Nuevos rostros.

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-Ósea que... Ahora temes que Taffy se vaya también o... ? -Michael miraba con el ceño fruncido al menor de sus hermanos, quien le había contado todo lo ocurrido recientemente.

-No temo solamente el que ella se vaya, más bien... temo que se destruya la manada completa.. -confesó Jean con voz cansina, echando la cabeza hacia atrás.

-Vamos, estás seguro de que hiciste los mejor para tu manada, no? -Michael intentaba tranquilizarlo y darle confianza.

-Tal vez lo mejor para Cassie.. -Susurro el menor- solo espero que lo entiendan..

Se quedaron en silencio un momento, escuchando las ruedas de un auto pasar por fuera de su casa hasta detenerse.

-Invitaste a alguien? -preguntó Jean asomándose por la ventana junto a la cama.

Su hermano negó con la cabeza y se asomó a mirar al igual que el. Frente a ellos un camión de mudanza comenzaba a abrir sus puertas dobles y un grupo de trabajadores se disponían a bajar lo que había en su interior. Un segundo auto llego, trayendo en su interior a una familia de cuatro personas. El matrimonio bajo del auto color rojo, dando órdenes a los hombres de mudanza respecto al orden de las cosas en la casa, mientras ellos, dos jóvenes de la misma edad y rasgos muy similares se bajaban del auto y miraban a su alrededor.

Jean los observo atento, los dos rubios, la chica y el chico, se veían bastante fuertes, altos y atléticos. El chico llevaba solo un pantalón de jeans oscuro junto a sus zapatillas y una camiseta verde olivo sin mangas que resaltaba sus grandes músculos y ojos verde grisáceo. Junto a él, la chica de pómulos altos seguía girando mientras avanzaba por la acera, su cabello dorado le llegaba hasta los hombros desnudos y su camiseta negra se ceñía a su cuerpo delgado al igual que sus largas piernas adornadas con unos pantalones cortos militarizados. La joven se detuvo al ver a Jean en la ventana junto a Michael, dándole un codazo a su hermano le indico que mirada a la casa de enfrente.

-Nuevos? -Michael se mordía el labio inferior- pensaba que solo los de Red Tusk vivían aquí... He-Hey! Que haces??

Jean abrió la ventana e inhaló profundamente. Un olor horriblemente dulce inundo su nariz por unos segundos, siendo remplazado de inmediato por un olor a sangre lobuna, un olor cálido, suavemente amargo y nuevo, mezclado con el olor a pino silvestre. Gruñó de inmediato, dando un salto corto para pararse en la cornisa de la ventana sin dejar de mirar a los recién llegados a los ojos, manteniendo el contacto visual incluso al lanzarse del segundo piso para caminar hasta los nuevos.

-No vayas a morder a alguien, Jean. Podrías tener problemas! -le indicó su hermano, el menor solo sonrió son mirarle.

La rubia se acercó con cautela, siendo observada de reojo por su hermano.

-Vaya.. -la voz suave y firme de la chica llego hasta los oídos de Jean- eso fue para amedrentar a los nuevos o... ?

-Eso fue porque era más práctico que bajar las escaleras -la corto él.

La chica hizo una mueca y extendió la mano para que el otro la estrechara. Jean apretó su mano unos segundos de manera rígida antes de cruzarse de brazos.

-Soy Anneth Halley y el es mi hermano Thomas, somos gemelos -indicó mirando al musculoso rubio con una sonrisa.

-Gemelos, que bien... -bufó Jean, mirando a ambos lados con desinterés.

-Que es lo que quieres? -preguntó Thomas con cierta molestia.

-Vine a preguntar qué es lo que hacen aquí, que buscan, propósito, manada..

Los gemelos intercambiaron miradas un instante. Thomas asintió y Anneth se encogió de hombros negando con la cabeza cuando volvió a mirar a Jean.

-No tenemos un objetivo, solo nos mudamos por trabajo de papá... Además -continuo sonriendo un poco-, no tenemos manada, nuestros padres están "retirados" por así decir...

-Fuimos invitados por una vieja amiga de la familia -puntualizó el padre de los gemelos al aparecer desde dentro de la casa-. Esta es una buena ciudad para gente como nosotros.

Jean frunció los labios y asintió. Con las manos en los bolsillos comenzó a retroceder, pero en vez entras a su casa, se transformó en descomunal lobo negro en medio de la acera, dando un potente aullido que se disperso por las calles. En menos de un segundo se escucho respuesta de la casa de Matt, mientras el alegre lobo beta color caramelo saltaba hacia su jardín delantero y se encaminaba donde su líder dando saltitos juguetones. A lo lejos se escucho un cansino y perezoso aullido proveniente de Benjamin, el cual era una especie de "Acabas de despertarme, pero espérame, enseguida estaré contigo". Oliver por parte, se dirigió a trote suave hasta su alfa, con su melena negra grisácea algo corta mojada y desordenada.

-En medio de una ducha, Ollie? -ladró Matt en tono burlesco

El mayor gruño despacio para luego bufar, mirando a los nuevos con desconfianza se posicionó al lado izquierdo de Jean.

Los lobos median más de metro y medio, sobre todo Oliver que sobrepasaba el metro ochenta sin problemas en sus dos formas. Los gemelos Halley estaban atentos, mientras Thomas apretaba los puños y miraba con cautela, Anneth mantenía la boca abierta.

-Woo.. ! Ustedes ya pueden transformase!? Eso es increíble! -comentó ella dando saltitos de evidente emoción.
-Ella no puede? No es ya bastante mayor? -preguntó Matt a Oliver en ladridos.

-Oh! Thom y yo somos de primero de instituto, y nuestra madre es humana.. Es algo más difícil para nosotros -explicó Anneth con un puchero.

-Tal vez nunca lo logremos -sentenció Thomas sequedad.

Matt dio un respingo al escuchar la respuesta del rubio. Jean por su parte les indico a los chicos que caminaran en dirección a su bosque, a lo que obedecieron de inmediato, moviendo sus peludas y fuertes patas en la dirección dicha por el alfa.

-Muy pronto... despertaran... -las palabras de Matt fueron escuchadas solo por los miembros de su manada, quienes guardaron silencio luego de eso.

El último aullido del lobo [En Proceso De Edición] Where stories live. Discover now