Parte 2 Sin pistas.

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Aunque se quedó aturdido en su lugar, Shi Qing Xuan se recuperó rápido y miró en cada esquina de la habitación buscando al ladrón. Sin embargo, a parte de él, no había nadie.

Sacó su teléfono celular de su bolsillo y marcó el número de la policía mientras salía de la bodega. No creía que ese rufián se haya desvanecido al aire, debía usar algún tipo de truco para pasar de ser percibido.

El museo tenía sus puertas cerradas, si alguien intentaba forzar la cerradura inmediatamente las armas sonarían. Apostando que el ladrón intentaría romper las puertas como lo hizo con la bodega, se dirigió directamente a la parte trasera del edificio.

Sin embargo, al llegar ahí no encontró lo que esperaba. Las puertas estaban intactas tal como las había dejad. Aun frustrado, a través de su celular revisó las cámaras de seguridad creyendo firmemente que todavía estaba dentro del museo.

Las cámaras estaban ubicadas en los puntos ciego y tenía una amplia resolución, con ellas, se podía ver casi todo un pabellón, sin embargo, todavía había zonas que no llegaba.

Shi Qing Xuan no se confió y fue a revisar los pasillos hasta que los refuerzos llegaran, incluso regresó a la escena del crimen para buscar las huellas dejadas atrás o alguna pista. Pero al revisar el piso, incluso el pedestal donde había estado guardado el abanico no haya nada, era como nadie aparte de él habría estado en ese lugar.

— ¡Oficial Shi!

— ¡No entren!—Gritó Shi Qing Xuan.

El grupo de oficiales que estaba a punto de ingresar a la habitación se detuvo en el umbral de la puerta. Todos sabían que Shi Qing Xuan era el hermano menor del jefe de la policía, también que sabía que se había graduado en criminología con altas notas, por eso se quedaron quietos e inmóviles cuando se lo pidió. La otra razón era porque sabía que el hermano mayor era un genio y el menor tampoco se quedaría atrás.

Shi Qing Xuan se quedó pensando ignorando las miradas expectantes de los demás policías. Aunque no logró averiguar cuál fue el truco que usó el asaltante, se dio cuenta que había un patrón.

El robo comenzó hace poco, más precisamente cuando el terremoto azotó la ciudad de Pekín, también los museos y templos eran los objetivos, pero no todos, solo aquellos que guardaban reliquias antiguas.

Dentro de la ciudad había centenares de edificios históricos, los objetos que exhiben muchos eran falsos ¿Cómo sabía el ladrón cuales eran verdaderos? Incluso a su hermano le costó mucho que dijera la verdad a los dueños. Aun que lo pensara no lograba encontrar una respuesta a esa pregunta, sin embargo, intuía que los delitos no estaba siendo llevados a cabo por dinero, de lo contrario aparecían en el mercado negro.

Shi WuDo incluso revisó las tiendas ilegales de ventas de antigüedades, pero no encontró nada. Por eso motivos, creía que podría ser un coleccionista de tesoros.

—Oficial Shi ¿Encontró algo? — Uno de los oficiales no pudo evitar ponerse ansioso y lo llamó.

Shi Qing Xuan sonrió con torpeza— No, la escena está limpia, pero todavía es necesario que el equipo especial venga a verlo, nuestro ladrón fantasma tiene el aroma a algas marina, seguramente vive cerca del mar.

Los oficiales se miraron entre sí confundidos, no sentían ningún aroma algas en la sala, uno de ellos no podía evitar preguntar—¿Cómo lo sabes?

—¡Por supuesto...!— Shi Qing Xuan cerró la boca de repente al recordar que fue porque le robaron su primer beso que  pudo sentirlo de cerca. Su rostro enrojeció al sentir la picazón en sus labios.

Sacudió la cabeza para alejar aquel beso de su mente y fingió que nada pasaba —¡Solo se!—Se excuso saliendo de la bodega.

—¡Espere oficial! Todavía tienen que decirnos qué pasó.

Robando tu corazón ( Tian Guan Ci Fu)Where stories live. Discover now