CHAPTER SEVEN

5 0 0
                                    


Traía puesta la pijama y me encontraba sentada, peinando mi cabello frente al espejo. Muchas preguntas comenzaron a salir en ese momento, o tal vez estuvieron allí toda esta semana y las ignoré por cansancio. 

Todas ellas me atacaron en ese momento con fuerza, lo sucedido en la cafetería fue muy ¿raro?¿extraño?¿Un escenario incomprensible desde mi punto de vista, el cual debía admitir pensaba objetivamente, la mayoría de veces?. Sí, estaba segura de mi última alternativa. Empecemos a enumerar. De algún modo "invité" a desayunar a Mason y, ahí termina la parte controlable de esto. Luego, el comportamiento que mostró  Matt fue impredecible, nunca habíamos entablado un diálogo realmente cordial y, si interpreté bien las cosas el me trato de "ayudar". Si lo observamos bien, todas las veces que hablamos es con un ácido sabor a sarcasmo, nos provocamos, fastidiamos, no de una manera "romántica" sino más como meter la cabeza del otro en un inodoro no necesariamente limpio .Por encima de lo que pudo haber parecido, no me lo tragaba realmente, había algo que no, no encajaba, como las galletas animalitos, cuando tratabas de juntarlas unas con otras y parece que encajarían, todos creerían que se complementaban, pero cuando lo intentas hay una trompa de elefante que no lo permite, yo hallaría esa trompa de elefante.

Por otro lado estaba Mason y su reacción - buen nombre de película ¿cierto? "Mason y su reacción", guiño guiño -.Fuera de el horrible sentido del humor que yo pudiera tener, era cierto, al ver a Matt no pude distinguir ni un poco de la sonrisa que siempre lo acompañaba, nada, fue como si simplemente no fuera él, mejor dicho como si yo no lo conociera. Estuvo a la defensiva y su acción petulante, sobrepasaba en millas, kilómetros, radianes a el toque arrogante que siempre mostraba. No sé si fue por Matt, por mí o que simplemente se le cruzaron los cables.No lo había visto desde ese día, Rosita me dijo que tenía una semana de exámenes y se estaba quedando en casa de unos amigos; información que por cierto no pedí, pero me ayudaba a calmar la curiosidad. Mi ira por el comentario despectivo se  fue aplacando y enfriando; por otro lado, obviamente no lo iba a dejar así. Si le hubiera dado un buen gancho en ese momento no hubiera dolido tanto como lo que estaba planeando. Aún no sabía qué por cierto, pero tenía que estar bueno seguramente. 

Ya llevaba rato sin tocar mi cabello y solo mirar al espejo algo ida, mi espalda empezaba a encorvarse. Con cierto pesar me dirigí a mi cama y me extendí en ella.

-Mierda- maldije cuando una brisa fría produjo un escalofrío en mí, la ventana estaba abierta.

Me acerqué a mi ventana y vi a un tipo fumando apoyado en un árbol frente a mi casa. Parecía tranquilo, considerando el frío. Me quedé ahí un momento, bueno, bastante rato la verdad. Algo en su altura o simplemente en lo que desprendía se me hacía familiar. De un momento a otro vi cómo su cabeza se iba levantando pero solo llegué a ver la sonrisa torcida que estaba formando con sus labios. Un escalofrío me recorrió la espina dorsal y sentí una fuerte presión en la nariz y el corazón. Retrocedí, alejándome de la vista, hasta que choque con el borde de mi cama. Sentí los labios secos y la necesidad de mojarlos.

Luego de haber digerido la sensación, como la buena fijona que soy, me acerqué a la ventana nuevamente. Y yo sé que todos ustedes ya saben que pasa aquí ¿no?, exacto, ya no estaba. Habían cosas tan predecibles que de solo ver como se cumplían te arrepentías de haberlo considerado. 

Como reacción toque mi cuello, donde se encontraba mi collar, y lo apreté ligeramente. Seguro no había sido nada y yo estaba de paranoica. Después de asegurarme de que me sentía mejor luego de mis dos mini infartos, me dirigí a la cocina por un vaso de Refresco. Venía envasado y no sería literalmente "refresco" pero sonaba cool. 

Estuve ahí un minuto evaluando si comía algo o no, hasta que me llegó un mensaje al móvil, vibró contra mi piel. 

-¿Estás en casa sola?- Número desconocido- En ese momento sentí el refresco a punto de salir por mi nariz. Alguien me quería matar, definitivamente. Seguro era ese tipo, ¿Cómo pudo obtener mi número?¿Realmente me iba a matar?¿Dónde?¿Cómo sería mi servicio de catering?, Si yo no lo organizaba no saldría perfecto, tendría que empezar a hacerlo, definitivamente. 

El sonido del timbre me hizo dar un brinco y sentí la sangre helada.

-Dios, sé que hace mucho no voy a la iglesia, no he sido exactamente buena pero no quiero morir ahora, no aquí, no en pijamas, aún no he realizado nada de todo lo que he planeado para mi vida- divagué entre susurros hasta que el segundo toque al timbre atrajo mi atención nuevamente. En ese momento no consideré que un serial killer me texteara para preguntarme si estaba libre y poder matarme era un poquitin descabellado.

Tomé el vaso de vidrio que en el que había bebido y pretendí usarlo como arma si algo se salía de control, ya saben, mujer precavida vale por dos. Sostuve, la manija de la puerta y la abrí rápidamente, alcé el vaso y estuvo a centímetros de impactar contra mi objetivo. Lo raro es que no era el objetivo que yo pensé, como un acto reflejo desvié el golpe a uno de los lados de la persona frente a mí, lo que me llevó a casi irme de bruses al suelo si no hubiera estado sostenida del marco de mi puerta.

Algunas gotas habían comenzado a caer mientras yo estaba en pánico en la cocina. La persona frente a mi solo traía puesta una camiseta oversized y agitaba los brazos tratando de decir algo. Sus ojos rojos me transmitieron una desesperación aterradora, En este punto me di cuenta que demoré mucho en mi análisis.

-¿Qué pasó?, no importa, entra rápido está haciendo demasiado frío- me hice a un lado y con los brazos cruzados en el pecho entró rápidamente entre respingos.

-Siéntate, te prepararé algo- tomó asiento en un sofá y le tendí la manta que usaba para abrigarme cuando veía películas y eso.

Mientras preparaba un té caliente, muchas preguntas y un gran desconcierto me atacó. Decidí no preguntar nada hasta que le naciera decirme algo. Se lo alcancé y rodeó la taza con sus dedos.

-Gracias- Respondió y dio pequeños sorbos.

-Vamos arriba, Lesley, te prestaré algo seco para que te cambies-.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Jan 19, 2021 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Black MoonWhere stories live. Discover now