-Estoy bien, Lauren- dijo Colette con un tono molesto en la voz.

-Ok- dijo Lauren tratando de concentrase en las manchas para no intentar leer el rostro de su amiga- Dime si necesitas algo- le sonrió y Colette asintió con la cabeza- Podríamos salir a almorzar algo más tarde- Colette negó con la cabeza- O a cenar cuando Olivia llegue- las palabras salían disparadas de la boca de Lauren, le era difícil quedarse callada- ¿Qué harás hoy?- Colette ya estaba frente a la puerta de su habitación ansiosa por entrar en ella y cerrar la puerta.

-Me tomaré el día, leeré y dormiré- dijo Colette concisa.

-Que bien- Colette ya había entrado a su habitación pero Lauren tenía que preguntar- Coco...

-Estoy bien- Colette sacó la cabeza por el marco de la puerta- estoy ansiosa por terminar el nuevo libro de Cassandra Clare- sonrió débilmente- es un buen día para dedicarlo a la lectura- dijo con una sonrisa en el rostro y seguido a esto cerró la puerta dejando el departamento en total silencio.

Por más que sus palabras hubieran sido confortantes y tranquilizadoras hasta cierto punto, Lauren no sabía que tanto debería preocuparse. "Estoy bien" había dicho Colette y por más de que lo pareciera por su manera de hablar y sus gestos, Lauren sabía que no era cierto y no sabía que hacer para ayudar a su amiga.

Se supone que entre más conoces a las personas, con el tiempo se vuelve más fácil entenderlas y adivinar sus pensamientos, como con Olivia. Pero con Colette era al revés, entre más la conocía y mas tiempo pasaba con ella le era más difícil entender su comportamiento.

Lauren amaba leer a las personas, le picaba la curiosidad por saber cada aspecto de la vida de todas las personas que conocía, le intrigaba la manera de ser de cada persona. Había dos tipos de personas, las transparentes que con solo mirarlas ya se podía leer hasta el más mínimo detalle de su ser, así era Olivia, con su sonrisa infantil y su mirada soñadora ya te dabas cuenta de la clase de persona que era. También estaban las personas cerradas y nubladas, como las llamaba Lauren, aquellas que por más que intentaras excavar en sus pensamientos a duras penas se lograba ver la punta del iceberg, así era Colette, tan difícil de leer que a Lauren a veces le costaba saber como tratarla. A Lauren le gustaban ese tipo de personas, porque suponían un reto. Quizá por eso quería conocer a Michael.

-Michael- dijo Lauren en voz alta.

Oyó un ruidito proveniente de su teléfono y se acercó a recogerlo del suelo, no recordaba haberlo tirado al suelo, pero debido al susto seguro que lo hizo.

-¿Estas ahí?- había dicho su hermana a través del teléfono.

-Si, si- dijo Lauren acercándose el teléfono al oído- Lo siento, Colette me ha asustado y he perdido el hilo de nuestra conversación, sígueme contando- dijo Lauren mientras iba a la cocina por mas implementos de limpieza.

-¿Cómo está Coco?- preguntó su hermana con bastante interés.

-Bien- respondió Lauren rápidamente. No le iba a transmitir todas sus dudas sobre Colette a su hermana pequeña.

-¿Sabe lo de Dean?- dijo Jane como la chismosa que era.

-¿Qué es lo de Dean?- Lauren casi dijo el nombre en un susurro- Jane, habla- le pidió a su hermana menor.

-Se van a casar- reveló Jane- le ha pedido matrimonio en la plaza- dijo Jane con voz soñadora- ¡En la plaza!- chilló la niña- frente a todo el pueblo, fue todo un escándalo. Corrí a casa para contrale a mamá- la niña hablaba con rapidez e ilusión- fue muy romántico- la sonrisa se había esfumado del rostro de Lauren- Ella se veía tan...

Dean se iba a casar. Se iba a cazar con ELLA. Colette no podría enterarse por nada del mundo.

-Eso no tiene nada de romántico- la cortó Lauren.

Té para tres (TERMINADA)Where stories live. Discover now