Tenías que ser tú, entre todas las personas

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SAVE YOUR TEARS

Tenías que ser tú, entre todas las personas

SEXTA PARTE

Durante la noche Auron no volvió a expulsar flores, reflexionó y llegó a la conclusión de que quizá solo le pasaba cuando tenía cerca a Luzu. Ah, y además llegó a la conclusión que se había vuelto completamente loco.

No tenía lógica alguna que se estuviera tomando en serio las historias sacadas de un cuento de hadas de la loca de Susana. Aún así, giró sobre su cama y se abrazó a una de las almohadas, mirando hacía la pared de su habitación, como si esta fuera conocedora de todos sus males. Apenas había cenado sin demasiado entusiasmo, el doctor le había recetado unas pastillas y un jarabe para el malestar, sus padres creyeron que era producto de la gripe y lo dejaron irse a descansar, pero Auron había omitido que expulsaba flores por la boca. No quería verse más loco de lo que ya se sentía.

Hundió el rostro en la almohada, el malestar de la garganta no se iba y lo fuerte de las medicinas empezaban a dormitarlo, al final no había podido hablar con Luzu después del colegio, tampoco se sentía con ánimos de hacerlo, ni siquiera estaba seguro de cuál era la respuesta que quería conseguir si curioso llegaba hasta él para preguntarle si salía o no con Angélica.

Luzu...

¿De verdad tenía que ser él? ¿Él entre todos?

El atento Luzu, quien cuidaba su espalda y bromeaba abiertamente sobre casi cualquier cosa. Recordó cuando tenían trece años y su madre lo inscribió en el grupo que bailaría una canción tradicional. Fargan y Auron se burlaron hasta el último día, pero Luzu jamás se molestó demasiado, solo lo dejó ser y finalmente el día de la presentación, Luzu había bailado junto a una de sus compañeras, su cabello un poco largo se movía armónicamente y lucía tan tranquilo mientras sonreía cortés ante la chica.

Ese día Auron comprendió que las palabras de la mayoría eran ciertas: Luzu era muy bonito.

Al menos era capaz de llamar la atención con facilidad. Pero esa mañana solo sacudió su cabeza y prestó atención a Fargan quien reía divertido ante lo extraño que era ver a su amigo bailar una canción así.

¿Habría sido ese día cuando empezó a sentirse así?

Tenía un hueco en el estómago, era una mala idea por dónde lo viera. Sentir cosas por Luzu era detestable, no quería arruinar las cosas con uno de sus mejores amigos, se sentía impotente y tonto, avergonzado más que todo. Por que había decidido evitar todo tipo de complicaciones como esas, y ahí iba él, cayendo directamente a los brazos del amor no correspondido, mientras pasaría seguramente toda su vida, viendo a Luzu bailar con alguien más.

...

...

Esa noche no durmió demasiado bien y caminó por los pasillos del instituto con algo y un poco más de cuidado, hubiera preferido quedarse en casa y no salir más pero se hubiera vuelto loco con las veces que el nombre de Luzu sonaba en su cabeza, como si fuera una maldita maquina repetidora, no podía concentrarse en algo más, su nombre venía siempre de la nada y le daba vueltas por largos minutos antes que retomara la iniciativa de pensar en cualquier otra cosa en particular. ¿Por qué debía sentirse así?

—Hey, Auron ¿cómo te sientes?

Luzu puso una mano sobre su hombro y Auron luchó contra todo para no mostrarse alterado, lo había tomado por sorpresa, mientras caminaba descuidado tratando de no pensar en él.

—Mejor, Luzu. ¿Sabes dónde están los demás?

—Hmm, pues supongo que la mayoría ya debería estar en el salón.

Save your tearsWhere stories live. Discover now