Prólogo

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Después de aquella explosión en la iglesia y la desgracia ocurrida con Pogo, el CNI había decidido dar de baja al agente Horacio Pérez y al agente Viktor Volkov.

"No les serían útiles dos agentes incapaces de recordar gran parte de su pasado."

Fue la excusa de Michelle para lograr que al menos aquellos compañeros que consideraba de su familia pudieran tener una vida tranquila, fuera del caos y los peligros que ser federales les traería.

Viktor trabajaba ahora en una florería, había sido enviado a Rusia de nuevo un tiempo, sin embargo, se aficionó con la jardinería y el clima de aquél lugar no le permitía trabajar con todas las plantas con las que le gustaría.
Y es así, como una vez más, el incomprensible magnetismo de la ciudad de Los Santos lo trajo de vuelta.

Había conseguido un pequeño local a buen precio, donde estableció su pequeña florería. Contaba con el apoyo de Greco, era el único que había aparecido en el hospital al salir del coma, explicándole un poco la situación a pesar de no poder otorgarle demasiada información.
Se habían vuelto cercanos una vez más y no habían perdido contacto una vez que Volkov había regresado a Rusia.
Era feliz con sus plantas, sin embargo, siempre sentía que le faltaba algo más.

Una vez en Los Santos, se aficionó a plantar girasoles, le hacían sentir como en casa, le daban una sensación familiar.
Greco era ahora el superintendente de Los Santos, pero estaba al tanto de la nueva facción de FBI que se había establecido recientemente en la ciudad.
Conocía a los 3 agentes que ahí trabajaban: Gustabo, Conway y Michelle.
Les había informado del regreso del ruso a Los Santos, lo que les sorprendió, sin embargo, Michelle, ahora jefa del FBI, les había ordenado no acercarse a él. No quería involucrarlo nuevamente en aquél mundo.

Por otro lado, estaba Horacio.
Él seguía manteniendo contacto con Michelle y seguía viviendo en Los Santos. La pelirroja se había encargado de que los otros dos agentes tampoco se relacionaran con él.

Trabajaba en una hamburguesería, ubicada justamente frente a las nuevas instalaciones de la policía. Le encantaba su trabajo, conocía a gente nueva todos los días y se enteraba de toda clase de chismes de la ciudad.
Había dejado de asistir a fiestas, a pesar de que las extrañaba, se había vuelto una persona hogareña, por lo que se movía de su casa al trabajo y viceversa.

Nunca lo había demostrado, pero desde que había despertado en el hospital tras la explosión, sentía un vacío en su pecho que era incapaz de controlar.
No solía mencionarlo, pero sentía que le hacía falta algo, alguien.
Había adoptado ese estilo de vida porque de alguna forma le hacía sentir un poco más pequeño ese vacío, como si su mente tomara aquél ambiente como uno más familiar.

Por su parte, Gustabo y Conway habían sido -forzozamente- contratados en el FBI. Habían estrechado su relación de padre e hijo, y a pesar de extrañar la luminosa presencia de Horacio, se habían acostumbrado a mantener su distancia.

Al principio les había costado trabajo no ir a visitarlo, pero Michelle les informaba constantemente de cómo se encontraba y de lo que hacía, además, de vez en cuando iban a comer a aquella hamburguesería sólo para poder verlo, aunque no estrechaban lazos.
Gustabo había sido tratado en un hospital psiquiátrico después de la tragedia y actualmente sólo necesitaba seguir un tratamiento con medicación y algunas citas mensuales con el psiquiatra para controlar las dosis.

Es así, como una vez más, estaban todos reunidos en Los Santos, aquella ciudad que había formado gran parte de su pasado y que una vez más los había atraído hacia sí.

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Este es un pequeño AU que tenía ilusión en iniciar.

No será un AU largo ni serán largos los capítulos, pero espero que les guste muchísimo. 💖

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De nuevo, tú || VolkacioWhere stories live. Discover now