Capítulo 29

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Ya habían pasado tres semanas desde que Marinette se marchó, y seguía sin tener noticias de ella.
Sus padres creían que estaba en algún festival y me enteré de que se había comunicado con ellos así que me preocupaba que yo no tuviera alguna llamada.

Me tranquilizaba el saber que estaba bien pero era inquietante tu actitud hacia mi.

Las semanas si que habían sido aburridas en este tiempo, solo tenía que hacer lo mismo de siempre. Modelar y seguir con las clases que hace años había culminado.

¿Por qué habría regresado justo a los dieciocho años?

Apenas había terminado la universidad y justo ahora tengo que volver a retomarla desde el inicio. Me reí de la mala suerte que llegaba a tener, tal vez este anillo si era una maldición como mencionaba Plagg algunas veces.

Me distraje observando a las personas que caminaban con tranquilidad por las calles.
La ciudad siempre me demostraba que sin importar que villano atacará su ciudad ellos al día siguiente salían a hacer sus vidas con normalidad.

Desde mi época causando desastres era lo mismo, bueno era un alivio que eso no cambiará jamás.

Entre a la casa con la esperanza de dirigirme a la cocina y comer de inmediato.
Lo que sea, no importaba. Aunque honestamente no me molestaría una hamburguesa.

Escuché voces en la oficina de mi padre y me detuve en seco al ver la puerta abierta.
Todos se encontraban ahí pero no pude prestar más atención ya que mis ojos se centraron por completo en esa joven con cabello azulado.

Marinette había llegado.
Ella se levantó de inmediato del piso, estaba invada frente a mi madre. Cuando estuvo frente a mi, desvió la mirada y cruzó sus manos. No pude evitarlo casi me apresure hacia ella.

-No Adrien, solo necesito hablar contigo- me detuvo ella al extender sus manos, negándome su cercanía.
Extrañado, observé cómo su expresión seria la gobernaba. No la había visto en un par de semanas, que había sentido eternas y ahora no me dejaba acercarme.

-¿Lograste entrar a esa Biblioteca?- fingí que no me había dolido su reacción y jugué un poco con ella, al irse no podía ocultar su emoción por visitar la más antigua biblioteca de la historia. Ella asintió-. ¿Podrá ayudarnos?

Su silencio fue eterno, no dejaba de observar a mis padres en todo ese tiempo. Yo ni siquiera les preste atención, quería averiguar de una vez por todas que ocurría.

El maestro Fu también se encontraba ahí, observándome con preocupación.

-No- dijo Marinette con voz apagada, parecía que se había hecho un nudo en su garganta por el extraño tono, su cabeza hacia una leve señal de negación.
Ahora podía entender toda esta reacción de su parte, pero eso no importaba. Si hay algo que aprendí en todo este tiempo con Marinette era a jamás perder la esperanza.

-No te preocupes- le dije en un intento de sonrisa, lo más importante era abrazarla después de todo este tiempo- encontraremos la forma de arreglar esto.

-Adrien, investigué en todos los libros. No hay forma de arreglarlo- intenté acercarme a ella de nuevo, pero me alejó dando pequeños pasos hacia atras. No encontraba respuesta a su reacción, sabía que en mi expresión se podía distinguir la confusión. Marinette, sonrió con pesar- Te amo, Adrien. Pase lo que pase siempre te amaré, pero creo que es momento de aprovechar esta segunda oportunidad... Es por eso que aceptaré la beca a Londres.

-¿Te irás?- le pregunté con temor. Pensé que ese tema había quedado olvidado al recordar nuestro pasado-. Bueno, sin duda es una gran oportunidad y tendremos que buscar alguna opción para estar allá los dos.

We'll Meet Again (Chat Blanc p.3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora