Capítulo 6

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*Capítulo 6*

Abrí mis ojos con pesadez, quise cerralos al instante, pero ver un techo que no era el mío me sorprendió.

Espabile y observé mi entorno, me encontraba en casa de Yuli, quien se encontraba a mi lado en su cama grande y cómoda, y en una de las esquinas del cuarto se encontraba Ramsés durmiendo plácidamente en una cama improvisada con cobijas. Recordé que ayer se nos hizo más tarde de lo que esperábamos, le conté también a él todos los acontecimientos del día anterior y después de eso no volvimos a cruzar palabras, fue incómodo, sin embargo, llegamos al acuerdo de llamar a la policía, pero Yuli quien era fanática de "CSI" el programa de televisión, me dijo que no podrían hacer nada sin pruebas contundentes, que ellos sólo lo verían como un juego de niños o una exageración de mi parte, también intentamos devolver la llamada del teléfono de Ramsés y nuevamente aparecio fuera de línea, así que sin más, nos rendimos sin poder decifrar el mensaje tras las fotos, ya me sabía de memoria las letras.

"A" "E" "E" "E" "T" "T" "M" "O" "O" "F" "N" "N" "R" "I" "S" "C"

Mi cerebro parecía bloqueado, se nos hacía imposible decifrar que decia el mensaje sin que sobrara o faltara un letra.

Me levanté de la cama con el cuidado debido para no despertar a mi amiga, y caminé de puntillas mientras tomaba mis cosas y ver la hora.

*6:46 am*

Ya casi era la hora de entrar al trabajo, tomé un cambio de ropa del bolso y me dirigí al baño.

Una vez lista, con mi ropa deportiva común, le serví comida a Max y me dispuse a salir, no sin antes dejarle una nota a Yuli que volvería a la hora de almuerzo.

A pesar de que quería encerrarme y no salir como por un año no podía, el deber me llamaba, y tenia muchas cosas por pagar como para dejar todo tirado.

Tomé un taxi hasta el trabajo he intenté parecer tranquila, al menos el trabajo me distraeria.

....

*Horas después*

- ¿Lo estoy haciendo bien? - preguntó por quinta vez mi nueva alumna en el gimnasio, una chica gordita de al menos unos veinte años al igual que yo, tenía la meta de rebajar al menos unos diez kilos y yo como su instructora me propuse ayudarla, pero hoy no estaba del todo concentrada.

- si - le dije sin prestar demasiada atención, mi mente vagaba.

Chillo emocionada por si desempeño y yo me aleje un poco para disponerme a tomar agua.

Revise entre mis cosas y noté que no había traído mi botella de agua.

¡Demonios!

Fui hasta mí casillero para buscar el que tenía de respuesto el cual me dieron como obsequio en el gimnasio, en cuanto lo abrí mi corazón se paralizó, estaba vacío, no había absolutamente nada, al principio creí que me había equivocado pero no, si fuese así la llave no hubiese funcionado, fruncí el ceño con confusión y detalle bien  el interior, ahí en el fondo había un sobre con el nombre "Reglas del juego"

DIOS.

ACORRALADAOù les histoires vivent. Découvrez maintenant