GIRLS LIKE GIRLS, JANE VOLTURI

𝐃𝐎𝐒

Aurora miró a los dos vampiros delante de ella, intimidada. Uno que encontró simplemente espeluznante y el otro aún más. No juzgues un libro por su portada, se recordó, así que les dío a los dos una sonrisa brillante. El más pequeño le envió una sonrisa divertida de vuelta.

El grupo fue interrumpido por el ligero traqueteo de tacones en el suelo que atrajo su atención a una chica vestida de negro que caminaba por el pasillo hacia ellos.

—Suficiente— Ella ordenó, bajando su capucha. Su tono era fuerte, y los otros dos guardias parecían escucharla.

—Jane— Edward saludó, mirando hacia abajo un poco.

—Aro me envió a ver qué estaba tomando tanto tiempo— La rubia dijo simplemente, enviando miradas frías a los dos chicos antes de volverse en su talón y alejarse. Era una orden silenciosa de seguir.

—Solo hagan lo que dice— Alice le dijo a Bella y a Aurora mientras la miraban como guía. Aurora asintió, mirando fijamente a la vampira rubia. Ella era bastante bonita, admitió Aurora.

Bajaron por un pasillo, donde el más alto, Félix, metió un abrigo en los brazos de Edward. Continuaron por el pasillo hasta que llegaron a las escaleras sinuosas, —Adelante— Jane le dice a Edward y Bella. Se paró en la plataforma, permitiendo que el grupo pasara.

—No tengas miedo— Edward le dijo a Bella, bajando las escaleras. Miró a Aurora, asintiendo.

—¿Y tú lo tienes?— preguntó Bella

—No— Edward le aseguró. Jane se burló de él, y Aurora sintió una sonrisa divertida caer en su cara.

Los llevaron a un ascensor y Jane se alejó dejando que los demás subieran. Miró a Aurora, su comportamiento frío y autoritario cayendo mientras sus ojos se abrían. Rápidamente entró al ascensor y apretó el botón que los llevaría a su destino.

El viaje hacia abajo estaba lleno de un silencio incómodo. El único sonido que llenaba el ascensor era la Ópera Italiana. Bella, Alice y Aurora se miraron brevemente, sólo mirando hacia otro lado cuando el guardia masculino más pequeño, Demetri, los fijó con su propia mirada.

Cuando las puertas finalmente se abrieron, Jane los llevó más allá de un escritorio donde se sentaba una mujer humana. Rápidamente, la mujer se puso de pie, saludando al pequeño grupo con entusiasmo. Los vampiros de ojos rojos ignoraron su presencia, mientras Aurora y Bella le echaban curiosas miradas. ¿Por qué los Volturi mantendrían a un humano en su cuartel general?

Aurora sólo escuchó a medias la conversación de Bella y Edward sobre la recepcionista, tenia sus ojos vagando por los pasillos. Eran grandes y ornamentados, haciendo que Aurora se sintiera pequeña, encogida.

—Y así será— Escuchó a Demetri decir. Ciertamente, Aurora no estaba al tanto de lo que estaba hablando hasta que Jane intervino.

—O el postre— Ella los llevó a las puertas grandes que eran ricas en color, cubiertas en un patrón a escala. Para Aurora, parecían increíblemente pesados, pero Jane fácilmente las abrió con poco esfuerzo.

Entraron en una gran sala adornada. Todo estaba hecho de piedra blanca, un aire frío que circulaba a través, haciendo que se elevara la piel de gallina en los brazos de Aurora. Tres hombres se sentaban al frente en sillas, bien, más como tronos. Varios guardias estaban estacionados alrededor de la habitación.

—Jane— Un hombre con rasgos juveniles saludó. —Te envían a buscar uno y traes dos. Y dos mitades. Una chica tan inteligente.

Aurora se inclinó hacia Edward, murmurando silenciosamente, —¿Sabe que dos mitades hacen una o...Ella retrocedió en sí misma mientras él le respondía con una mirada severa.

Jane sonrió brevemente ante el comentario, aunque nadie excepto su hermano pudo verlo, antes de unirse al lado de Alec.

El hombre sentado en el trono central, fácilmente el más ornamentado, se levantó con los brazos abiertos y una sonrisa de Cheshire. —¡Qué sorpresa! Bella está viva después de todo.

—¿No es maravilloso?— Aurora no pudo evitar maravillarse en la habitación mientras el hombre hablaba. En el proceso de hacerlo, ella captó los ojos escarlata de Jane, pero rápidamente se ruborizó y evitó su mirada en otro lugar. —Me encanta un final feliz.

Aro agarró la mano de Edward con un exagerado suspiro de alivio mientras Bella jadeaba nerviosamente ante la acción. — Son tan raros— Terminó.

Sus ojos rápidamente parpadearon hacia Aurora. Por supuesto que tuve que ser nombrado después de un personaje de cuento de hadas. Ella gimió mentalmente, antes de ver la mirada de advertencia de Edward. Ahora no era el momento para su comentario interno, al parecer.