Consejo Nº8

2.2K 178 4
                                    

Consejo Nº8:

No te dejes agobiar por las dificultades y retos

FERNANDA

Odiaba con loca pasión los malditos exámenes de selección múltiple. Me costaba mucho decidirme por una opción. Todas eran demasiadas similares y cualquiera podía ser la correcta. Me exprimí el cerebro por una última respuesta y luego de mucho pensarlo, finalmente me decidí por una y la marqué con mi lápiz.

Le entregué el examen al profesor de historia y él me miró con cara de pocos amigos. Era la última en la sala dando el examen ¿y qué? Necesitaba más tiempo del normal para poder terminar este estúpido examen. El profesor o el corbatín como todos los alumnos lo llamaban ya que no importaba el día, él siempre llevaba un corbatín me indicó con la mano que saliera de la sala y solté el aire que no sabía que había estado reteniendo.

Me di cuenta en cuanto salí que casi todos los demás ya habían salido de sus salas y el patio estaba completamente lleno de personas, todas riendo y seguramente hablando de lo que habían hecho en el fin de semana.

Me tomó un tiempo ver alguna cara conocida y cuando al fin logré divisar a Verónica, sus ojos se abrieron y vino corriendo hacia mí.

— ¡¡¡Feña!!!

Se detuvo a tomar aire en cuanto estuvo lo suficientemente cerca antes de hablar.

— ¿Cómo te fue?

— No lo sé — Me encogí de hombros — Ya sabes que no soy muy buena para las pruebas con alternativas.

Hizo una mueca de desagrado — Si, realmente odié a corbatín y sus malditas pruebas de opción múltiple, por suerte solo me queda un semestre y luego seré feliz.

Hice una mueca — si, y yo me voy a quedar sola.

Me tomo la mano fuertemente entre las suyas — Claro que no, ya lo estas haciendo mucho mejor, ya no eres tan tímida como antes y además estoy segura de que Alex no va a dejarte sola — Hizo una pausa y dio vuelta la cabeza para mirar por el patio — Hablando sobre eso, ¿En dónde está?

Me encogí de hombros nuevamente y vi a Verónica fruncir el ceño. Alex siempre estaba con nosotras en los recesos e incluso me esperaba fuera de mi sala a veces, pero ahora no estaba por ninguna parte. 

La verdad era que no había hablado con él desde este fin de semana, y había estado muy callado en el auto de camino a casa. Habló con mi papá más que nada y cuando yo intenté hablar con él, solo me respondió con palabras monosílabas y no quitó sus ojos de la ventana cuando lo hacía.

— Bueno, no quería dejarte sola pero tengo que ponerme de acuerdo con mi grupo de Ciencias para un proyecto.

Me abrazó fuertemente como siempre lo hacía y luego ya se había ido. Me quedé parada esperando a que Alex apareciera, pero con cada minuto que pasaba y el no aparecía me ponía más y más ansiosa.

Alguien me toco el hombro y casi se me cae el alma a los pies.

— Lo siento, pero no me oíste cuando grité tu nombre.

Marco estaba parado detrás de mí y poco a poco me rodeo hasta quedar frente a mí.

— Oh, está bien. 

— ¿En que estabas pensando?

— ¿Qué quieres decir? — Lo miré con recelo.

Me sonrió — Solo que te veías un poco distraída.

¡Cállate y Baila Conmigo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora