XII

12.1K 1.3K 143
                                    

Mi mañana no fue muy bonita que digamos. Había despertado con un dolor insoportable en mi espalda baja y mis pies estaban hinchados a muerte, no quería salir de mi cama, pero debía de preparar el desayuno a Peter y, además la comida de la tarde. Con dificultad me levante y me senté al borde de la cama, mis piernas estaban abiertas para una mayor comodidad con mi vientre y me estire hacia adelante.

Me coloque un pantalón suelto, ya que me encontraba en bóxer y mis pantuflas de polar, eran bastantes cómodas y mis pies se lo agradecían. Camine mucho mas lento de lo habitual a la cocina, prepare algo realmente simple; jugo de naranja y unas tostadas para Peter, para mi; un té muy suave y un pan integral. Serví todo en la mesa y llame a mi bebé.

A los pocos minutos el bajo y tomo asiento.

Me quede unos minutos pensando, no tenia muchos planes para el almuerzo de hoy, quizás hacer un poco de carne roja con algo de ensalada o arroz, unas gaseosas para beber y de postre un poco de helado de menta con galletas.

Si lo quiero preparar tendría que ir a comprar al supermercado y cocinar una hora antes de que ellos vengan, pero con mi estado actual fácilmente contrataría a alguien que me haga todo eso.

Bufe cansando, solo deseaba en este momento volver a mi cama y recostarme hasta que se haga de noche.

- Papá...¡Papá!- Sentí un pequeño movimiento en mis brazo, creo que me quede demás pensado en la comida y en el pequeño antojo de helado que tenia. Mire a mi lado donde estaba Peter y puse mi mejor sonrisa.

- ¿Que sucede, cariño?- Pregunte a la vez que le daba una caricia en sus cabellos.

- Están tocando la puerta, y te perdiste la llamada del Tío doctor Strange. ¿Estas bien, mi hermanito te esta molestando?- Pregunto con preocupación. Peter de verdad que estaba siendo toda un ternura.

- No, no es eso, solo pensaba en la comida, nada más.- Dije al momento en que iba a la puerta de entrada. La abrí con precaución y me encontré con un gran ramo de rosas humano, las flores no me permitían ver quien era, pero su sutil aroma lo delataba, era Stephen.- ¿Stephen?- Aunque aun no había dicho nada, una notable sonrisa se hacia presente en mi cara.

- Hola, Tony...- Su voz parecía nerviosa y sus manos que sujetaban el ramo comenzaron a temblar.- Esto es para ti.- Me tendió el ramo y ahora si lo pude ver bien. Stephen siempre estaba vestido de forma elegante y mostraba un porte limpio, pero ahora aprecia mas bien uno de esos príncipes azules que a Peter le gustaba ver.

- Están muy hermosas, gracias.- En forma de agradecimiento me puse de puntillas y le di un suave beso en su mejilla.-...Pero, ¿que haces tan temprano aquí?, pensé que tenias que operar en la mañana.

- Pedí el día para venir a ayudarte con la comida. No quiero que te esfuerces demás, así que vine a cocinar por ti.- Me explico mientras tomaba mis caderas y les daba unos suaves masajes.

¿Alguien me podría decir que esto no es un sueño y que ese hombre es completamente real?, porque, Dios, este Alfa es demasiado perfecto para mi.

Creo que me quede sonriendo como un bobo por unos segundos.

Al volver a mi mundo real, me aferre con mucho cuidado a las rosas y me hice a un lado para que él pasara.

- Hola Peter.- Saludo con una sonrisa al momento de ver a mi bebé.

- ¡Tio Doctor Strange!- Peter se acerco en confianza y lo saludo con un choque de manos, Stephen alboroto los cabellos de mi bebe y su sonrisa aprecio despacio.- ¿Vienes a ayudarnos?- Él Alfa asintió contento.- Que bueno, Papá se sentía mal, se pasaba las manos en la espalda, por lo que creo que mi hermanito le esta causando problemas.

- ¿Enserio?- Me miro de forma amenazante. 

Peter, bebé, te amo con toda mi vida, pero ¿acaso quieres que muera joven?

🌻

- Ah...Stephen...- Gemí a gusto cuando sus manos pasaron con algo de firmeza por la zona en que dolía. Estaban un poco frías por lo que la sensación era absolutamente buena.

La posición en la que me encontraba era muy curiosa, estábamos en el sillón, pero yo le daba la espalda a Stephen, no estaba sentado, más bien me apoyaba de mis rodillas, las cuales estaban medianamente abiertas para una mayor comodidad con el porotito. Para evitar caerme o perder el equilibro, me afirmaba del respaldo. Stephen se arremango su camisa y a mi me quito la mía. Le conseguí una crema en base a menta y comenzó su trabajo amasando partes de mi espalda baja.

Sus manos deberían de estar prohibidas.

Arqueé mi espalda al momento de sentir una corriente pasar por toda mi columna, ¿es normal excitarse con un masaje?, la respuesta es: ¡¿A quien le importa?!, se sentía muy bien y listo.

- ¿Te sientes mejor?- Creo que esa palabra era muy pequeña comparado a como me siento ahora. Aún algo aturdido asentí.- Empezare a preparar el almuerzo. ¿Tienes pensado algo en particular?

- Carnes rojas, quizás con algo de arroz o ensalada.- Dije al momento de darme vuelta y quedar frente a Stephen. Me sentía algo exaltado y las ganas de saltar a sus brazos y que me robe el aliento no me hacían faltas.

Al parecer mis deseos fueron escuchado y los labios de Stephen se estamparon con los mio en un beso apasionado y tierno. Rodee su cuello con mis brazos y lo profundizo de una manera única y ardiente.

Al separarnos solté un suspiro, se sentía bien estar así.

Hasta que tú nos separes |Superfamily, Omegaverse|Where stories live. Discover now