Capítulo 20

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El día era grandioso el día de hoy, el sol entraba por la ventana de mi cuarto como una grandiosa luz, era un día asombroso y más por lo tranquilo que me sentía al lado de Marinette.

Ella estaba sentada junto a mí, tan bella como siempre y con la misma alegría cautivadora que ella emanaba.

El maestro Fu se había marchado a una expedición al parecer, había hablado de un antiguo lugar donde vivía de niño.
Él pensó que había desaparecido pero se había equivocado.

Ahora mi madre estaba frente a ese pizarrón intentando encontrar la relación de nuestros visitantes con esa nueva revelación.

Marinette y yo solo seguíamos concentrados en el piano, habíamos intentado ayudarla un poco pero ella no parecía prestarnos atención así que decidimos seguir con la clase. O al menos eso creía yo, habíamos comenzado con "La Marsellesa" pero justo ahora solo jugábamos.

Ella hacia algunas notas que yo acompañaba con alegría, cambiaba el ritmo en cada oportunidad que tenía haciéndome más difícil mi trabajo.

-¿Quiénes son?- preguntó mi mamá más concentrada en sus pensamientos.

-No importa quienes son, es más importante saber por qué están aquí-le dije sin perder mi concentración en las teclas.

-Ellos obviamente están conectados con esta nueva aparición - señaló a la noticia del periódico.
"Una nueva montaña" ese era el encabezado del aparente nuevo misterio del mundo.

La puerta se escuchó y Marinette salió disparada hacia ella.

-Si te vas lo tomaré como rendirse - le dije en voz alta. Ella se dio media vuelta y apresurada me tomo del hombro.

-Solo así me ganas - me dio rápido beso en la mejilla y regreso a la puerta, haciéndome sonreír.

Me levanté al escuchar que Marinette hablaba animadamente con alguien en la puerta y me acerque a mi mamá.

-¿Ya lograste controlarlo? ¿O qué significa esa sonrisa? - me dijo con esos lentes y una sonrisa fanfarrona en su rostro sin apartar la mirada del pizarrón, yo me quedé callado en respuesta, no podía decir nada a mi favor.

En estás semanas había pasado demasiado tiempo con ella y pareciera que eso tuviera el efecto contrario, en lugar de sentir que me empezaba a acostumbrar a su presencia, cada día me parecía más difícil estar lejos de ella.

-Solo es cuestión de tiempo- susurré para que solo ella pudiera escucharme.

-La amas, solo admítelo y así será más fácil-intervino ella con rapidez mirándome tranquila, exhale con desesperación por su insistencia-. ¡Hey! Tu solo te engañas pero está bien, aún no lo puedes admitir.

-¿Por qué insistes tanto?

- Soy tu madre cariño, a mi no me engañas. Puedo ver ese brillo en los ojos que tienes cuando estás con ella- me tomo de mi mejilla como si fuera un niño pequeño y yo solo me aleje un poco. Se rió de mí con mi fuerza.

-Sigo sorprendida de que puedan hacer un Latte tan rápido- Marinette dijo asombrada mientras llevaba una bandeja en la mano, está tenía consigo tres tazas de diferente tamaño-El expresso para ti Emily.

Mi mamá tomo la taza con alegría y dio un sorbo de inmediato, tenía una fascinación por el café y cada ves que tomaba uno lo demostraba.

-No hay nada que una buena taza de café no arregle - dijo mi mamá con una sonrisa y se sentó en la cómoda silla blanca que estaba a un lado del pizarrón.

-El chocolate blanco del gatito- dijo Marinette al mismo tiempo que me cerraba uno de sus ojos.

-Señora Agreste, la buscan-hablo Nathalie desde desde la puerta, no dijo nada más solo se quedó de pie esperando que mi madre la siguiera.

We'll Meet Again (Chat Blanc p.3)Where stories live. Discover now