- No es algo que te incumbencia, Jungkook.-Suelta de maneras tosca. El azabache lo observa por unos momentos, sin entender porque estaba hablándole de ese modo.- Mira, deja el tema de Tae y todo lo que tuvieron en el pasado. Tú ya tienes a alguien más por lo visto, sé feliz con ese muchacho y olvídate de Taehyung. Y reitero lo dicho. Nada de lo que tenga que ver con él es de tu incumbencia.

- ¿Cómo qué no? Lo amo, hyung, sabes que lo hago.- El peligris lo mira sin querer objetar algo.- No voy a olvidarme de él ni de lo qué  vivimos. Si tengo que encontrarlo sin tu ayuda, pues créeme que lo haré porque ni tú ni nadie manda sobre mi.

- Eres terco.

- Quizás lo sea, no lo sé, no voy a negarlo.- Formula herido y con coraje.

- No lo busques, Jeon.

- ¿Y si quiero hacerlo?- Lo reta.

- Vas a lastimar aún más a Tae y no permitir ocurra eso. Él ya está lo suficientemente roto y si decidió no querer volver a verte es por algo.- Murmura por lo bajo, pero Jungkook logra oírlo.

- ¿Qué? - Pregunta totalmente confundido y sin lograr comprender de lo que hablaba el otro.

- Sólo alejate.

Sin agregar más, ve al mayor salir del lugar y próximamente del establecimiento, dejándole con mil dudas en la cabeza.

¿Qué quería decir conque Taehyung decidió no volver a saber de él?


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- Taehyung, tranquilo. Abre la puerta, cielo.- Pide Jimin a las fueras del baño, totalmente preocupado por su amigo.

Es que el castaño nuevamente estaba pasando por otra de sus crisis donde se sentía el ser más depresiable y cansado de todo. Momentos en los cuales su mente se nublaba por completo y no lograba encontrar paz en sí mismo. Momentos en lo que anhelaba cometer actos sin pensar dos veces en las consecuencias.

Tirado en el cerámico del suelo, abrazandose solo mientras las lágrimas caían en abundancia una tras otra. Su piel estaba roja de tanto refregarse. Le dolía,le ardía, pero aún seguía sintiéndose malditamente sucio, aún puede sentir las manos marcadas de todos aquellos hombres asquerosos en su cuerpo, y todavía puede sentir la saliva que habían dejado éstos en su cuello cuando lo lamíam o besaban.

¿Cuántas veces había vomitado?

Perdió la cuenta luego de la tercera, su garganta estaba demasiado irritada e inflamada a causa de ello. Su cuerpo temblaba mucho, no sabe el porqué, pero lo deja pasar.

Puede oír a Jimin hablarle del otro lado, lo oye suplicar para que lo dejara ingresar, pero no puede, se siente tan débil y miserable como para levantarse e ir hasta la puerta para darle acceso. No quiere que su amigo lo viera en el mismo estado, otra vez. Jimin era un ángel que junto con Yoongi siempre supieron aliviar su dolor.

Sentía que era una carga para la pareja, y aunque éstos en reiteradas ocasiones les repitieran que claramente no era así, muy fondo en su corazón el si se lo sentía verdadero. No deseaba molestar muchi más a sus amigos, no quería que volvieran a tenerle lástima. No quería que Ailee y él fueran una responsabilidad más para ellos.

En un momento, todo se convierte en completo silencio, deja de escuchar las súplicas del rubio y supone que se había cansado de estar rogando. Cansado deja recaer su cabeza contra la pared mientras intenta regular su respiración, y busca manera alguna para aliviarse. Inhala y exala profundo, su pecho se le eleva al retener tanto aire y finalmente lo deja salir, eso logra hacerlo calmar un poco y regular la respiración, pero no lo suficientemente.

Dirige su vista hacía la puerta cuando oye el ruido de la cerradura ser destrabada y seguidamente ser abierta, dejando ver así a un preocupado rubio que no duda en correr en dirección a su amigo tirándose en el suelo también y atraerlo en un abrazo. El mayor sabe que eso era lo que necesitaba Taehyung en ese preciso momento, la palabras irían después quizás, pero lo primordial era hacerle saber que no estaba solo, que el estaba allí también.

El castaño se aferra fuerte a los brazos contrario y esconde su rostro en el pecho del mismo, comenzando a sollozar bajito. Los abrazos de Jimin siempre fueron los mejores, su mejor consuelo y lugar seguro. Eran tan reconfortante, seguramente la razón sea porque del mismo modo lo era la presencia del rubio.

- Sabes que tenemos que buscar ayuda con respecto a esto, ¿Verdad?- Le dice con voz suave mientras acaricia las suaves hebras marrones.

- Estoy bien.- Su voz sale entrecortada a causa del llanto.- Siempre estoy bien.

- No, cielo. Prometeme que iremos a un doctor.- Le pide.

- Lo haremos, pero no ahora.

Eso bastó un poco para mantener un poco más tranquilo al mayor. El lo que más deseaba era que su amigo recibiera terapia, ayuda psicológica para que pudiera aprender a sobrellevar con tranquilidad todos éstos episodios horrendos que le tocaban vivir.

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¿Les está gustando la historia?

Tengo muchas cosas planeadas para éste fic💜

My sweet Omega  •  KookTaeWhere stories live. Discover now