38

11.1K 1.7K 105
                                    

Lejos de la larga lista de cosas extrañas que te tienen que suceder cuando eres padre por primera vez, también se encuentra la otra cara de esa misma lista, pero esta es más bien.. única.

Despertar y tener la oportunidad de ver a tu bebé que aunque dormido, continúa siendo la cosa más asombrosa que tus ojos han visto en la vida, es.. solamente increíble.

Puede que este siendo gruñón gran parte del día, pero Agust nunca podría terminar de entender cómo él, entre todos en el mundo, fue no sólo capaz de conseguir que a alguien como JiMin se fijase en su torpe persona, si no además que fuese igual de capaz de ser parte de la vida de una cosita tan preciosa como su bebé.

Y ojala que la palabra  "asombroso" pudiese llenar los espacios de lo mucho que quiere describir lo que significa ser padre, pero eso no es así.

Probablemente la palabra perfecta ni siquiera existe.

Poético cómo se encuentra, se toma un momento para observar más de cerca el rostro adormilado de su pequeña patata, sonriendo ante lo bonito que es.

Es así como JiMin lo encuentra, cuando por fin recuerda que los dejó a solas por más de media hora para ir a secarse el cabello.

Ah sí, su hijo realmente los tiene pero eso no quiere decir que de vez en cuando, alguno no huya por un par de minutos.

—Esta bien, tu turno. —JiMin susurra, sin intención alguna de despertar al bebé regordete y sonrojado que se agita entre sueños.

Agust finalmente aparta la mirada de su hijo y la centra en la sonrisa cansada de su novio, extendiendo una mano que no tarda en ser tomada.

Se acomodan en la cama, con cuidado y las manos de Agust se deslizan por la cintura y el comienzo del trasero ajeno.

El cuerpo de JiMin es una de las maravillas que nunca se cansaría de descubrir, sin importar si el otro se queja de haber subido de peso.

O en palabras menos poéticas; esta cachondo.

JiMin tampoco parece impresionado por ello y es casi como si ambos estuviesen en sincronía, porque lo saben y lo necesitan.

—Ha pasado un tiempo. —Agust murmura.

El rostro sonrojado de JiMin parece responder por si sólo y la comprensión de aquello le golpea fuertemente.

—Estoy seguro de que mi madre estaría encantada de cuidar una noche completa a su dulce nieto.

JiMin frunce el entrecejo antes de que pueda siquiera reaccionar.

—Llevabas sin hablar con tu madre como desde.. ¿10 años?

Ay.

—Siempre es buen momento para hacerlo, JiMin-Ah.

Debe estar lo suficientemente cachondo como para eclipsar la situación familiar.

—O podemos quedar con Jin y..

—¿Y que se burle de mi por esto también? —Agust niega, pero atrapa rápidamente el labio regordete inferior de JiMin.

Si, la calentura está a punto de ganar.

—Está bien, joder, sí. ¿Qué otra cosa podría salir mal?

JiMin se encoge de hombros, agitado y feliz.

Tal vez es una buena señal.

Lil meow meow © YoonMinWhere stories live. Discover now