¡Primer libro de la serie Amores que Sanan! Versión 2021.
Con un padre y hermano alcohólicos, Lia pasa su vida trabajando para saldar sus deudas y se prepara para saldar la siguiente en un reluciente bar de Santa Mónica.
Rodeada de personas con din...
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Hudson clava la mirada en mí con la boca abierta por la impresión por unos segundos. Fuera de la casa las bombas de estruendo y los fuegos artificiales anuncian que la Navidad llegó y despabila poniéndose de pie para abrazarme por la cintura.
Oculta el rostro en el nacimiento de mi cuello mientras sus manos me acarician el vientre disparando miles de flashes hacia nosotros. Es un momento íntimo, nos permiten unos segundos a solas pues luego de que el anillo se desliza en mi dedo cabiendo a la perfección, los invitados se acercan a nosotros para felicitarnos uno a uno comenzando por su familia y mi amiga.
La mayoría saluda con más intimidad a Hudson pues han sido sus amigos durante años mientras que yo solo tengo a Kate a mi lado quien me aliente y sonríe permitiendo que los demás también tengan oportunidad de felicitarme.
La mano de Hudson no abandona mi cintura en ningún momento y me pide que posemos para las fotografías que seguramente mañana estarán rondando en las primeras planas de las revistas de todo el país.
Su mano cubre casi por completo mi vientre y está tan feliz que derrocha felicidad por cada uno de sus poros.
Una mujer se acerca saludándolo primero y luego recae en mí abrazándome como si me conociera de toda la vida. Tiene cierto parecido a Hudson cuando los tengo a ambos de frente por lo que frunzo el ceño.
—Amor, ella es Josephine, mi prima y diseñadora de tu anillo de compromiso—comenta Hudson presentándonos.
La mujer tiende su mano la cual estrecho.
—Es una pieza muy hermosa—la halago.
—Y ahora veo por qué insistías en que fuera brillante—comenta ella haciendo que su primo se sonroje—Te luce muy bien aunque tu mirada brilla más que el diamante mismo.
Se queda con nosotros unos minutos charlando sobre lo peculiar de la joya cuando los amigos del equipo de fútbol se acercan a saludarnos. Primero pasan los que tienen esposa y luego comienza el verdadero drama cuando veo que se acerca Brennan detallando a Kate con la mirada mientras sostiene a su esposa por la cintura.
Según supe es una mujer con cáncer que en la realidad no luce como una. Tiene brillo, demasiado brillo para alguien tan enfermo como me dijeron además de una sonrisa que intenta hacer ver como amable pero que de amable no tiene ni la comisura de sus labios.
—Felicidades, amigo, pronto estarás dentro del club de los domados—dice ella hacia Hudson besando sus dos mejillas.
Me reservo los comentarios cuando mi amiga al lado pellizca mi brazo.
—Iré a tomar aire fresco—anuncia tragando grueso, dejando ver cuanto le afecta ver a Brennan luego de lo sucedido.
—Eres Kate ¿cierto?—la pregunta dirigida a ella la detiene, mucho más al ver que proviene de la mujer de su amante.—Lo siento, no quise sonar grosera pero he oído bastantes cosas sobre ti.
