CHAPTER TWO

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Matt entró al salón de detención, en donde se encontraba, tal vez por la escena del comedor. Estábamos a cargo del profesor Perry, era lo mejor que el instituto ha conseguido, nos hacía reía demasiado en sus clases y casualmente hasta los que no prestamos real atención, terminamos entendiendo algo.

El chico en cuestión se sentó a dos pupitres de distancia y si no leí mal sus labios, cuando me miró, dijo algo relacionado a púdrete, le devolví una sonrisa.

Llevábamos más de una hora allí y ya no me quedaban más stories que ver en ninguna de mis redes sociales. Decidí comenzar a enfocarme en mi conejillo de indias. Definitivamente tenía un buen perfil desde donde yo lo observaba. Se encontraba dibujando o rayando su cuaderno, realmente no me importaba lo que hacía.

Me paré de mi asiento y con la excusa de pedir un permiso para los servicios pasé por su carpeta y "casualmente" empujé su brazo haciendo que bote su lapicero. Sonreí, pero no alcance ni un paso cuando lo escuché empezar a gritar.

-Pero miren, si la niña con problemas de autoestima seguramente se está yendo para el despacho del director, hoy cuando pasaba por ahí la vi entrar y escuché luego algunos gritos. Compañeros míos se lo dejo a su imaginación, pero tengan cuidado con, esta. Ya saben si van donde el director, no se acerquen demasiado a su escritorio ya saben solo por precaución- me miró con satisfacción- este es mi comunicado a la salud pública.

Sonreí y me di la vuelta.

-En primer lugar, touché y en segundo iugh. Por poco y logras ofenderme realmente-le di unas palmadas en el brazo- vamos chico síguete esforzando, a la próxima tal vez lo logras.

Finalmente pude pedir mi permiso para ir al baño y salí del aula. Maldije apenas lo hice ya que olvidé mis cosas y ya estaba demasiado aburrida allí. Pensé que esta detención podía ser más divertida pero bueno, aún me quedaba una semana por delante, siempre actitud positiva.

...

Llegué a casa y perezosamente subí las escaleras hacia mi cuarto. Allí se encontraba Rosita, una señora gordita y dulzona que trabaja en casa hace aproximadamente 7 años.

-Buenas tardes, señorita- me dijo mientras dejaba toallas limpias encima de mi cama, me tiré junto a ellas- hoy llegó más tarde de lo normal

-Ya sabes, los gajos del oficio- apoyé ambos brazos encima de la cama y le di una sonrisa de labios cerrados.

-Ay señorita-cogió su cesta e hizo el ademán de irse- nada más no se meta en problemas, no querrá tener problemas con el señor Marcos.

Junte ambas manos como si fuera a rezar- Me conoces Rosita, yo sería incapaz de hacer algo malo y no creo que nada sea capaz de perturbar la cara de cemento del señor Marcos.

-Señorita Noah desde lo de su...-la corté, cuando vi hacia donde se iba el tema.

-No tiene excusa, nunca la tendrá-me paré de la cama y recogí mi mochila del piso- Rosita estoy algo cansada- hice un mohín.

Me miró con ternura- Claro señorita-se dispuso a salir, pero al parecer olvidó algo. Se sostuvo del pomo de la puerta y habló- mi hijo estará por aquí por un tiempo, está convalidando su carrera, se lo digo para que no se sorprenda al verlo, ya le pedí el permiso a su padre.

Así que Mason vendrá, interesante, hace un tiempo que no lo veo- me crucé de brazos recordando ciertas cosas, de la cuales, por cierto, no me arrepentía-.

-Cinco años no es exactamente poco tiempo, pero sí, estará por aquí un tiempo. No se preocupe por su privacidad, pasará la mayor parte del tiempo en el campus.

-No, para nada, eso no me preocupa.

-Descanse- y finalmente cerró la puerta delicadamente.

Llevé mis cosas hacia la ducha que estaba en el pasillo junto con una toalla de las que Rosita dejó en mi cama. Ya lista gradué el agua para que estuviera tibia y entré.

El agua recorrió cada parte de mi cuerpo me encantaba sentir las pequeñas gotas golpear mi cara con la fuerza justa para relajarme. De esta manera comencé a recordar quién era Mason. Fue un rubio, alto, con ojos marrones y llenos de inocencia cuando lo conocí. Vivió aquí antes de que su padre reclamara su custodia. Me apoyó en un momento de debilidad y yo, acepto que yo, confundí las cosas, pensé que era algo más que llanamente bondad.

Cuando yo, con ya el corazón roto, me aventuré a expresarle mis sentimientos, me rechazó, con la excusa de que yo era menor que él y que no quería aprovecharse de mi momento de crisis. Baboso. Cuando alguien te dice: "Vale la pena seguir respirando si es por ti", lo que tú dices es: Acepto. No te vas a perseguir a otra que no te presta ni diez minutos al día.

Tal vez podría considerar que no me volvió a hablar desde lo que hice. Esa sí es una historia graciosa y el agua caliente ya se me estaba acabando. Me envolví en la toalla, me sequé y ya saben, todo lo demás post- ducha.

...

Estuve viendo una película en mi cuarto cuando mi celular vibró; tenía un mensaje. Era una invitación. Esta decía que los del Instituto se estaban reuniendo hoy en una discoteca cercana, celebrando haber sobrevivido a la primera semana de clases.

No tenía ganas de salir realmente, pero podría encontrar algo interesante, sin embargo, no tenía permiso, pero si no se enteran nunca pasó, además, tenía un nuevo vestido. Los pros ganaron a los cons, así que iré.

Me cambié y usé un maquillaje, a decir verdad, bastante fuerte, ya que era de noche. Esperé a que dieran las once de la noche Rosita se iba a dormir a las diez así que a esta hora ya estaría profundamente dormida. Por otro lado, Marcos, simplemente o dormía o no salía de su oficina o estaba borracho en ella, en todos los casos no me presentaba una dificultad real. Tomé mi bolso y antes de salir de mi habitación llamé a un taxi que pasaría por mí en algunos minutos

Cerré mi puerta detrás de mí y pegué un grito al ver a un desconocido a mi lado. Por alguna extraña razón no lo golpeé.

-Cuidado, no te vayan a escuchar, pequeña traviesa- a través de la oscuridad pude ver que sus ojos a diferencia de su posición relajada, me miraban con mucha intensidad.

Mis ojos recorrieron su rostro y pude diferenciar algunos de los rasgos delicados que aún conservaba.

-Tú

Black MoonWo Geschichten leben. Entdecke jetzt