había ido ya, así que estábamos solos Lenny y yo. Ese gato gris me lo había regalado ____ cuando teníamos dieciséis años, al igual que un blanco que lamentablemente solo vivió unos meses.

Definitivamente ya no podía sacármela de la cabeza, necesitaba acercarme a ella lo antes posible, al carajo su esposo, para eso existía el divorcio, ella era mía.

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