¿QUÉ? ¿NO SOY TU TIPO?©

¡Interrumpidores!

-Oye no, este no me gusta- se queja por el vestido que se está probando Trish, ya llevábamos dos hora tratando de encontrar alguna prenda que sea del agrado de Trish pero ninguna le había parecido "indicada" para la ocasión, pues la señorita estaba muy nerviosa por ir a cenar con el padre de Ryan, desde hace un mes atrás lo han estado planeando...sí, ya había pasado un mes y medio, y no todo había sido de color rosa, estaba preocupada pues mi madre tenía algo y aún no descubría qué, estaba pálida y notablemente delgada, sus mareos eran frecuentes y muchas veces había dejado caer uno que otro plato,  aparte de eso en tres semanas se viene un partido importante con nada más y nada menos que con East High y nosotros somos visitantes, eso quiere decir que iremos a su escuela, cosa que, no le agrada a nadie mucho menos a mí, además en un mes sería el aniversario del instituto donde se hacían festividades durante una semana, luego la última noche había un gran baile donde algunos estudiantes de último año preparaban coreografías, conciertos y cosas así.

                                                                                                                              

Se preguntarán que pasa con Ethan...bueno pues terminamos...no mentira, eso jamás, estamos bien aunque su instinto protector como el lo llama se activa cada vez que Jacob se me acerca y sus celos son adorables- aunque a veces no tanto- Jacob y yo nos llevábamos bien, es un buen chico y lo consideraría un gran amigo.

-Oh my God, ¡te llevas ese!- exclamo emocionada, es un vestido sencillo, floreado y delicado, un poco más arriba de la rodilla, si no combina con unos lindos zapatos y una chaqueta se vería de infarto.

-¡Luce esas piernas niña!- le grito riendo mientras da vueltas en su mismo eje.

Después de caminar una y otra vez en la pequeña tienda, se decidió por ese vestido, ahora íbamos a mi casa porque yo sería la encargada de su peinado.

Al entrar a mi casa me encuentro con una grata sorpresa.

-Abuelos!- exclamé tirándome sobre ellos para abrazarlos, hace mucho tiempo nos los veía y los quería demasiado, ellos no eran los típicos abuelos que se quedaban en casa a disfrutar de su ancianidad, que va, ellos viajaban cada vez que les daba la gana, una vez fueron a surfear a Hawai, otra fueron a la ruinas Machu Pichu, y así entre más viajes, cuando se hicieron cargo de los gemelos dejaron un poco sus viajes pero aun así siguieron sus aventuras, ahh por cierto, cuídense de ellos, pueden llegar a ser demasiado bromistas, enserio, sus bromas no son nada lindas, te podrían dejar colgado del techo o encerrado en tu habitación con mal olor, pero lo peor de todo es ver a mi abuelo cachondo, iugh!

-Hola mi niña- me saluda mi abuela Laurent.