9.- Inesperada visita

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Después de aquél fatídico día, el trío de oro había dejado de frecuentar al caldero Chorreante. Draco se preguntó si se habían dado cuenta de que les había escupido en sus comidas una que otra vez cuando venían al lugar.

Era viernes y Draco deseaba más que nada que ya fuesen las seis para su cambio de turno y así poder ir a su casa y ver el señor de los anillos por la televisión muggle. Como si la suerte no estuviera de su lado (obviamente nunca la está) se encontró al cuatro ojos fuera de la puerta que daba paso a la calle muggle.

–Potter - El recién nombrado saltó al verse llamado y volteó a verlo, Draco alzó una ceja - ¿Se te perdieron tus amiguitos, Potter? - Preguntó con un deje de burla - Aquí no están.

–No vine buscándolos a ellos.

–¿Ah, no? - Draco ladeo su cabeza mirándolo - ¿Entonces? ¿Tienes una cita con la chica comadreja?

A Draco no se le pasó desapercibido la mueca que hizo al haber mencionada aquella pelirroja.

–No, tampoco.

–Mmh - Él asintió y se encogió de hombros.

–¿Ya saliste del trabajo?

–Sí, ¿Qué no me ves yendo? - Dijo con sarcasmo mientras caminaba entre los muggles en dirección a su casa sin notar el sonrojo de Harry quien caminaba atrás suyo.

–¿Quieres ir por unos tragos?

–¿Qué? - Draco volteó a verlo rápidamente con una cara de “¿Acaso enloqueciste?”

–Bar muggle. Tragos. Relajarse.

Draco lo pensó por unos momentos y después se encogió de hombros, algo que le ha gustado de los muggles, es su buen alcohol.

–Está bien - Aceptó con indiferencia.

Harry sonrió con emoción y empezó a hablarle de los muchos bares muggles que conoce y después de tanto tiempo, Draco pudo estar con Harry sin insultarlo y Harry pudo estar con Draco sin pelear con él.

La familia Malfoy viviendo como... ¿Muggles? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora