La primer mujer Alfa

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ARTEMISA

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Desperté con los rayos del sol que estaban molestándome en el rostro, al querer levantarme un fuerte dolor en mi vientre hizo que soltara un quejido de dolor, cuando voltee mi rostro hacia el otro lado de la cama sonreí al ver a Aysel acostada en la cama, su espalda estaba completamente desnuda, la sabana solo cubría desde la parte de su espalda baja

Me acerque a ella sigilosamente y sonreí al ver la marca que tenia en su cuello, una luna con una mancha azul de fondo y una líneas en medio de la luna.

Al lado de la luna estaban mis iniciales AR, de Artemisa Romanova era la señal pura de que ambas habíamos completado la unión, y que ahora Aysel me pertenecía, toque por inercia mi cuello y fui directamente al baño para verme en el espejo, me di cuenta que estaba completamente desnuda, así que tome la bata que estaba colgando y me la puse, gire un poco mi cuello y ahí estaba el mismo tatuaje de la luna con las iniciales de AM de Aysel Moonwalk, pase las yemas de mis dedos por el tatuaje, estaba hecho, ambas nos pertenecíamos, me devolví a la cama donde Aysel estaba durmiendo todavía, me acerque a su cuello y comencé a dejar uno que otro beso, poco a poco fui dejando un rastro de besos en su espalda

— Que linda forma de despertar — dijo con una sexy voz ronca 

— Buenos días — le dije en el oído 

— Buenos días a ti también — me dijo sonriendo y volteándose, acerque nuestras frentes, ambas estábamos a escasos centímetros la una de la otra, yo sin pensarlo estampe mis labios contra los de ella 

— Te amo — dijo cuando ambas nos separamos

— Y yo a ti — le dije sonriendo, ambas volvimos a estampar nuestros labios

— Que hora es? — pregunto cuando nos separamos 

— Como las doce — dije desconcertada por su pregunta 

— Mierda!, hoy llegan los amigos de mi madre — dijo hundiendo su cabeza en la almohada. 

— Amigos de tu mamá? — 

— Si, no se aun con exactitud de quien se trata, pero se que son unos amigos de mi madre, tengo que arreglarme — dijo

— Nos bañamos juntas? — pregunte y sabia que mis mejillas se estaban poniendo rojas

— Vamos — dijo y sus mejillas también estaban tomando un ligero color carmesí 

Ambas nos dirigimos al baño, ella tomo la esponja que había, un poco de jabón y poco a poco comenzó a lavar mi cuerpo, y viceversa, entre besos y caricias nos bañamos las dos, ambas nos vestimos, y después salimos tomadas de la mano de la casa, nos subimos a la moto, en cuanto llegamos a la mansión cada una se fue a su cuarto a cambiarse, ya que traíamos la misma ropa del día anterior.

Cuando ya por fin nos cambiamos, bajamos a comer algo, ya que estábamos hambrientas, Aysel traía el pelo recogido en una coleta alta, cuando vi la marca sonreí sin poder evitarlo 

— De que te ríes? — me pregunto 

— Es que me encanta ver tu marca — dije sonriendo, ella puso su mano su mano en su cuello 

—  Quieres ir conmigo a recibir a los amigos de mamá? — pregunto cambiando de tema

— Me encantaría — dije sonriendo, desde que estaba con Aysel no podía dejar de sonreír

Ambas nos la pasamos riendo, cuando terminamos de comer ella y yo salimos un rato a pasear por la aldea tomadas de la mano.

Estaban a punto de dar las 6:00 de la tarde, estábamos cerca del Puerto de la Manada, los amigos de la mamá de Aysel debían de llegar entre las 6:00 o 6:15 de la tarde, ambas estábamos tomando un helado mientras esperábamos su llegada, ella se había maquillado, al igual que yo, ya que al no saber quien llegaría, prefirió usar el maquillaje tradicional para recibir a las personas importantes, normalmente lo usamos cuando vamos a reuniones con el concejal, o cuando recibimos a algún rey o alfa de otra manada, es una manera de mostrar respeto ante los demás. 

Ambas nos veíamos muy graciosas tomando un helado, y maquilladas de esa forma, me quede viendo el paisaje por un momento 

— Artemisa — dijo Aysel y yo voltee para preguntarle que pasaba, en ese momento ella me robo un beso rápido 

— Aysel! — le dije sonriendo 

— ¿Que? Acaso no puedo robarle un beso a mi princesa? —

— No soy una princesa — dije ruborizada 

— Por supuesto que si, eres una princesa, te recuerdo que la Diosa luna te recogió como su hija el día que te nombraron Alfa, por lo tanto eres MI princesa, mi Alfa, mi mate y el amor de mi vida — 

— Te amo — le dije con una sonrisa de oreja a oreja 

— Y yo a ti —

El sonido de un barco fue lo que nos saco de nuestra burbuja de amor....

— Llegaron! — dijo Aysel levantándose 

El barco aun estaba muy lejos, pero sus velas se alcanzaban a distinguir perfectamente, eran color blanco marfil, y estaban en perfecto estado, algo muy raro, ya que en el mar, a veces las velas suelen romperse y es algo muy común, pero estas pareciera como si no hubieran sufrido ningún rasguño. 

— Acompáñame — dijo tomándome de la mano

— No puedo creerlo! — dijo sonriendo 

— ¿Quién es? — pregunte extrañada 

- Ya lo veras, ALTO A LAS TROMPETAS- grito

En ese momento los cañones del barco echaron fuego a los aires 

— TIERRA A LA VISTA!! — se escuchaba decir, era una voz masculina y grave

— ELEVEN ANCLAS!, ICEN LAS VELAS!!! HEMOS LLEGADO!! — es lo que se escuchaba gritar, pero provenía de una voz femenina 

— HAN LLEGADO!! — grito Aysel como una niña pequeña y nos dirigimos hacia la parte donde se reciben a los pasajeros de los barcos......  

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