Capítulo 20: Confesando algunas cosas.

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—Ámbar despierta— veo nublado y lo único que escucho antes de cerrarlos es mi nombre a lo lejos —¡Ámbar!

Y ahí se queda todo en negro.

***
Viernes, 8 de abril.

Claridad.

Es lo primero que siento en mis ojos.

Los abro como puedo porque me pesan mucho otra vez.

Es como si me estuvieran diciendo: "Tenemos sueño Ámbar, cierra los ojos"

Pero igual los abro de a poco.

—¡Ay mi dios, despertaste!— escucho a mi lado a ¿Cassie?

Me doy vuelta y abro los ojos de par en par por tres razones.

La primera es que estoy en mi habitación de la casa de Kevin.

La segunda es que Cassie está aquí.

Y la tercera es que Cassie está con Kevin a su lado.

Quiero levantarme, pero Kevin me agarra del pecho y me empuja despacito hacia atrás.

—Herida o no, joder que eres terca.

La miro a Cassie que sonríe con la boca cerrada.

—¿Qué...?

—Ya lo sabe. Bueno lo básico. Después te toca contarle tú. Igual muy bien. Creo que es un récord.

—¿Qué cosa?

—Mentirle a tu mejor amiga sobre el curso durante siete años. Si que eres una mentirosa.

Me río un poco. La garganta me pica, y Cassie lo nota. Me da un vaso de agua fría y me lo bebo en un segundo.

—¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?

—24 horas. Perdiste sangre, pero no una gran cantidad, además de que dormiste más horas por vaga. Ya te saqué la bala cuando te desmayaste y cosí la herida. Tienes que cambiarte la venda cada 12 horas.

—Está bien. Gracias Kev— suspiro con cansancio. Me da un beso en la frente y se para.

—Las dejaré. Tienen cosas para hablar. Tú sabrás qué cosas contarle exactamente— asiento y se va cerrando la puerta.

Cierro los ojos sonriendo y los abro. Cassie me mira extraño.

—No fuiste al instituto ni ayer ni hoy Cass.

—Primero mi mejor amiga. Tu profesor me dejó quedarme a dormir en un cuarto de huéspedes.

—Kev es un amor, aunque no lo parezca.

»Es como mi segundo papá— asiente. Es su cabeza debe aver un choclo inmenso de preguntas. Verla moviendo las manos por su jean y mirando todo el cuarto me lo confirma —Dime. ¿Qué quieres saber?

—¿Por qué lo consideras así a... Kevin?

—Kevin es mi único profesor que tuve y que quise tener desde que entré aquí. Mi papá me enseñó a andar en bicicleta. Kevin me enseñó a disparar como francotiradora profesional. Por eso lo veo como un segundo padre.

—¿Francotiradora?— intenta asimilarlo.

—Si— me río —profesional en arquería, dagas, espadas, boxeo, UFC, machetes, cualquier arma, lucha libre. De todo Cass.

—Wao...— dice sin creerlo.

—Me toca a mi. ¿Cómo me encontraste?

—Te seguí.

El Miedo De Ámbar #1 Where stories live. Discover now