Capítulo 8

2K 269 12
                                    

Sentía la presión en su pecho incrementar a cada segundo, era incapaz de notar las saladas gotas que se deslizaban por sus mejillas y su mirada se encontraba perdida en algún punto del techo.

Había sido incapaz de salir a la sala de nuevo para ver a Viktor, no después de recordar lo que le había hecho.
Viktor había quedado en coma por su culpa.
Viktor había perdido la memoria por su culpa.
Viktor casi pierde la vida por su culpa.

¿Con qué cara saldría a verlo después de que él también haya recordado aquello?

Estaba seguro que tampoco querría verlo y no estaba listo para soportar aquello.
Deseaba nunca haber preguntado y ahora mejor que nunca entendía las palabras de su amiga cada vez que preguntaba:

"Hay cosas que es mejor no saberlas"

¿Realmente hubiera sido mejor no enterarse?
No paraba de plantearse millones de dudas en su cabeza y aún no terminaba de asimilar los miles de recuerdos que le llenaron la mente.

¿Conway? ¿Gustabo?
Recordaba haber visto a Conway en la hamburguesería acompañado de otro agente que siempre iba tratando de ocultar su identidad.
¿Sería ese Gustabo?
¿Acaso lo habían abandonado a pesar de aquella promesa que realizaron en el apartamento del mayor?

Con cada pregunta sólo lograba hundirse cada vez más, la tristeza incrementaba en su interior y no sabía cómo reaccionar.
Sus ojos finalmente se cansaron de llorar, sintiendo sus párpados comenzar a pesar y sin poder ni querer evitarlo, cayó dormido.

Por otra parte, en el hospital de Los Santos se encontraba Viktor Volkov.
Comenzó a abrir sus ojos lentamente, cerrándolos de nuevo al sentir las intensas luces sobre él.
Cuando logró adaptarse a la luz, abrió los ojos nuevamente, pudiendo así identificar a Greco sentado a su lado, mirándolo con preocupación.

—Buenos días. — habló el hombre de barba.

—¿Qué pasó? — respondió, con voz ronca, el ruso. —¿Qué hago aquí? —

—¿Cómo te sientes? — ignoró las preguntas.

—De la mierda. — habló firme.

—¿Sigues... recordando todo? — preguntó con miedo.

—Sí... desearía no hacerlo, la verdad.

—Te desmayaste en el apartamento de Horacio después de recordar todo.— dió respuesta finalmente a su primera pregunta

—¡Mierda! ¿Dónde está Horacio? — comenzó a sentarse rápidamente en la camilla, sintiendo el dolor subir nuevamente a su cabeza.

—Tranquilo, está en su departamento. — respondió su amigo, empujándolo rápidamente para acostarlo de nuevo.

—Él... ¿está bien? — sintió la angustia acumularse en su pecho.

Greco se limitó a guardar silencio un momento, mirando hacia el suelo, respondiendo un suave "descansa" y levantándose para salir del cuarto.

Viktor se recostó nuevamente, sin energías para gritarle que regrese y le explique.
No tuvo más opción que comenzar a pensar en todo lo que sucedió.

Había recordado todo, pero eso sólo le había ayudado a descifrar lo que sentía por él.
Amaba a Horacio.
Sin embargo, no podía evitar sentirse también un poco traicionado, a pesar de todo, él le había disparado.

Cerró sus ojos nuevamente, intentando tranquilizar su mente inquieta, que no paraba de darle vueltas a todos los recuerdos que había recuperado.

La mañana siguiente, Horacio se levantó temprano, comenzando su rutina regular sin nada de ánimos.
Desayunó mientras observaba aquella pequeña planta que había colocado junto a la ventana, mirando cada uno de los delicados pétalos violetas.
No sabía por qué aquella planta le hacía sentirse menos solo, pero al mismo tiempo le recordaba a Viktor.

Terminó de vestirse, dirigiéndose a su trabajo, no había logrado encontrar ninguna excusa creíble para no asistir.

Ya a unos metros del lugar, logró divisar el auto del ruso, girando su vista hacia todos lados hasta lograr ubicarlo a él, de pie frente a la entrada del local.

Sintió su corazón detenerse, ¿con qué cara se acercaría a hablarle después de todo el daño que le había causado?
Logró avanzar, escondiéndose detrás de cada sitio que encontraba, hasta finalmente llegar al local, avanzando con cuidado hasta la parte de atrás e ingresando por la pequeña puerta que se ubicaba ahí.

¿Qué hacía Viktor ahí? ¿Había ido acaso a reclamarle todo el daño? ¿Había ido a decirle que no podría seguir viéndolo? ¿Había ido a romper un poco más su corazón?
No tenía ánimos de averiguarlo, estaba seguro que no sería nada bueno y no sentía que su pequeño corazón pudiera aguantar un golpe más.

Lo observaba escondido detrás de la caja registradora, evitando ser visto, hasta que finalmente lo vió suspirar y retirarse hacia su vehículo.

Se subió a su auto, soltando un pesado suspiro y comenzando a conducir hacia su hogar.
Sintió su pecho oprimirse, preguntándose si el chico de cresta se encontraría bien.

No lo había visto llegar a trabajar, por lo que supuso que no había asistido, así que decidió encaminarse hacia su departamento.
Golpeó la puerta en repetidas ocasiones, sin recibir respuesta alguna además de las pequeñas patitas de sus mascotas aproximándose a la puerta.

Su corazón se encogió de nuevo, no sabía si simplemente lo estaba evitando o si había ido a trabajar y por alguna casualidad no lo había visto llegar.
Se maldijo a sí mismo por no haber estado más atento, mientras iba de vuelta a su coche para dirigirse a su propio hogar.

Por más que intentaba respirar profundo y relajarse, el dolor en su corazón no disminuía, el cosquilleo en su pecho incrementaba y las lágrimas se apoderaban de sus ojos.
¿Lo había perdido de nuevo?

*******************

Hasta aquí el capítulo 8 💖
Como siempre, espero que les esté gustando.

Recuerden que también estoy subiéndolo en twitter, pueden encontrar mi twitter en mi perfil 💖

*******************

De nuevo, tú || VolkacioWhere stories live. Discover now