Olivia
Olivia seguía rápidamente a Colette por la escalera. Apenas llegaron a la puerta del departamento se quedó callada al ver como Colette aporreaba la puerta con fuerza y convicción. Segundos después Lauren abrió la puerta tan lentamente que Olivia ya empezaba a dudar de la existencia de la poca paciencia que a Colette le quedaba.
Colette era una persona muy centrada que se caracterizaba por tener una mirada tranquila y serena, sus delicados movimientos te recordaban a las deliciosas armonías que creaba en su instrumento favorito, el violín. Sin embargo en ese momento Olivia no veía a esa persona frente a ella, sino que veía a la Colette que perdía el control, a una Colette irracional y alterada. Olivia había visto pocas veces a esa Colette y cada vez que sucedía deseaba no volver a verla jamás.
Olivia sabía que Colette no había tenido un buen día, lo sabía por la mirada en sus ojos y en la rudeza de sus movimientos. Cuando Lauren nunca llegó a la parada del metro Colette tomo una larga y profunda inhalación, y cambio los planes para su día con la tranquilidad temblando en los ojos. Habían estado en varias tiendas, dónde Colette había comprado decoración para su nuevo hogar: velas, una alfombra para su habitación, toallas para el baño, una letra C gigante, una lámpara, nuevas sabanas para su cama, incluso nuevo mobiliario, una cama, un tocador y dos mesas de noche que llegarían mañana. Olivia no compró nada para su habitación, pues había traído sus sabanas viejas que había usado toda la vida y el desgastado cuadro con la foto de su madre en él, y para ella esa era decoración suficiente para su habitación. Luego de pasar por el supermercado y adquirir todas las cosas necesarias para su supervivencia en el nuevo apartamento, habrían ido a comprar el perfume para Olivia, sin embargo la expresión en el rostro de Colette cambió violentamente cuando recibió un mensaje de texto, Olivia sabía exactamente de quien era ese mensaje y entendía la reacción de Colette ante ello.
-Lauren- saludo a su amiga con un rápido movimiento de cabeza. Seguido a esto dejó las bolsas de la compra en el mesón de la cocina y caminó lentamente hasta su habitación, luego cerró su puerta con una delicadeza increíble.
-¿Que bicho le pico?- preguntó Lauren mientras me quitaba las bolsas de las manos.
-Un bicho llamado Lauren- Olivia cerró la puerta con el pie.
-Yo no le hice nada- Lauren empezó a limpiarse las manos llenas de pintura con un trapo- Les dije que no saldría hoy.
-Lo sé, pero hace como una hora Colette te envió un texto- Olivia se sentó en el viejo sofá usado de la sala- Te pidió que fueras a la tienda y nos ayudaras con las bolsas.
-Lo siento, no lo vi- Lauren se sentó junto a ella y puso la cabeza sobre su hombro- Habría salido, solo que no estaba pendiente del teléfono. Estaba pintando.
-Lo sé- una pequeña sonrisa se formó en los labios de Olivia al ver el overol lleno de pintura que Lauren lleva puesto- Solo que mis brazos no te lo agradecen- estiró sus delgados brazos y vio las diversas marcas rojas que las bolsas habían formado en su piel.
-Te estoy haciendo un favor al ejercitar tus brazos- sonrió Lauren- ya sabes lo fuertes que tienen que ser las bailarinas de ballet.
-Pero no llenas de moretones- Olivia pensaba en sus feos pies, llenos de moretones y raspones- aunque debo admitir que si necesito fortalecer estos bracitos- los movió sin animo.
Lauren soltó una de sus características carcajadas y se levantó del sofá.
-Iré a continuar con mi obra maestra- dijo Lauren yendo hacia su habitación- podrás verla cuando este lista- gritó antes de cerrar la puerta.
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Té para tres (TERMINADA)
Romance(Completa) Nuevos comienzos, dos palabras, 15 letras, miles de significados, tres personas y un solo deseo: empezar de nuevo. Las palabras miedo, entusiasmo y fascinación se quedan cortas para describir la sensación que Olivia, Colette y Lauren sent...