Be my bitch, little pussy

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Nadie lo podía creer, esa mañana todos en la preparatoria de South Park contemplaban algo simplemente surrealista, algo único que no se veía todos los días, algo que había que contemplar con los ojos para poder creerlo.

Tweek Tweak venia de buen humor.

No es que el rubio cholo fuera un amargado en sí, simplemente era un muchacho con cierto aire de... sí me hablas te apuñalo y luego te robo, cosa que en realidad no estaba lejos de la realidad ya que varias veces lo había hecho... en fin, la cuestión era que su humor estaba tan positivo que incluso vio como a alguien en el pasillo se le caía la cartera ¡y simplemente la levantó y se la entregó! ¡con todo el dinero dentro! Algo bueno tuvo que haber pasado para que el muchacho de California estuviera fuera de su papel de chico malo.

Y ese algo bueno era un polvo glorioso con Craig Tucker.

Si Tweek tuviera amigos en esa escuela seguramente ya hubiera llegado diciendo algo como "Ayer me comí un culo así de grande" y luego exagerar las tallas como buen hombre macho pecho peludo que es, pero bueno, en esta ocasión se guardaría esa conversación para sí mismo, mientras tanto, llegaba al salón de clases para buscar directamente a su amante de la tarde anterior, encontrándolo solo mientras limaba sus uñas con una lima rosa con brillantina. Es así como puso su mirada de seductor (que en realidad daba más miedo que otra cosa) y se acercó al pelinegro para entablar una buena conversación sobre su encuentro.

—Ey, Brillitos—Dijo, pero cuando el muchacho escuchó ese apodo se congelo en el acto, su rostro comenzó a perder color mientras bajaba la mirada hacia sus zapatos blancos y pulidos que al parecer eran más interesantes que mirar al muchacho— Oye hommie, ¿tas bien? —Puso una mano en su hombro la cual fue respondida con un azote a su mano mientras el chico se caía de su asiento.

—¡N-no me toques! —Gritó al fin mientras ponía una mano encima como si el contrario le fuera a hacer daño, el grito que dio fue tan fuerte que todos los miraron de inmediato, murmurando algún nuevo rumor sobre Tweek como abusador seguramente.

—P-pero...—Intentó hablar.

—¡Vete! —Volvió a gritar con desesperación a lo que Tweek simplemente chasqueó la lengua y se fue.

—Allá tú con tus pedos mentales pinche mamon culero—Le respondió para luego salir del aula sin pensar ni un momento que las clases estaban por empezar, ahora todo el mundo lo miraba con un aura incluso más siniestra de lo habitual, ¿será bipolar? se preguntaban aquellos que minutos antes lo había visto de lo mejor.

...

El resto de la jornada Tweek vagó de un lado al otro intentando hablar con Craig pero a donde iba el chico buscaba la manera de escapar, esto empezaba a irritarlo se estaba empezando a cuestionar si merecía la pena seguir como perra detrás del muchacho metrosexual "Lo que hago por un culito" se regañó a sí mismo, comenzando a hartarse de jugar a ese maldito juego del gato y en ratón hasta que, faltando solo una clase por fin pudo acorralar al muchacho en los baños, cerrado con llave detrás de él.

—Ey—Dijo recostado en la puerta para bloquearla mientras el pelinegro salía de un cubículo donde acababa de hacer sus necesidades—¿meas sentado? ¿acaso eres algún tipo de psicópata? —Fue lo primero que soltó haciendo que Craig lo mirara con ojos bien abiertos y una mano en la cadera con su rostro de indignación.

—¿Me estabas espiando mientras orinaba? —Preguntó con ganas de matarlo.

—Es que me aburria de esperarte así que miré para saber si estabas vivo—Se excusó como si fuera lo más normal del mundo.

—¿QUE CLASE DE EXCUSA ES ESA? —Explotó, sintiendo que de tanto gritar tendría que llegar a hacerse un té de jengibre para que no se le vaya su perfecta voz nasal.

Brillantina y Polvo | CreekWhere stories live. Discover now