La Paz Después De La Tormenta

6.5K 747 195
                                    

Abra mención del Shipp BillxFenrir, sólo mención superficial, raro, lo se, pero era necesario.

Fenrir Greyback cayó al suelo. Un enorme lobo gris que ahora estaba tan débil. Él albino había demostrado ser mucho mas fuerte y agresivo de lo que creyó, pero el peor fue el café, Lupin no le dio tiempo de tregua, y tampoco es cómo si lo hubiera pedido, pero ahora, estaba en un peor estado que Malfoy, el blanco aunque sea se mantenía consiente y podía centrarse en recuperase.

Remus gruñó, sus patas y hocico tenían rastros de sangre que era obvio que no le pertenecía, aún dentro de la pelea, su consciencia humana prevalecía. Greyback sólo pudo ver a Remus acercarsele con dientes de fuera antes de caer inconsciente, sabiendo perfectamente que probablemente era un sueño del que no volvería a despertar. Remus estaba dejándose llevar por sus instintos más bajos, tenía que eliminar el peligro de una buena vez, sólo una mordida y...

-¡Remus! ¡Espera! ¡Por favor! ¡No lo hagas!

Remus no creía lo que veía: Bill Weasley, de rodillas y abrazando la enorme cabeza del lobo gris, manchandose de sangre pero viendo suplicante a Remus, que estaba con el hocico levemente abierto por la impresión.

-Te lo ruego, no lo mates.

Remus se vio envuelto en un intercambio intenso de miradas hasta que un chillido detrás de él tuvo su atención, Lucius estaba intentando levantarse, fracasando evidentemente y regresando al suelo, sólo para intentarlo de nuevo, si eso seguía podía empeorar sus heridas. Le dedico un leve asentimiento a Bill y fue corriendo al encuentro de Lucius.

Bill abrazo la cabeza inconsciente de Greyback.

-Idiota, no puedes morir, ¡ya arruinaste mi vida! ¡Hazte responsable de ello! -se quejaba el Weasley entre una nerviosa histeria tratando de reanimar al lobo.

Nadie jamás lo sabría, ni siquiera ellos mismos sabían cómo carajo había pasado. El rasguño en la cara de Bill era una prueba de lo despiadado que era Greyback, pero de esa muestra de hospitalidad y odio nació algo más, la cercanía de esos dos subió considerablemente. Ocultandose debajo de la excusa de ser enemigos jurados cuyo único interés en el otro era para exterminarlo o cobrarse venganza. Pero Greyback no permitia que ningún otro mortífago atacará al Weasley, tampoco consentia que otro del baldo de la luz se le acercara demasiado, así como Bill discretamente evitaba que otros hechizos (que no fueran los suyos) dieran contra el lobo. Era una relación de "odio".

Si Fenrir podía odiar a alguien, esa era a la francésa Fleur, esa mujer era la esposa del Weasley, por alguna razón siempre era a ella a quien más quería atacar, pero claro, él melena de fresa no le daba oportunidad. Bastaba ver cómo el licantropo pateaba "sin querer" la varita de Bill en su dirección siempre que estaba en problemas para saber qué no se odiaban cómo contaban, claro, sin querer. Y nadie jamás sabría cuando Greyback se acercó a un inconsente Bill, el cuál estaba gravemente herido, y en vez de hacerlo valer cómo una de sus presas, se agachó a su lado y, con todo el tacto que tenía, tomó su dolor.

En veces anteriores había intentado quitar el dolor de otro mortífago, pero no funcionaba, los demás sólo se cuestionaban el porque hasta que Malfoy los saco de dudas:

-No puedes quitar dolor si no te importa - fue la respuesta del albino, y no le quedó más que asentir, dándole razón. No le interesaba que el hombre sufriera.

Pero al ver a Weasley retorcerse aún inconsciente por el dolor de su cuerpo hizo que algo se moviese dentro de él, y, a diferencia que con sus compañeros, no le dio igual, no le gustó lo que vio. Pasó suavemente su mano con garras por su brazo, absorbiendo su dolor, era intenso y no daba tregua, y para que un campeón de peleas se haya retorcido quejándose por el intenso dolor sólo significaba que el Weasley no estaba exagerando. Se alejó cuando escucho a los demás acercarse, preguntaron en gritos si había alguien o si había alguna pista, y sin quitar la vista de él herido, respondió con una contundente "No".

Aullidos a la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora