OBSESIÓN || Finn Wolfhard Y Tú ||©🔚

CAPÍTULO 7

Mis hermanos y yo entramos a casa después de lo ocurrido. Estos de fueron a su habitación mientras yo me quedaba en la cocina mordiendo mi labio inferior pensando en Finn.

¿Por qué me habrá defendido?.

Quizá se solidarizó y vio a una damisela en apuros. O quizá le gustó.

Si, creo que es la segunda.

Sonreí ante mi propia lógica, de verdad quería gustarle. Y esta sería una buena excusa para hablar con él, agradecerle una y otra vez.
Me arme de valor respirando profundamente y me gire para salir del departamento.

Pero la puerta se abrió dejando mi cuerpo congelado.

— ¡Papá! — Exclamé al ver a mi padre entrando con su maletín en mano y la corbata floja.

— Cariño — sonrió.

Me acerque a él y lo abrace fuertemente, este respondió de la misma manera. Tenía mucho tiempo sin verlo, lo extrañaba.

Yo y mi padre teníamos una gran relación, pero últimamente eso se a ido.

— ¿Cómo te a ido en la escuela? — pregunto mi padre.

— Supongo que bien.

— ¿Supones?.

Sonrió. Los ojos verdes de mi padre se fijaron en mis hermanos quienes venían corriendo hacía el.
Los cargo a ambos y beso sus mejillas. Me alegraba de tener un padre así. Aún que la mayoría de las veces no esté con nosotros.

— ¡Papá! __________ tiene novio, y es nuestro vecino de enfrente — menciono Mike viéndome.

Negué — No es cierto.

— Lo es, yo los vi besándose — mintió Evan.

«Quisiera».

— ¿Cómo? — pregunto mi papá bajando a mis hermanos y se acercó a mi — Solo me fui por dos meses y mi hija ya tiene novio ¿Cómo?.

— No es mi novio — suspire.

— Igual quiero conocerlo ¿Por qué no lo invitas a cenar? — pregunto mi padre quitando su corbata.

Me tense — N–No se si el... — rasque mi nuca — No...

Me interrumpió — ¡Oh vamos! —mostro sus dientes perfectamente blancos y alineados — Seguro me caerá bien.

Iba a hablar pero fui interrumpida por Mike — ¡Yo iré por él! — abrió la puerta de la casa y salió corriendo, Evan detrás de él.

Podía morir en este preciso momento.
Cerré mis manos; formando así, puños. Me sentía tan avergonzada, si por alguna razón Finn llegase aceptar –que espero eso no pase– pasaré la mayor vergüenza de mi vida.

Aún que no sería mala idea que mi padre lo empecé a querer, estaba de acuerdo para el día en el que Finn y yo nos casemos y tengamos dos hijos... ¡Deja de pensar en eso __________!.

—¡Acepto!.

Grito mi pequeño hermano.

Todo se torno lento, y por un segundo ya no sería el piso. Solo me límite a sonreír fingidamente.

...

Quitaba y ponía los tacones de mis pies ¿Sería algo formal?. No es como que vaya a pedirme matrimonio, solo viene a cenar con toda mi familia... Tendré que poner un tapón en la boca de Mike, él me preocupa más que el resto de mi familia.

Al final decidí no ponerme eso, y solo opte por zapatillas negras. Me pondría algún calzado deportivo pero mi padre comenzará a decir que no es adecuado para la ocasión.

Y bueno, no quiero hacer enojar a mi padre el día en el que llegó.

Todo mi cuerpo se tenso al escuchar el timbre de la puerta sonar, retumbando por todas las paredes del departamento. Finn había llegado.

Me mire una vez más al espejo y mire la gran fotografía de Finn que estaba justo pegada en medio de la pared.

— Serás mío.

Salí de la habitación después de decir esas dos palabras –que sonaban ridículas–.

Agache un poco la cabeza y camine por el corto y angosto pasillo hasta llegar finalmente a la cocina. Ahí fue cuando levanté la mirada encontrándome con mi madre bellamente a lado de mi padre quien lucía muy bien.

Mis tres hermanos; quienes se bañaron y arreglaron para la ocasión.

Y finalmente Finn. Lucia realmente bien ¡Hermoso! Tranquila... No demuestres interés, solo... Camina y siéntate junto a él ¡Ja! ¿Por qué razón me dejaría un asiento junto a él?.

Esta claro, le gusto.

Me acerque sin dejar de mirarlo, este tenía la misma mirada que todos, sorprendidos.
Sonrió nervioso y bajo su mirada.

Él, tenía un traje azul marino con una corbata roja y camisa blanca abajo. Sus rizos estaban un poco peinados hacia atrás; haciendo que sus pómulos se notarán más.
Sus labios estaban más rozados y ligeramente secos... Solo quería ir y abrazarlo. Decirle lo mucho que me gusta.

— ¿Te pusiste labial rojo?.

¡Espero que les haya gustado!
Raios, me imaginé a Finn.
Como dicen ustedes “hermosa imagen mental”.

¡Las amo!
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