08|| Prueba.

70.6K 5.3K 1.3K
                                    

Salgo del consultorio con la idea de que Hudson me esperaba para hacer otro de sus berrinches de niño rico, pero para mi suerte, no está

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Salgo del consultorio con la idea de que Hudson me esperaba para hacer otro de sus berrinches de niño rico, pero para mi suerte, no está.

Tuve un momento hermoso dentro de ese consultorio como para arruinarme el día con una pelea con el idiota padre de mi bebé. Ay, mi bebé, al parecer todo va viento en popa con mi embarazo. Sentí nervios al principio porque rogué todo el camino porque los golpes causados semanas antes no hubieran causado efecto negativo en mi niño, pero por suerte todo parece bien. De igual manera, solo estaremos completamente seguros de que está bien, cuando cumpla mis tres meses.

Dios, no puedo esperar a tener una enorme barriga o que al menos comience a notarse, porque por el momento, sigue igual de plana que siempre. ¿Me veré extraña? ¿Podré mirar mis pies? ¡No puedo esperar a tenerlo en mis brazos!

Con la carpeta de mis estudios y una sonrisa gigante en el rostro, abandono el hospital público llevándome una sorpresa que borra mi sonrisa de inmediato. Hudson sigue aquí.

No le doy importancia, de todas formas no pensaba charlar con él de nada, así que hago de cuenta que no existe y continúo caminando. No pienso tomar un taxi porque no tengo suficiente dinero para eso, y el autobús queda descartado de por vida, así que lo mejor es caminar. Pienso que puedo detenerme en algunas tiendas de bebé y observar precios, de todas debo ahorrar pero siempre es mejor tener un estimado de dinero.

Puedo comprar ropa de colores neutros como blancos o amarillos hasta saber su sexo y poder comprar las demás cosas, porque aunque siempre pensé que los colores no tienen género, todos los artículos a la venta están diferenciados entre rosa y celeste, así que no tengo opción.

Cruzo la calle y llego a la tercera cuadra caminando, cuando el coche platinado del donador de esperma se detiene unos metros más adelante. Pienso en cruzar la calle y correr, pero queda descartado cuando Hudson sale con su cara de pocos amigos y abre la puerta del acompañante.

—Sube, tengo que llevarte a un lugar—gruñe molesto.

—No, gracias. Mi madre me enseñó a no subirme en coches de desconocidos—respondo desde la calle, sonriendo.

Lo saludo con una mano y continúo caminando, o hago el intento al menos porque en cuestión de nada, lo tengo frente a mí tomándome del brazo y prácticamente arrastrándome hasta el coche.

Su agarre es tan firme que me roba un quejido de dolor. No porque estuviera sosteniéndome con fuerza, sino porque mi piel se siente demasiado sensible después de todos mis ataques.

—Vas a venir conmigo y no comiences con tus jueguecillos – murmura en voz baja, en un tono bastante afilado.

—Estás lastimándome—siseo, jalando mi brazo de su agarre. Mis ojos conectan con los suyos, luego baja la mirada a mi brazo y me suelta de inmediato. Es casi un reflejo el llevar mi mano directo hacia la parte caliente de mi brazo donde su mano acaba de soltarme.

Entre Sábanas de Seda (AQS #1)Where stories live. Discover now