Niñera de 5 Seconds Of Summer

032

Lo besé, sentí como tardó en reaccionar y luego aceptó el beso. Me separé de sus labios sin soltarlo, y lo miré diciendo tres palabras que salían de lo oscuro de mi corazón.—Te quiero Ashton.

Luego del silencio, lo miré nuevamente.

—Ashton.

—Lo siento.

—Hay otras maneras, ¿Lo sabías?

—¿Cuáles Lou? No soy bueno en nada.

—¿Y en esto sí?—pregunté señalando sus pequeños "rasguños"—, es una escapatoria, no una solución. Sé que no es fácil, nada en esta vida lo es. Pero por favor, prometeme que intentaras no volver a hacerlo. Estaré a tu lado, no dejándote caer de nuevo, pero necesito saber que tú también lo intentaras y lucharás conmigo.

—¿Lou?

Lo abracé con fuerza y escondí mi cabeza en su cuello.

—Dime.

—No se lo digas a los chicos.

Me separé e hice una mueca.

—Ashton, tienen que saber.

—Por favor.

Suspiré y lo miré.

—Si vuelve a suceder, lo hablaré con ellos. ¿De acuerdo?

—De acuerdo, ahora, ¿En serio me quieres?

Sonreí y cuando lo iba a abrazar abrieron la puerta de su cuarto de una manera muy brusca. Miramos asustados a la puerta.

—Luke, ¿Estás bien?

—Hay una mujer muy parecida a ti en la entrada de la casa, dice que quiere hablar contigo sobre un tema importante y que no se piensa ir hasta verte.

—¿Preguntaste su nombre?

Asintió y suspiró.

—Elizabeth.

Me tensé y miré a Ashton.

—Es, es mi madre.

—¿Cómo consiguió saber dónde estabas?

Negué y luego de hacer memoria por unos pocos segundos, lo entendí.

—Nath.

—Chusma—susurró Ashton y me abrazó—. Ve, si está aquí es por algo.

—Estoy nerviosa.

—¿Quieres que te acompañemos?

Mordí mi labio y asentí. Bajamos los tres hasta que la vi en la puerta de entrada, llevaba la misma ropa de hoy al mediodía. Michael y Calum la miraban sorprendidos. Era una mujer hermosa por la edad que tenía, y sus ojos azules, eran impresionantes.

—Hola.

—Lou...¿Cuidas a estos chicos?

Me reí asintiendo.

—Larga historia.

—Creí que eran más...chicos.

—Oh—sonrió Luke—, mentalmente lo somos. No bueno, no tenemos ningún problema mental solo, nos comportamos así. Lo siento, sonó mucho mejor en mi cabeza.

—¿Qué haces aquí? Supongo que Nath te dijo dónde vivía.

—¿Vives aquí? ¿Con ellos?

—Madre...

—Lo siento, vine a hablar contigo.

—No quiero hablar, no tengo nada más que decir en realidad. Solo...no voy a cambiar de opinión.