don't leave me (Cedric Diggory)

1

Narrador omnisciente:
-Mamá, no puedes ir tú? No quiero salir de casa ahora.- dijo una niña leyendo un libro.
-No estás emocionada por ir a Hogwarts? Muchos niños y niñas saltarían de alegría si recibieran esa carta.- le dijo su madre desde la puerta.

Al ver que su hija no respondía, suspiró, era raro que no quisiera acompañarla a comprar los materiales del colegio.
-Lo cierto es que no te he preguntado si querías venir. Tienes que elegir tu varita...bueno, ella te tiene que elegir.- dijo entrando en la habitación de Cora y cogiéndole el libro.- Te lo devolveré cuando estemos allí.

[...]
-No es emocionante?- le dijo su madre al llegar al callejón Diagon.
-Ya...me devuelves mi libro?- le preguntó impaciente.

Tal y como se lo había prometido, su madre le entregó el libro.
-Voy a ir a comprarte los libros de este curso, ahora vuelvo.- se fue dejando a Cora entretenida con su lectura.

Cora caminaba sin rumbo, no se daba cuenta de nada de lo que pasaba a su alrededor, eso hasta que unos niños la notaron.

La niña se chocó con alguien, sin embargo no desvió la mirada de su libro y siguió con su camino.
-Fíjate por donde vas.- le gruñó la niña.

-Perdón!- le dijo esa persona.

Cora se sentó en un banco situado fuera de la tienda donde suponía que estaba su madre.

Sentía como alguien cuchicheaba sin embargo los ignoró, aún así, no podía concentrarse.

Cerró el libro de golpe y levantó la mirada.
-Deseáis algo?

Los chicos pelirrojos, idénticos, gemelos, se asustaron al ver a Cora.

Tenía un ojo de cada color. Uno marrón y otro azul, al ver esa reacción, Cora siguió leyendo su libro. No quería que se empezaran a burlar de ella.
-Que pasada de ojos!- le dijo uno.- De verdad tienes uno de cada color?
-Fred! No seas tan directo.- le dijo el otro.- Disculpa a mi hermano, es idiota.

Cora río por lo bajo, eran graciosos.
-No importa.- dijo ella sin mirarlos.

Fred y George se miraron entre sí. Aquella niña era muy rara.
-Irás a Hogwarts?- le preguntó uno.
-Te importa?- le contestó bruscamente.

-Aquí estás...y quienes son tus nuevos amigos?- le dijo su madre mirando a los gemelos.
-No son mis amigos, podemos irnos ya?- dijo levantándose y marchándose con la mirada enganchada en el libro.

-Siento mucho el comportamiento de Cora...- les dijo su madre a Fred y George.- Antes no solía ser así...
-No importa señora.- le dijo George con una sonrisa.
-Nosotros también iremos a Hogwarts.- dijo Fred.

-Eso es fantástico.- dijo su madre con una sonrisa.- Sois Weasley si no me equivoco.
-Está en lo correcto.- dijeron a la vez.

-Bien, decirle a vuestra madre que Amelia Fianze le manda recuerdos.- les dijo una sonrisa.- Y perdonar por la actitud de mi hija, otra vez.

La madre de Cora se marchó junto con su hija, mientras Fred y George hablaban con su madre.
-Mamá, Amelia Fianze te manda recuerdos.- le dijo George.
-De que os conocéis?- preguntó Fred.

Molly, sonrió.
-Amelia Fianze era una de mis mejores amigas en Hogwarts, aunque ella perteneció a Hufflepuff.- dijo sonriente.- Si no recuerdo tiene un hijo y una hija no? Creo que eran gemelos si mal no recuerdo...

Fred y George se miraron entre sí.
-No había ningún chico mamá.- respondió Fred.
-Solo hemos conocido a Cora.- dijo George.

[...]
Cora:
-No puedo creer que hayas sido tan grosera con esos chicos.- no la miré.- Y ahora no vas a hablarme?
-No.- dije siguiendo con mi lectura.

Al llegar a casa, fui directamente a mi habitación, cerré la puerta y me estiré en mi cama.
-Como desearía que estuvieras conmigo.- dije abrazando el cojín.

Extrañaba mucho a Erik, lo extrañaba demasiado.

Narrador omnisciente:
Mientras Cora estaba en su habitación, Amelia se encontraba en el salón, había pasado dos años de la muerte de su hijo.

Veía la foto donde estaban Cora y Erik en un parque, jugando.

Las lágrimas caían, pero debía ser fuerte ante todo, sabía que la actitud de Cora había tenido mucho que ver con ese accidente, en el que ella creía que era culpable.

Desde ese momento, desde que Erik murió, la familia Fianze no había sido lo mismo.

El padre de Cora, se alejó de ellas, se fue un día y no regresó más, Amelia tampoco hizo el esfuerzo de encontrarlo, no deseaba estar con una persona a la fuerza.

Cora por otro lado, dejó de ser aquella niña que tanto amaba las bromas, salir a jugar, relacionarse, ahora se encierran en ella
misma, era fría, no le gustaba estar con nadie, y solo leía.

Por eso al ver a esos dos niños, pensó que las cosas cambiarían, que se empezaría a relacionarse con la gente al ir a Hogwarts, pero viéndolo así...no estaba segura de poder recuperar a su hija.

[...]
Amelia y Cora se encontraban esperando en la estación 9¾.
-Mira hija, ya llega el tren.- dijo su madre contenta.

Cora no contestó.
-Envíame cartas todas las semanas si?- Cora asintió.- Te quiero mucho. Que no se te olvide nunca, cuídate.- le dijo dándole besos a lo que Cora solo se apartaba.

-Por favor, no en público.- dijo apartándola por completo.- Adiós.- dijo subiéndose al tren.

Una vez ahí, busco un vagón que estuviera libre. Quería estar sola.

Cuando al fin lo encontró, se sentó aliviada, por fin podría descansar de todos.
-Está ocupado?- dijo un niño, parecía mayor, Cora no pudo responder nada ya que se sentó igualmente.

Rodó los ojos y siguió con su lectura.
-Te gusta leer por lo que veo, a mi también me gusta, aunque no tanto como tú.- dijo riendo.

Cora lo miró de reojo. Por qué le estaba hablando?
-Yo a ti te conozco.- dijo después de un rato.- Si, ya se quien eres.- dijo emocionado.

Cora suspiró, es que no se cansaba de hablar?
-Eres aquella chica del callejón que se chocó conmigo.- dijo contento.- Te pedí perdón, te acuerdas?

-Si, y eres bastante molesto.- le dijo sin mirarlo.
-Perdón, soy Cedric Diggory.- dijo, Cora sintió cómo tenía la mano extendida, y no le habían enseñado malos modales así que no tuvo otro remedio que dársela.

Al mirarlo frunció el ceño, no le había dicho nada sobre sus ojos, ni se había sorprendido...
-Cora Fianze.- dijo con un poco de inseguridad.

Cedric solo sonrió y siguió hablándole durante todo el trayecto mientras Cora escuchaba, al menos había dejado de leer pensó Cedric.