chapter one

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"Siempre que intenten callarme o reducirme"

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"Siempre que intenten callarme o reducirme"

Había una vez; mucho antes de una proclama de hijos de villanos, mucho antes de que una princesa de corazones entrara a sus vidas y claro, mucho antes de un felices para siempre.
Hace muchos años los (en ese entonces) reyes de Auradon Bella y Bestia; luego de un par de años reinando, habían traido al mundo a su primogenito y heredero al trono Benjamin y todo el reino estaba rebozando de alegría. Más nadie se esperaba; que luego de un año de que Ben naciera, este tendría un hermanito.
Nueve meses después ¡oh sorpresa! El matrimonio real no recibiría a un principe, si no a una hermosa y adorable princesita.
Siendo así; que el reino de Auradon le daba la bienvenida a su alteza real, Gabriella Adelaide Beast, princesa de Auradon.
Desde que era una niña; Gabriella era alguien peculiar, cualquiera que la mirara pensaría que ella podría gobernar el reino de Auradon sin ningún problema (incluso había personas que decían que ella lo merecía más que su hermano) y no era para menos, la princesa de Auradon desde chiquita era muy centrada y autosuficente, de cabeza fría a la hora de tomar decisiones y alguien que no se tocaba el corazón a la hora de dar su opinión.
Por eso ella misma se preguntaba ¿cómo terminó así?
Conectada a varias máquinas  y forzada a tomar terapía.

Para entender mejor las situaciones debemos dar un pequeño viaje tiempo atrás; a cuando la princesa era una pequeña niña de ocho años, cuando su única preocupación era vencer a su hermano mayor en su juego de espadas. Fue cuando en una habitación; encontró la corona de su madre, la preciosa corona de oro decorada con zafiros.
Dejando de lado su espada de juguete; se acercó al estante donde reposaba dicha corona, la tomó entre sus pequeños dedos, con cuidado se acercó al espejo que había en tal habitación y con algo de inseguridad, la colocó en su cabeza. Le quedaba un poquito grande, pero gracias a las trenzas francesas que le había hecho su mami ese día, no se le resbalaba.
Al momento en que se vió al espejo; todo se detuvó para ella, nadie estaba en esa habitación para contemplar como los ojitos verdes de la princesa, se habían iluminado como si fueran las estrellas más brillantes que los dioses griegos hubieran puesto en el cielo al caer la noche y fue en ese momento, que los sueños de la pequeña estaban claros: ella quería ser la mejor reina que Auradon pudiera tener.
Los sueños de los niños son un caso curioso; ya que a veces se cumplen, otras veces quedan como vagos sueños de la infancia, que al crecer, uno solo puede recordar con nostalgia.
Pero ¿qué pasa con esos sueños que por mucho que uno lo intenté y se esfuerce, simplemente no se cumplen?
Sí; lamentablemente el sueño de la pequeña Gabriella entraba en esa categoría, claro que en ese momento ella no lo sabía.

-ahí estas pequeña- volteó a ver a su padre entrar con una sonrisa
-¡papi!- saltó a los brazos de su padre
-y tienes la corona de mamá- la sacó de su cabeza con cuidado de no despeinarla- ¿no la tomaste verdad?- preguntó
-¡no!- respondió con su voz aniñada- solo la encontré-
-no importa- miró la corona- de todas formas mamá no siempre se pone lo que le regalo- dejó la reliquía en el estante
-oye papito- llamó la pequeña
-¿qué pasa tacita?-
-¿tú crees que podría ser una buena reina? ¿así como mi mami?-

Su padre la miró con ternura y una pizca de tristeza ¿cómo decirle a su retoño que por ser la menor ella no podría gobernar sin romperle el corazón? ¿que ese puesto era únicamente de su hermano a menos que él lo rechazará?

-yo creo que estás destinada a grandes cosas hija- respondió- pero para eso falta mucho-

Las semanas pasarón y el sueño de Gabriella lejos de quedar en el olvido; simplemente crecía cada vez más y al parecer estaba muy lejos de irse, sus padres no sabían como decirle que ella no sería la reina sin romper su pequeño corazón en el proceso.
Por su parte; Gabriella ya había terminado con sus tareas de la escuela, estaba aburrida, pues Ben todavía no se desocupaba, sus padres estaban en una junta con el consejo y su abuelito todavía no llegaba al castillo.
Con su osito de peluche en mano; decide recorrer el castillo, pasando por los cuartos y deslizando sus manitas por los retratos que colgaban en las paredes. Vio el retrato de su madre detenidamente; en el trono, con ese clásico vestido amarillo y su corona, Gabriella amaba ese retrato, sobre todo por que ella se veía a sí misma. Como la reina digna y justa que Auradon merecía tener, no podía esperar a cumplir los 16 y ser coronada.

-francamente lo veo imposible- escuchó a sus espaldas

Se dió la vuelta y escuchó voces; que aparentemente provenían del salón de reuniones, donde sus padres tenían una junta, pero no era con el consejo real, era con los gobernantes de los demás reinos. Con curiosidad y cautela, se acercó a la puerta que estaba cerrada, para escuchar mejor.

-¿cómo puede ser imposible que mi hija ascienda al trono de Auradon en un futuro?- escuchó a su mami preguntar, la pequeña frunció el ceño sin entenderlo
-Bella, yo no dudo ni por un segundo de que Gabriella sea capaz de dirigir el reino- escuchó a la reina Ariel decir- creo que tiene un gran potencial y lo haría mejor que nadie, pero es la segundogénita- Gabriella se sentía confundida ¿qué demonios significaba segundogénita? Y por qué demonios no podía reinar? La reina Ariel lo había dicho, ella lo tenía todo para hacerlo, así que ¿porqué no?
-¿pero quitarle el trono a Ben?- escuchó a Jasmine preguntar- digo no es que piense que Gabriella no sea capaz de hacerlo, pero si así sea el caso ¿qué dice su hijo?- un nudo se hizo en el estómago de la pequeña, ella no le quería quitar nada a nadie, mucho menos a su hermano
-en ningún momento pensamos en quitarle el derecho a nuestro hijo de reinar, a él le entusiasma la idea, pero a mi hija también y no veo el porqué no podrían hacerlo los dos juntos- dijo su padre
-okay, hay que ser realistas- empezó Blancanieves- su hija es una niña, Ariel lo dijo, es la menor, es una princesa y ya- la pequeña al otro lado de la puerta frunció el ceño con enojo- no podemos, no pueden darse el lujo de cambiar las leyes por el capricho de una niña que dentro de algunos años o si no es que mañana tal vez deje en el olvido-
-yo creo en Gabriella- defendió Aurora- yo sé que eso no es meramente un capricho, se que ella puede lograrlo, pero es la menor, si ella y Ben fueran mellizos tal vez se podría hacer una excepción a la regla-

Gabriella se alejó de ahí con los ojitos llenos de lágrimas; tirando su osito al piso, a modo de berrinche silencioso.
No quería seguir escuchando cómo la desacreditaban sin darle la oportunidad de probar que ella podía, que ella estaba dispuesta. Su sueño no era ningún capricho; no lo era, la estaban callándo, la estaban reduciendo, minimizando a ser la sombra de su hermano ¿enserio ese era su destino?

No era justo...

Buenos días estrellitas!
Finalmente esta aquí!
Espero que la tardanza valga la pena!

Besos!
- honney 🐇💖

ℬℯ𝒶𝓈𝓉 ♡|| 𝐷𝑒𝑠𝑐𝑒𝑛𝑑𝑖𝑒𝑛𝑡𝑒𝑠 [𝐴𝑙𝑤𝑎𝑦𝑠 𝐵𝑒𝑒𝑛 𝑌𝑜𝑢 #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora