Capítulo 18 - La cita

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Despierto cuando ya son las 11 AM, y me dirijo a la ducha, cuando salgo, voy de camino a la cocina para ver si puedo desayunar algo, escucho una música que proviene del salón que es muy conocida, una de mis canciones favoritas.

"Take me into you

lovin' arms

Kiss me under the

light of a

thousand stars

Place your head on my beating heart

i'm thinking out

loud

Maybe we found

love right where

we are"


Bajo las escaleras y me dirijo a la cocina, allí me encuentro con Adam, quien está cocinando y bailando de una forma muy graciosa. Me acerco a él por la espalda silenciosamente y le abrazo, provocando que peque un salto y se ponga totalmente rígido.

- ¡Buuh! - Adam se gira y, sin yo soltarle besa mi cabeza.

- Me has asustado enana, ¿Quieres desayunar?

- Sí ¿Dónde esta todo el mundo?

- Han salido de compras, tenemos la casa para nosotros solos - Adam guiña un ojo, y yo me río, ha sido un gesto gracioso.

Terminamos de desayunar y me dirijo a la habitación donde está mi teléfono sonando, lo cojo y veo un mensaje de Samantha.

"Sam: Noah, ¿Te vienes de compras? Hay que comprar los regalos de los chicos."

"Yo: Claro, ¿Dónde me esperáis? Tengo que cambiarme."

"Sam: ¿Tienes que cambiarte? Jope... Pues, mejor ven y búscanos"

"Yo: ¿Buscaros? Me puedo pasar horas dando vueltas y, además, no se llegar, desde que estoy aquí solo he ido una vez al centro comercial, ¿recuerdas?"

"Sam: Pues no se, búscate la vida. O mejor, no vengas, así acabamos antes."

"Yo: Eh, tranquila, que no te he hecho nada para que te pongas así, pero vamos, que tienes razón, mejor me quedo en casa y no os estorbo. Ala, venga, adiós."

Dejo el teléfono móvil donde se encontraba de mala manera y me dirijo de nuevo a la cocina, donde Adam me espera para desayunar, cuando me siento en uno de los taburetes libres, él me observa con cara de pocos amigos.

- ¿Qué ha pasado?

- Nada - cojo el cubierto de mala manera y como con rabia el delicioso desayuno que me ha preparado.

- Noah... - levanto la vista de mi planto y le miro - ¿Que ha pasado?

Dejo el cubierto encima de la encimara. - Samantha, que me cabrea.

- ¿Que te ha hecho? - se levanta y se sienta en uno de los taburetes que hay cerca del mío.

- Nada, pf.. lleva varios días que dirige hacía a mí las mínimas palabras, es decir, si no estoy yo pendiente de ella a cada momento se cabrea y me habla fatal.

- Pero, ¿cuándo?

- Hace un momento, por móvil, me ha mandado un mensaje diciéndome que me reuniera con ellos en el centro comercial para poder comprar los regalos de navidad y eso y, al decirle que no sabía como llegar al centro comercial porque no recuerdo el camino, me ha contestado de mala manera y le he mandado a la mierda - Adam me abraza, es un abrazo reconfortante, con ese simple gesto consigue calmarme de inmediato.

- Y si... ¿Y si vamos a comer fuera? - me giro de tal manera que quedamos ambos de cara a cara, mirándonos, él tiene una sonrisa de oreja a oreja lo que provoca que una sonora carcajada brote de mi garganta, asiento con la cabeza, al segundo, él pega un salto y lleva los platos al fregadero, yo lo observo atónita.

- Prepárate que voy a llamar a un taxi para que venga a recogernos.- Salgo corriendo escaleras arriba hasta llegar a la habitación donde elijo uno de mis mejores modelos, unos vaqueros ajustados y una básica de color roja, de calzado me pongo mis Converse negras, me gusta ir comida pero a la vez bien vestida, no es tan raro, ¿no?

Cuando ya he terminado me dirijo hacia donde se encuentra Adam, recostado en el marco de la puerta, en cuanto nota mi presencia, él hace un gesto para que salga.

- ¿Señorita?

Cuando llegamos al coche, él abre la puerta del asiento trasero como un caballero, entro en el taxi y Adam, da las indicaciones al conductor para que nos lleve al restaurante, en unos quince minutos mas o menos llegamos al restaurante, es un establecimiento lujoso y espacioso, las paredes están pintadas en tonos negros y rojos, las mesas bien decoradas y una luz más o menos baja ilumina la sala.

Nos sentamos en una de las mesas para dos que nos ofrecen y nos entregan la cara, hay de todo, voy mirando y decido pedirme una buena paella, el camarero se marcha y Adam y yo nos quedamos callados.

- No sabía que te gustaba ese tipo de música.

- ¿Qué música?

- La que estabas escuchando y bailando esta mañana. - Suelto una risita y él, acto seguido, baja la mirada y se sonroja.

- La verdad es que, me gustan mucho las canciones de Ed Sheeran.

- ¿Sí? ¡ A mi también!

- ¿Ves? ahora ya sé una cosa más de ti. - Al poco rato, un camarero llega con los platos que habíamos pedido, empezamos a comer en silencio hasta que él decide iniciar una conversación.

- ¿Que crees que le pasa a Sam?

- No lo sé, es un poco rara.

- ¿Quieres que hable con ella?

- No hace falta, ya se le pasará, en algún momento le haré falta, ¿no?

- Claro que si.


Cuando terminamos de comer, nos dirigimos hacia el mostrador que se encuentra al lado de la puerta del restaurante a pagar la cuenta, tan solo son las 4 de la tarde cuando salimos por lo que nos decidimos por pasar un rato paseando por el parque pero, al poco rato nos arrepentimos, un frío tremendo a causa del viento empieza cubrir las calles y decidimos volver a casa, una vez allí ambos nos dirigimos a la habitación para cambiarnos de ropa.

- ¿Quieres ver una peli? - Asiento, me pongo el pijama y ambos nos dirigimos al gran salón donde esta la chimenea - Tenemos... Siempre a tu lado y, mmm... a ver esta... Guardianes de la galaxia.

- Siempre a tu lado.

- ¿Es una peli ñoña? no quiero ver una peli ñoña - él arruga la nariz, provocando que me ría.

- Jo, pero adoro esa película.

- Está bien. - Colocamos la película y nos dirigimos al sofá, ninguno de los dos logramos ver toda la película, ambos caemos dormidos a causa de calor que hay en la habitación y que hace que se esté bien cómodo.

Save MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora