Capítulo 2

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-Adrien eso es hacer trampa-gritaba Plagg mientras jugábamos con mi mesa de fútbol.

Habíamos descubierto como jugar hace algunos años y la verdad me encantaba ganarle a un ser tan poderoso como plagg.

Había bajado a comer hace un par de horas, mi mamá estaba estudiando como siempre en biblioteca y yo solo esperaba a que llegara Marinette para mostrarle la casa como lo había prometido.

-A partir de hoy tendremos a alguien nuevo-murmuraba mi pequeño amigo, yo lo mire extrañado.

Recordé la pequeña plática que había tenido con mi madre ayer, sobre un compañero.

-La nueva asistente- me aclaro el rápidamente.

-Si ella, pensé que te referías a algo más- dije con indiferencia, mi mente divagaba en ese tema sin parar; ¿Quién podría ser un buen compañero?- no debes hacer ninguna travesura.

Le amenace, conocía perfectamente a ese kwami y a veces era difícil de controlar, no quería que molestará a la pobre chica en su primer día.

El timbre se escuchó y me giré a ver la hora en mi despertador.
Debía ser ella, es decir ya había pasado veinte minutos de la hora de entrada así que sin duda tenía que ser.
Ella tenia una suerte que mi padre estuviera ocupado.

Tome la chaqueta blanca y baje rápidamente hacia el salón.
Ahí estaba ella, mirando nerviosa en todas direcciones buscando a alguien.
Por sus rojizas mejillas me di cuenta que había estado corriendo.

-Parece que siempre llegas tarde Dupain-Cheng- le dije desde las escaleras, ella se giró asustada hacia mí. Sus grandes ojos azules miraban al piso.

-L-lo lamento... No volverá a suceder- me decía ella apenada al mismo tiempo que jugaba con su mano libre ya que en una de ellas llevaba una bolsa de estraza.

Al bajar la mirada pude ver que su pantalón rosado estaba lleno de pequeñas manchas de harina.

Ella siguió mi mirada por un instante hasta que sus mejillas se pusieron rojas, de verdad era muy distraída ya que parecía que no se había dado cuenta.

-¡Oh no!- bajo una de sus manos y empezó a sacudirse-lo siento tanto, es que ayudó a mis padres por las tardes y está vez casi salí corriendo de mi casa.

-No hay problema, se ven bien- dije entre risas para tranquilizarla- con lo que se ve hoy en día en la moda puedes hacerlo pasar por alguna nueva tendencia.

Marinette se empezó a reír hasta que recordó que llevaba algo en la mano.

-¡Esto es para ti! - casi grito esto último al mismo tiempo que me ofrecía la bolsa con rapidez.
Ese acto me sobresalto un poco, si que se ponía nerviosa está chica.
Lo tome lentamente y al abrirlo me lleve la sorpresa.

-No lo olvidaste - dije al mismo tiempo que sacaba el croissant de la bolsa, Marinette evitaba mirarme en todo momento.

Le di un mordisco y no pude evitar ocultar mi expresión.
Esto de verdad estaba delicioso, creo que era lo más rico que había probado antes y eso que mi padre tenía a los mejores Chefs.

-¡Wow! ¡Ya veo que su fama es por algo! - el dulce chocolate se derretía en mis labios y ella solo sonreía con emoción - está bien, te iba a colocar tu primera falta pero me has comprado Marinette.

-¿Tú lo vas a hacer?- me pregunto ella.

-Así es, mi padre y Nathalie están en una reunión así que yo seré el encargado de mostrarte la casa - me coloqué a su lado y le indique con mi brazo el camino a seguir al mismo tiempo que me inclinaba un poco.

We'll Meet Again (Chat Blanc p.3)Where stories live. Discover now