Capitulo 22

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Harry POV'

Estaba sentando, en un Starbucks. Indeciso, las palabras de Gemma tenían un poco de lógica. Estaba esperando esta oportunidad por mucho tiempo, y ahora que la tengo en manos.. no aun, pero no debo desperdiciarla. He esperado mucho por la dichosa explicacion, y cabe decir que tengo miedo. Espero que su explicación o razones del porque me dejo plantado sean contundentes, tampoco me dejaré manipular. Bettie fue mi debilidad por casi tres años, pero ahora ya no lo es o ¿si?.

De una vez por todas contuve el celular entre mis manos temblorosas, marque el número que me había dejado Bettie para esperar que conteste.

- ¿Hello? -escuche su voz, no podía simplemente no podía. El hecho de tener que verme con ella, solos. No tan solos, pero en fin todo esto me estaba matando. No podía ya con el miedo, juro que en cualquier momento me daría un colapso. Trate de calmarme, tanto como trate de calmar mi respiración y latidos.

- Ehm.. Bettie. -jadeé, luego carraspee. Tratando de sonar distante, me resultaba imposible. No podía ser así con ella, con ella yo experimente muchas cosas. Con ella di mi primer beso, a ella me entregué. Ella fue.. mi primer amor, y, según mi madre, el primer amor nunca se olvida. Socorro. Estoy flipando. Me cacheteo internamente. Tengo que dejar de decir eso.
"Contéstale".

Si, voy.

- Bettie, es Harry. Mm.. ¿Podríamos vernos en un Starbucks? -pregunte cautelosamente, escuche como suspiraba. Si no me contestaba, moriría.

- Mándame la dirección por mensaje de texto.

Sin mas colgó, perfecto lo que me faltaba.

Solté una bocanada de aire, haciendo lo que ella indicó. Mande la dirección del Starbucks por mensaje de texto. Ahora mi dilema era.. ¿Cómo dejaría mi orgullo, o el terror que siento?

Me sentía extraño, tenía el estomago revuelto y sentía que verdaderamente iba vomitar. Alrededor de unos minutos, un auto se estacionó frente al local. De este bajo un chico de traje impecable consigo, por supuesto, Williams. Mis nervios aumentaron, los latidos de mi corazón se hacían incontrolables, al paso que ella daba para encontrarse conmigo en la mesa. Ella se situó a un lado de la mesa, sin entender el porque fruncí los labios. Trate de mantener la compostura y no salir corriendo. Puse mi mejor cara, y la mire seriamente. Me cachetee internamente, recordando que tenía que ser caballeroso a pesar de lo sucedido, me levante y sin mas la invite a sentarse, cuando tomo asiento copié su acción. Apoye mis brazos en la mesa y entrelace mis manos en su dirección. Ambos estábamos en silencio, ella mantenía la cabeza hacia abajo mientras que yo, bueno yo me encontraba observándola. Aún no terminaba de creer que una mujer tan dulce, y tan parecida tuviera las agallas de dejar plantado al hombre que alguna vez, juro amar. Carraspee, obteniendo así su atención.

- Venga, dime lo que tengas que decirme porque ciertamente no tengo mucho tiempo.

- ¿Así me tratas? Cielos, Harry al menos salúdame o ¿que? ¿ya perdiste lo caballeroso que eras?

- No. -trate de calmarme, no valía la pena cabrearse. Sus palabras me hieren, si. Pero por ningún motivo permitiré que me hable de esa manera. - ¿Como quieres que te trate? Bettie, no te tratare como la chica que eras antes, porque cabe decir que ya no lo eres. Además si mal lo recuerdas.. -eleve una de mis cejas- Tu me dejaste plantado, tengo todo el derecho de tratarte como se me de la gana, soy un caballero pero acostumbro a practicarlo con las damas. - algo impresionado al igual que ella por mis palabras, relamí mis labios. No sabía de donde saque fuerzas para decir más de media palabra.

- No me hables así, soy una dama.

Evite reírme, por lo que me mordí el labio.

- Independientemente de que seas una o no, la razón del porque estamos aquí o al menos yo es por una explicación.

- Esta bien, te la daré.

- Adelante.

La imagen de mi persona en el suelo sufriendo por su partida no se borraba de mi mente, me sentía impotente. Tenía miedo, mucho miedo. No quería ser manipulado, y tampoco que ella intente en un momento hacerlo. Bettie Williams me hizo sentir muchas cosas hermosas, pero también me hizo sentir el peor sentimiento que puede sentir una persona. Ser rechazado, no es muy bonito que digamos. Desde mi punto de vista, si ella no me quería o simplemente no estaba preparada para casarse debió habérmelo dicho desde mucho antes que nos fuéramos a casar. Tal vez, quizás yo era muy idiota para ese entonces, quizás fue un capricho y no el verdadero amor como me hizo creer mi hermana o tal vez mi madre. Venga, tenía dieciocho años, no podía saber que significaba realmente el amor. Esa es una palabra muy fuerte, que quiero y espero no sentir jamás en mi vida.

- Harry, primero que todo quiero que sepas que siempre te ame.

La mire incrédulo. - Eso sinceramente no me importa.

Ella esquivo mi mirada, ahora miraba sus uñas.

- Harry, estaba confundida. Tal vez no estaba preparada, tienes que entenderme. Mis padres me estaban presionando en que me casara con un chico de la alta sociedad que en cierto modo nos ayudaría a salir del problema económico que teníamos en ese entonces, pero créeme siempre te ame. Nunca hubo un "otro" - hizo comillas con los - Por favor, créeme. Te juro por el amor que alguna vez sentiste hacia mi, ¿O aun me amas?

- Be-Bettie no trates de cambiar el tema, gracias por la explicación.

Me levante algo confundido, ella me detuvo agarrando mi abrazo. Respiré profundo, y la mire queriéndole decir que no me tocara. Ella comprendió, y bajo la mirada, seguía creyendo que ese acto era sumamente tierno de su parte.

- Al menos dime que piensas sobre lo que te dije. - subió la mirada, trague saliva perdiéndome en sus ojos color mieles. Solté una bocanada de aire, una parte de mi me decía que le creyera mientras la otra me recordaba lo que me hizo y que no debía creerle que, quizás, solo tal vez, me esta mintiendo para envolverme. Descarte la segunda, no podía ser tan cruel. No, ella no.

- Honestamente no se lo que lo pienso, en este momento no puedo pensar. Creo que estoy confundido, solo eso.

- Entonces.. - acomodó el bolso en su hombro - Cuando te despejes un poco me dices lo que has pensado.

- Pero yo.. - se acercó peligrosamente a mi y me beso, me sonrió para luego marcharse, dejándome como idiota y hablando solo. Esto no podía estar pasando, ahora deseaba poder besarla o simplemente robarle un beso por diversión. Su sonrisa seguía siendo la misma, solo han pasado tres años. No tanto como para que su sonrisa cambie, y ahora sea acompañada de horribles arrugas.

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