Capítulo 12 - Final

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No había podido dormir en toda la noche pensando en lo que había hablado con Gustabo la noche anterior.

Pidió por adelantado las vacaciones de su trabajo, no tenía ganas de ir y necesitaba tiempo para concentrarse en todo lo que estaba ocurriendo en su vida.

Por un lado, le emocionaba la idea de estar con Volkov, de poder finalmente amarse sin que nada se los impida.
Por otra parte, no quería apartarse de su familia.

Paseaba por los contactos de su teléfono, quería llamar a alguien pero no sabía a quién.
Todos le habían dicho lo mismo: que escapara con Volkov, que se fuera lejos y que iniciaran una nueva vida juntos.

Seguía contemplando sus opciones, cuando su celular comenzó a vibrar y un aviso de llamada entrante apareció en la pantalla.
La llamada era de un número oculto, por lo que dudó si responder o no, finalmente presionando el botón verde para contestar la llamada.

—¿Hola?— habló nervioso.

—Están comenzando a sospechar — no lograba identificar la voz que le llamaba, pues parecía tener un distorsionador.

—¿Quién habla? ¿quién eres? — sentía los escalofríos recorrerle el cuerpo entero.

—Tik tak, tik tak... el tiempo se acaba.

—¿Quién coño eres? — habló con temor.

Como respuesta obtuvo un pitido que indicaba que la llamada había finalizado, observando con confusión y miedo el móvil tratando de analizar lo que acababa de suceder.

Apenas pudo reaccionar, tomó las primeras maletas que encontró, comenzando a guardar todo lo que pudo dentro de ellas, había tomado una decisión.

Buscó rápidamente los papeles del departamento y recogió todo lo importante que encontró, pidiendo un taxi de inmediato con un destino claro en mente.

Llegó a casa del ruso, golpeando insistentemente la puerta, esperando que Viktor se encontrara ahí.

Al abrir, Viktor observó a Horacio de arriba a abajo, llevaba aún la pijama puesta y llevaba 2 maletas grandes y un bolso pequeño.
En la parte superior de una de las maletas grandes se encontraba atada con cuerdas a la agarradera la pequeña maceta con la planta que Viktor le había comprado.

La imagen le causó ternura, sin embargo, ésta cambió rápidamente a preocupación al percatarse de la cara de susto que tenía Horacio y del evidente nerviosismo.

—¿Horacio? ¿qué pasa? — preguntó preocupado.

—Vik, vámonos. — habló rápidamente.

—Pasa, explícame un poco. — trataba de mantener la calma.

—No hay tiempo, dejé a Perla y Pablito atados abajo, si quieres irte conmigo, nos vemos en el aeropuerto en 1h, si no llegas... me iré sin ti — su voz sonaba decidida pero en su cara se notaba el dolor en las últimas palabras.

—Vale. — rápidamente se dió la vuelta, entrando de nuevo a su casa.

Horacio se retiró, regresando a la entrada del edificio, tomando a sus mascotas y pidiendo de nuevo un taxi para dirigirse ahora al destino pactado.

Viktor comenzó a recoger todo lo que pudo, su apartamento no tenía gran cosa debido a que su mudanza había sido medianamente reciente, por lo que aún no había tenido tiempo de decorar completamente el lugar.
Guardó lo que pudo en maletas, tomando los documentos importantes y saliendo corriendo del piso.

Todo esto le había llevado aproximadamente 30 minutos, teniendo exactamente media hora para llegar al aeropuerto, donde Horacio se encontraba impaciente mirando el reloj, deseando que Volkov fuera con él.

Tomó las llaves de su vehículo, subiendo sus pertenencias rápidamente y comenzando a conducir con prisa hacia el lugar, ya sólo le quedaban 10 minutos y aún debía llegar y bajar sus cosas.
Horacio sentía su corazón romperse con cada minuto que pasaba sin ver al ruso entrar por las puertas de cristal del establecimiento, comenzando a levantarse y dirigirse al mostrador a pedir sus tickets para el vuelo más próximo.

Las lágrimas amenazaban con caer y su pecho comenzaba a doler, cuando escuchó a alguien gritar su nombre.
El ruso había entrado con prisa, mirando hacia todos lados intentando ubicar a Horacio, cuando finalmente lo localizó, corrió hacia él, llamándolo.

Se juntaron en un abrazo, y finalmente, unieron por primera vez sus labios en un suave beso que transmitía todos los sentimientos que se les habían acumulado en el pecho.
Las palabras no eran necesarias, bastaba con el roce de sus labios y las miradas tiernas que se dedicaban entre besos para darse cuenta del amor que existía entre ellos dos.

Finalmente se separaron, caminando juntos nuevamente al mostrador y pidiendo dos tickets para el vuelo más cercano a cualquier sitio.

Tomaron los pequeños rectángulos de papel que les permitirían viajar a Rusia, recorriendo juntos el trayecto hasta el avión que los llevaría a su destino.

—¿Por qué tanta prisa, Horacio? — preguntó el ruso una vez en los asientos del avión.

—Recibí una llamada... decía que estaban comenzando a sospechar y luego hizo tik tak... — dijo, bajando la mirada, tenía miedo de que Viktor pensara que era una excusa ridícula.

—¿Quién te llamó?— preguntó Viktor pensativo.

—Era un número oculto, no sé. — lo miró, observando una pequeña sonrisa dibujarse en su rostro. —¿qué pasa?

—Creo que sé quién fue. — cerró los ojos, apoyándose en el respaldo del asiento.

Horacio lo miró confundido, pero cuando intentó preguntar, se dió cuenta de que el ruso se había quedado dormido.
Ya hablaría con él después, por ahora, se encontraba feliz de haber tomado esa decisión, su pecho explotaría de la emoción y el amor que sentía en ese momento.

Agradecía internamente al remitente de la misteriosa llamada por haberle hecho darse cuenta de lo que realmente deseaba.

~✨~

—Tik tak, tik tak... el tiempo se acaba. — colgó la llamada, dándose la vuelta y lanzando el teléfono en el sofá.

—¿Y qué tal? — preguntó el rubio, acercándose.

—Creo que funcionó. — respondió el ex-superintendente, con una sonrisa victoriosa en su rostro.

—Espero que Horacio nos perdone algún día, pero es que, nunca iba a tomar una decisión de otra forma, joder. — sonrió, dejándose caer en el sofá. — Ya habrá tiempo de disculparse — terminó de guardar sus pertenencias en las maletas, preparándolas cerca de la puerta.

—¿Listo? — habló Conway.

—Siempre estoy listo, viejo. Ahora vámonos antes de que Michelle nos mate por perder la oportunidad.

Salieron de la pequeña casa que compartían, tomando los DNIs de sus nuevas identidades junto con sus maletas, para finalmente huir del forzoso destino que les habían otorgado.

******FIN******

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Bueno, este es el capítulo final, falta el epílogo que lo subiré este fin de semana.
Espero que les haya gustado muchísimo, gracias por leer.
Me motivan a continuar haciendo esto, de verdad gracias por los votos y los comentarios. 💖

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De nuevo, tú || VolkacioWhere stories live. Discover now